Acuerdo Madrid-Bar?a por Morientes
En medio de la negociaci¨®n por Ronaldo, el club blanco acepta vender a su jugador al Camp Nou
Las largu¨ªsimas negociaciones del Madrid por Ronaldo tuvieron una ins¨®lita consecuencia: dejar a Morientes a un paso de ser jugador del Barcelona. Los dos clubes han acordado el traspaso. Ahora s¨®lo queda el consentimiento de Morientes, que ayer ni siquiera se visti¨® de corto en la final de la Supercopa.
El presidente del Madrid, Florentino P¨¦rez, emprendi¨® en la madrugada de ayer, en la plaza del Casino de Montecarlo, su ¨²ltima acometida por fichar a Ronaldo. Ofreci¨® 55 millones de euros al Inter de Mil¨¢n a cambio del delantero brasile?o. 20 millones de euros en efectivo y 35 en jugadores: Morientes (tasado en 25) m¨¢s Munitis (en 15). Al final de la jornada, el Inter rechaz¨® su oferta.
P¨¦rez espera que el Inter termine por aceptar una oferta. Sabe que el club milan¨¦s est¨¢ acuciado por el cierre de los plazos de inscripci¨®n en la Liga italiana (hoy a las 13.00) y la Liga de Campeones (hoy a la medianoche). El plazo para inscribir jugadores en la Liga espa?ola finaliza el lunes a las ocho de la tarde.
P¨¦rez, que suele ufanarse de ser 'hijo de ferretero', es conocido por la ortodoxia con que practica la austeridad en su vida privada. Ayer se levant¨® a las ocho de la ma?ana en la habitaci¨®n 122 del Hotel de Par¨ªs, a unos metros del Casino. Y aunque no se le pas¨® por la cabeza apostar ni un euro, s¨ª se dispuso a resolver un dilema dado por imposible: fichar a Ronaldo y traspasar a Morientes de forma simult¨¢nea. Al levantarse, se puso su habitual traje azul marino y su camisa p¨¢lida, y sali¨® al sal¨®n del hotel con cara de p¨®ker, impermeable. Acompa?ado por su guardaespaldas, un gallego de Pontevedra con cara de distra¨ªdo, atraves¨® el hall rococ¨®, estilo Luis XV, y a las diez se mont¨® en el Mercedes Benz gris que lo esperaba al final de la escalinata sobre la Plaza del Casino.
La noche de P¨¦rez hab¨ªa sido corta. Hasta pasadas las dos de la madrugada permaneci¨® despierto, agarrado al m¨®vil, negociando con el director general del Inter de Mil¨¢n, Massimo Moretti, para fichar a Ronaldo. La oferta de P¨¦rez consisti¨® en 20 millones de euros, m¨¢s Morientes y Munitis. Esto es, cinco millones de euros m¨¢s que en la ¨²ltima oferta realizada, hace una semana, y sin posibilidades de optar a Solari, reclamado por el Inter. 'No nos hemos movido de nuestra posici¨®n inicial', zanj¨® una fuente del Bernab¨¦u.
El Inter mantuvo su inter¨¦s por Solari y acept¨® a Morientes puesto que pod¨ªa liquidarlo vendi¨¦ndolo al Barcelona, que se present¨® como parte interesada. Al enterarse, P¨¦rez habl¨® directamente con el Bar?a y le ofreci¨® a Morientes: no hac¨ªan falta intermediarios.
En la negociaci¨®n, P¨¦rez avis¨® a Moretti de su inter¨¦s por incluir una cl¨¢usula especial: si Ronaldo se lesionaba sus rodillas, volv¨ªa al Inter, que se hac¨ªa cargo nuevamente de su sueldo. Esta cl¨¢usula no fue bien recibida por el Inter, ni por el propio Ronaldo, que se sinti¨® manipulado.
P¨¦rez se levant¨® ayer esperando noticias del Inter. Esper¨® que su presidente, Massimo Moratti, evaluara la oferta hecha a su director general, Massimo Moretti. A las diez su Mercedes se detuvo en el Forum Grimaldi, un edificio de congresos con forma de pir¨¢mide de cristal. All¨ª se celebr¨® la reuni¨®n del G-14, una organizaci¨®n que re¨²ne a los 14 clubes de f¨²tbol m¨¢s ricos de Europa, a la que P¨¦rez acudi¨® junto a su guardaespaldas y el director general madridista, Carlos S¨¢nchez Albornoz. A las once, del sal¨®n de reuniones se asom¨® Moretti, sonriente con el escudo del Inter en la solapa. Se limit¨® a decir: 'Ser¨¢ una jornada muy larga, muy larga...'.
P¨¦rez s¨®lo abandon¨® la reuni¨®n durante un momento para ir al encuentro de Jos¨¦ Veiga, en las puertas de la pir¨¢mide. Veiga, que represent¨® a Figo cuando dej¨® el Bar?a, es un intermediario que lo mismo sirve para vender a Jardel al Madrid que para ofrecer a Morientes al Tottenham, o al Barcelona. Esto ¨²ltimo es lo que hizo ayer. Pero ayer por la ma?ana no habl¨® directamente con P¨¦rez. Fue el guardaespaldas el que despach¨® con Veiga mientras P¨¦rez terminaba con la cumbre de clubes. Veiga no tard¨® en salir disparado hacia el barrio alto, tel¨¦fono en mano, por la avenida Princesa Gracia. Su paso exaltado ante los escaparates de Choppard y otras joyer¨ªas, denotaba la potente influencia de la adrenalina. Estaba a punto de cerrar una operaci¨®n de 20 millones de euros y le corresponder¨ªa el cinco por ciento.
Cuando P¨¦rez regres¨® a su hotel, al mediod¨ªa, el Inter segu¨ªa sin responder a su oferta por Ronaldo. Pero el Bar?a s¨ª estaba dispuesto a atenderle y comprar a Morientes. M¨®naco presentaba un aspecto fren¨¦tico. Los helic¨®pteros romp¨ªan la armon¨ªa del cielo y cientos de adolescentes y jovencitas llegadas de toda Europa pululaban entre el Caf¨¦ de Par¨ªs, el Casino y la plaza Beaumarchais, sum¨¢ndose al ejercicio colectivo de ostentaci¨®n. Ajeno al carrusel, P¨¦rez subi¨® por los jardines del Casino, en su Mercedes, rumiando las posibilidades que le ofrec¨ªa el d¨ªa.
So?aba con comprar a Ronaldo a cambio de Munitis y estaba a punto de terminar con la carrera de Morientes en el Madrid. Hac¨ªa tiempo que no soportaba a Morientes. No tanto por aspectos racionales como por cuestiones de piel. El temple impert¨¦rrito del empresarial P¨¦rez chocaba de lleno con los humos pueriles de un goleador de 25 a?os. Y por fin, todo indicaba que se deshar¨ªa de ¨¦l. P¨¦rez comi¨® y pas¨® la tarde tranquilamente en la playa de Larvotto.
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