UNA CIUDAD ENTRE DOS ESPECT?CULOS
Los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992 y el F¨®rum de las Culturas de 2004 marcan la nueva revoluci¨®n urban¨ªstica que vive Barcelona. Cr¨®nica de una metamorfosis.
He comprobado que Barcelona tiene buen cartel tur¨ªstico mundial, tal vez conseguido con la artima?a de haber fichado a Cruyff, Maradona y Ronaldo en momentos oportunos, porque ha sido en Asia en 1975, tambi¨¦n all¨ª en 1982 y en Costa Rica a fines de los noventa cuando, al revelar yo mi procedencia barcelonesa, sendos taxistas exclamaron '?ah, Cruyff!', '?ah, Maradona!', '?ah, Ronaldo!'. Sin Cruyff ni Maradona ni Ronaldo, el buen cartel tur¨ªstico de la ciudad se debe a dos descubrimientos de su hechura y sus maneras conseguidos con los campeonatos del mundo de f¨²tbol de 1982 y con la retransmisi¨®n c¨®smica de las ceremonias de inauguraci¨®n y clausura de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992. Hasta esas fechas, Barcelona depend¨ªa de complejos y complementarios imaginarios que traduc¨ªan su mestizaje: las barricadas que tanto les gustaban a Engels y a Lenin, y el paraexpresionismo de Gaud¨ª, el racionalismo de la ¨²nica burgues¨ªa industrial de Espa?a plasmado en el Eixample y los barrios portuarios que eran las ingles de la ciudad y rebautizados por escritores malditos franceses como Barrio Chino, la ciudad de fiestas y congresos del franquismo, y La Rosa de Fuego de los anarquistas, la m¨¢s norte?a de las ciudades del sur y la m¨¢s sure?a de las ciudades del norte...
La ¨²nica revoluci¨®n cultural aportada por la democracia espa?ola ha sido la gastron¨®mica
Desde que Barcelona dej¨® de ser la capital del imperio catalano aragon¨¦s en el Mediterr¨¢neo y fue perdiendo guerras contra los ej¨¦rcitos unitarios de Espa?a, ha sobrevivido con complejo de ciudad ocupada y viuda de poder pol¨ªtico, y por ello especialmente mimada y protegida por sus hijos, no lo olvidemos, hijos de viuda. Tambi¨¦n debido al contrasentido de que su poder econ¨®mico no se corresponda con el pol¨ªtico, la ciudad ha adquirido la costumbre de crecer y cambiar seg¨²n desaf¨ªos externos no bien controlados por esa l¨®gica interna que tienen todas las ciudades. Se esper¨® la exposici¨®n de 1889 para cambios urban¨ªsticos fundamentales, tambi¨¦n la de 1929 contribuy¨® a ello, los j¨®venes arquitectos racionalistas le pidieron a Le Corbusier que se replanteara radicalmente la Barcelona republicana, y s¨®lo el bienio negro y la guerra frustraron la posibilidad de que el gran so?ador de ciudades imposibles los hubiera realizado en la capital de Catalu?a.
Despu¨¦s de la guerra, tambi¨¦n la ciudad experiment¨® metamorfosis condicionadas por presiones externas: el Congreso Eucar¨ªstico, la explosi¨®n migratoria que dise?¨® por su cuenta un cintur¨®n residencial inspirado en el modelo de Calcuta, el fe¨ªsmo urban¨ªstico y arquitect¨®nico del franquismo enriquecido en los a?os sesenta y sus alcaldes, convencidos de que Aalto, Le Corbusier, Van del Rohe tambi¨¦n hab¨ªan perdido la guerra civil. Despu¨¦s, la democracia pactada y el sue?o de una noche de verano de arquitectos y urbanistas progres que hab¨ªan acompa?ado el movimiento vecinal contestatario y tuvieron que conformarse con un minimalismo corrector, eso s¨ª, participativo. Y en esa expectativa est¨¢bamos cuando los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992 pasaron por esta ciudad imponiendo un modelo de espacio comercial y hostelero de media estatura, con pir¨¢mides no muy grandes, pero excelentes, como las de Gaud¨ª, con la entusiasmante socializaci¨®n del mar, ¨²nica socializaci¨®n de la nueva democracia espa?ola, con la apertura de las barreras naturales hacia el Maresme y el Vall¨¦s, que la convert¨ªan en la reina del tr¨¢nsito hacia una Nueva Frontera urban¨ªstica ensayada en la Villa Ol¨ªmpica y que tendr¨¢ en el F¨®rum de las Culturas de 2004 un nuevo motivo para que la ciudad crezca y se multiplique. La ciudad queda as¨ª como un escenario entre dos espect¨¢culos y forzada en cierto sentido a dar siempre el espect¨¢culo. Ya no es la m¨¢s norte?a de las capitales del sur, ni la m¨¢s sure?a de las capitales del norte, ni queda casi rastro de sus ingles del Barrio Chino, ni placas conmemorativas de sus subversiones maravillosas; lo que es centro volver¨¢ a ser centro, y las periferias quedar¨¢n fuera de las fotograf¨ªas de esta ciudad peque?o teatro, tal vez para teatro de ensayo, que hoy parece un escenario propuesto para representaciones vengan de donde vengan, probablemente de fuera.
