M?S OFICIO QUE ESTILO

Poco ha durado el proyecto de cambiar el f¨²tbol por los resultados. Cansado de merecerlo todo y conseguir nada, el Celta despach¨® al responsable t¨¦cnico del equipo durante los ¨²ltimos cuatro a?os, V¨ªctor Fern¨¢ndez, con la idea de perder en estilo lo que demandaba en oficio. Pero las caracter¨ªsticas de una plantilla refractaria a lo vulgar como la del club de Vigo han obligado al nuevo entrenador, Miguel ?ngel Lotina, a renunciar a varios de sus presupuestos antes de que la temporada diese comienzo. El ex t¨¦cnico de Osasuna constituye la gran novedad del club en este verano de contenci¨®n econ¨®mica. La otra iba a ser el sistema, pero el f¨²tbol es terco y Lotina as¨ª lo ha entendido: habr¨¢ continuidad en los jugadores y en el dibujo. Y, como mucho, un esfuerzo por deshacerse de la tradicional imagen de equipo perdedor.

La marcha de Karpin, el gran aliado del 'zar' Mostovoi, siembra la inquietud

Lleg¨® Lotina a Vigo con el acta de defunci¨®n del doble pivote y de los tres centrocampistas de enganche -santo y se?a del equipo en los ¨²ltimos seis a?os- para sustituirlos por un sistema con tres centrales, un ¨²nico medio centro y mucho carril por las dos bandas. El 3-3-3-1 iba a ser la nueva religi¨®n, pero no ha tardado en darse cuenta el entrenador de que el Celta y su viejo dibujo son casi consustanciales, y as¨ª lo ha reconocido. La afici¨®n premi¨® con aplausos el d¨ªa de la prueba final de la pretemporada, ante el Par¨ªs Saint-Germain, a un equipo sin una sola cara nueva, pero con la inspiraci¨®n de los ¨²ltimos a?os intacta. Suficiente para bailar por momentos al grupo de Luis Fern¨¢ndez.

Pero no todo el verano result¨® tan embriagador como la velada con el cuadro parisiense. Hasta esa fecha, y mientras el entrenador pon¨ªa a prueba sus revolucionarias ideas, el Celta result¨® sobre todo un equipo ganador. Sin encanto, pero ganador. Le bastaron los brotes de inspiraci¨®n que surgen aqu¨ª y all¨¢ para ir tumbando rivales -italianos, alg¨²n ingl¨¦s y, sobre todo, portugueses: Benfica, Sporting de Lisboa, Oporto...- con la porter¨ªa pr¨¢cticamente intacta. Mostovoi, con un protagonismo que no cesa, resumi¨® la pretemporada de forma gr¨¢fica: 'Somos los campeones de Portugal'.

Desde el banquillo, donde un acuerdo amistoso entre el club y V¨ªctor Fern¨¢ndez rompi¨® la apacible continuidad de los ¨²ltimos a?os, Lotina centra sus esfuerzos en poner fin a la vertiente m¨¢s c¨¢ndida del Celta con resultados palmarios en las jugadas a bal¨®n parado. Ah¨ª ha encontrado una mina el nuevo t¨¦cnico, tanto en la defensa como en el ataque. En el primer caso, y al menos en las pachangas, ha detenido la hemorragia de remates absurdos y marcas inexistentes que tanto da?o le han hecho a la escuadra viguesa. En la faceta ofensiva, la estrategia le ha supuesto al equipo una buena porci¨®n de los goles anotados hasta la fecha y, sobre todo, la in¨¦dita sensaci¨®n de que el equipo siempre intenta algo.

Sobre el c¨¦sped, mientras tanto, el grupo deber¨¢ restar antes que sumar. Algunos de los ahora fichados, como Luccin y M¨¦ndez, ya jugaron como cedidos la ¨²ltima temporada. Su rendimiento es, por tanto, un valor seguro y nadie duda en Vigo de la consistencia del franc¨¦s ni de la contundencia y versatilidad del argentino, pero su aportaci¨®n a la renovaci¨®n del grupo ser¨¢ nula. La congelaci¨®n del mercado del f¨²tbol ha obrado alg¨²n que otro milagrillo. El surafricano McCarthy, por ejemplo, que jur¨® cuando se fue cedido al Oporto no volver a vestir la camiseta celeste, promete ahora fidelidad eterna al club de Bala¨ªdos y un espectacular duelo con Catanha en la delantera. Regresa tambi¨¦n otro mundialista, el ecuatoriano Kaviedes, ¨²ltimo en la lista de espera del nueve.

Conf¨ªa, por tanto, el Celta en el regreso de los cedidos y en la rehabilitaci¨®n de los lesionados, algunos de importancia crucial como Berizzo o Velasco. S¨®lo una cara nueva se ha atisbado sobre el campo durante toda la pretemporada, la del ex valencianista Jandro. De sutil y aterciopelado f¨²tbol, est¨¢ llamado a esperar turno a la sombra de Mostovoi como el pasado curso le toc¨® a Boban. No parece, sin embargo, que haya llegado todav¨ªa la hora para el zar, que, a sus 34 a?os, conserva intacta toda la magia que supura por sus botas. Y ello, pese a perder este a?o a su mejor aliado dentro y fuera del campo: su compatriota Karpin se ha ido con un estruendoso portazo y sin nombrar heredero en su banda. La resta de Karpin es la que inquieta a Lotina.