Ademanes de ingenio y destreza
No es imposible imaginar el ruido de las m¨¢quinas excavadoras demoliendo el terreno, doblegando los ¨¢rboles j¨®venes y derribando los viejos troncos mientras un inmenso rumor lo barre todo y elimina el zumbido de los insectos, el canto de los p¨¢jaros, las llamadas animales de aviso frente al peligro cierto que se avecina o, incluso, el estertor ag¨®nico de cierta camada gatuna, oculta entre entre el matorral bajo, cuando el ej¨¦rcito de m¨¢quinas avanza removiendo la tierra. Nada interrumpe la eficacia de las herramientas humanas, y no es la primera vez que las voces inquietas de los obreros, entre escombros y cascotes, dejan o¨ªr consignas sobre la heroica aventura de reparar y reconstruir: es lo que sucede en estos momentos en los descampados y desmontes donde se est¨¢ construyendo lo que deber¨¢ ser la ronda oeste de Sabadell, en los aleda?os del proyectado pol¨ªgono industrial de Can Gamb¨²s. Cerca se hallaba el llamado paraje arqueol¨®gico de la B¨°bila Madurell, excavado en su tiempo y ocupado ahora por unos edificios de alto standing que ofrecen la posibilidad de contemplar unos curiosos ornamentos calificables, como m¨ªnimo, de altamente kitsch. Ya en las ¨¦pocas prehist¨®ricas el Vall¨¨s fue un territorio rico en densidad humana -al otro lado de Sabadell est¨¢ el yacimiento de Can Roqueta, un lugar f¨¦rtil en sorpresas arqueol¨®gicas-, y a esta raz¨®n se debe que un par de arque¨®logos sigan las prospecciones de las m¨¢quinas que horadan el futuro enclave de la ronda oeste de Sabadell: sue?an con vislumbrar, en el fondo de las zanjas o entre la masa revuelta de tierra y barro, el indicio que les permita celebrar el encuentro con la estructura de alguna caba?a, los restos de vasijas o cestas, las osamentas del pacto con el animal domesticado, los signos de la muerte, del hambre, de la derrota o del amor a la aventura, unos ademanes de ingenio y destreza que el hombre ha hecho y vuelto a hacer desde 300 generaciones atr¨¢s.
Convertido al terciario, el Eix Maci¨¤ ve crecer la Torre Mil.lenium, de est¨¦tica que recuerda la ciudad de Chicago
En ¨¦pocas prehist¨®ricas la comarca del Vall¨¨s fue un territorio rico en densidad humana
Cabe suponer que algo parecido sucedi¨® cuando, a finales de la d¨¦cada de 1980, se emprendi¨® la tarea de construir un centro de servicios y de actividades terciarias en Sabadell para alcanzar, por fin, el deseo de transformar una ciudad pensada para trabajar y dormir en una ciudad donde tambi¨¦n fuera posible la alegr¨ªa de vivir, con zonas verdes y parques, ¨¢reas de ocio e infraestructuras hoteleras, superficies comerciales, macrotiendas y un centro de negocios que acercaran el centro metropolitano a la ilusi¨®n de habitar en una potente ciudad del conocimiento.
Nada queda ya de los descampados y de la colina que los constructores codiciaron con ademanes voraces, ni del par de arque¨®logos que siguieron, con toda probabilidad, las evoluciones del proyecto del Eix Maci¨¤ mientras so?aban con localizar alg¨²n signo del ingenio y la destreza de las generaciones pret¨¦ritas. Y nada queda ya, tampoco, del ruido de las m¨¢quinas excavadoras mientras remov¨ªan la tierra de la futura avenida de Maci¨¤ -la conexi¨®n entre la plaza de Catalunya y la plaza de Espanya, la conexi¨®n entre el norte y el sur de Sabadell-, mientras remov¨ªan la tierra del espacio que ocupar¨ªa el ambicioso proyecto del parque de Catalunya -una zona que fue rescatada de la amenaza de la edificaci¨®n para convertirse en un reducto de paz y tranquilidad donde destacan un lago en tres niveles, un circuito de atletismo, un observatorio astron¨®mico y un anfiteatro-, o mientras se trazaban los c¨¢lculos precisos para se?alar el lugar id¨®neo donde levantar el edificio que ser¨¢ el emblema del Eix Maci¨¤, la Torre Mil.lenium, un singular rascacielos en construcci¨®n que desea recordar la est¨¦tica vanguardista de Chicago y que puede interpretarse como el portavoz del embrujo de los cambios acaecidos en los ¨²ltimos a?os. Una vez terminado este edificio, desde la cima, ser¨¢ f¨¢cil caer en la megaloman¨ªa y, mientras se contemple la panor¨¢mica de la ciudad, leer el pasado y el futuro que preconiza el presente, la historia de una transformaci¨®n que recorre un camino cuyos l¨ªmites se sit¨²an entre la industria tradicional y la base textil y la apuesta por unas formas de vida dominadas por la Tecnolog¨ªa, la Informaci¨®n, y el Ocio. Nada recuerda la colina y los descampados: hay oficinas comerciales, hoteles y edificios residenciales, unos cines multisalas y unos juzgados -lejos ya de la grisura y las grietas del antiguo edificio, que simbolizaban la triste eficacia de la justicia de los a?os sesenta- donde se ubican las nueve salas del partido judicial de Sabadell.
Un buen n¨²mero de corazones inquietos quiz¨¢ se embriaga con la fuerza electrizante de lo nuevo, con las formas ins¨®litas del dise?o civilizado de la modernidad, con la rara belleza de la imaginaci¨®n de los m¨¢s competentes arquitectos que han pensado palmo a palmo las virtudes del Eix Maci¨¤, pero no ser¨ªa de extra?ar que alg¨²n esc¨¦ptico, o alguien pose¨ªdo por un inamovible entusiasmo hacia la misantrop¨ªa, se formulara nuevamente, y a su manera, la tosca apuesta de Pascal: ?Qu¨¦ se pierde a cambio de los ademanes de ingenio y destreza de los hombres?
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