Los turistas hablan de una ciudad humana, como si Pl¨¢ les hubiera prestado el adjetivo que aplicaba a L'Empord¨¤, donde las distancias todav¨ªa est¨¢n hechas a la medida del hombre, humana Barcelona, porque el escaparate est¨¢ lleno de peque?as pir¨¢mides que recuerdan tiempos de esplendor o asentamiento: el g¨®tico, el modernismo, Gaud¨ª, ¨ªntimos b¨²nkeres del racionalismo asediado por los franquistas, la conquista del mar debida al virrey Maragall, el posmodernismo ol¨ªmpico ejercido no como ceremonia de la confusi¨®n, sino como confesi¨®n de impotencia de transformaci¨®n; Montju?c, cumbre deportiva donde el Real Club Deportivo Espa?ol vive un terrible e incomprendido exilio interior y donde la ciudad ense?a lo que conserva de Mir¨® y del pasado art¨ªstico de aquella Catalu?a anterior a la boda de Isabel y Fernando.
Cuando la curiosidad de los extranjeros me pide qu¨¦ Barcelona aconsejo, suelo prevenirles de que no van a ver la grandiosidad burguesa del Par¨ªs del XIX o la belleza unitaria y r¨ªtmica de la Amsterdam del XVII o el esplendor compartimentado de Londres, capital del imperio m¨¢s serio que jam¨¢s hubo despu¨¦s del Imperio Romano. Han de ir degustando arqueolog¨ªas diversas, f¨ªsicas y humanas, porque ¨¦sta ha sido una ciudad de pluralidades e hijos de viuda especialmente encari?ados con todo lo propio y con una madre chuleada por los bombardeos del enemigo. S¨®lo as¨ª es posible explicar por qu¨¦ Las Ramblas son emblem¨¢ticas desde los tiempos de Georges Sand y c¨®mo en la actualidad tienen su centro cultural no en las notables, eficientes, variadas propuestas que ofrecen La Virreyna, Santa M¨®nica o una universidad construida a costa de las fachadas donde dejaron sus huellas, hoy irrecuperables, los culos de miles de prostitutas que ayudaron a los anarquistas a quemar iglesias y conventos, y a los marines de la VI Flota a consolidar los lazos de relaci¨®n sexual con el franquismo. El centro cultural de Las Ramblas es el Mercado de la Boquer¨ªa, escaparate de zoco alimentario tradicional que resiste la competencia de los grandes almacenes, que a la estela del modelo de Macy's son capaces de vender caviar iran¨ª, carne de tigre en lata o ra¨ªz de sequoia a la vinagreta.
El ¨¦xito de La Boquer¨ªa entre los turistas no se debe s¨®lo a su car¨¢cter de mercado popular de calidad at¨ªpico en la Europa actual, sino a la sabidur¨ªa convencional, que yo he ayudado a propagar, de que la ¨²nica revoluci¨®n cultural aportada por la democracia espa?ola ha sido la gastron¨®mica, y que Catalu?a nunca hab¨ªa tenido tal capacidad de competencia en esta materia, ni siquiera cuando Rupert de Noia, o Ruperto de Nola, era el cocinero de la Corona de Arag¨®n en N¨¢poles y pasaba por ser el Ferran Adri¨¤ del primer Renacimiento. Excelente reclamo de esta ciudad teatro, de escenario bonito pero vac¨ªo, a la espera ahora del Foro de las Culturas, que de momento se revela como un excelente foro de la expansi¨®n urban¨ªstica y donde reinar¨¢ el edificio falo t¨®tem capaz de, lib¨¦rrimamente, fecundar o encular a toda la Globalizaci¨®n.
Gu¨ªa pr¨¢ctica
- Datos b¨¢sicos Poblaci¨®n: 1,5 millones. - Dormir Central de reservas de hoteles (933 015 994; www.barcelonahotel.com). Oriente (933 022 558). Ramblas, 45. Edificio hist¨®rico junto al Liceo. La habitaci¨®n doble, 114 euros. Arts (932 211 000). Marina, 19. Hotel de lujo en un rascacielos del puerto ol¨ªmpico. Paquetes oferta por 343 euros. Col¨®n (933 011 404). Junto a la catedral. 215 euros la doble. Espa?a (933 181 758). Sant Pau, 9. Hotel modernista en el coraz¨®n del Raval. 83 euros. Continental (933 012 570). Ramblas, 138. 90 euros. Jard¨ª (933 015 900). Plaza Josep Oriol, 1. 75 euros la doble. - Comer Abac (933 196 600). Carrer Rec, 79. Cocina de autor en un local de dise?o. Men¨² degustaci¨®n, 63,11 euros. Tragaluz (934 870 621). Passatge Concepci¨®, 5. Cocina mediterr¨¢nea. Unos treinta euros. Carmelitas (934 124 684). Carme, 42. Precio medio: 15 euros. Flash Flash (932 370 990). La Granada del Pened¨¦s, 25. Gran variedad de tortillas por menos de seis euros y atm¨®sfera de los setenta. Senyor Parellada (933 105 094). Argenter¨ªa, 37. Cocina catalana tradicional. Entre 15 y 25 euros. 7 Portes (933 193 033). Paseo de Isabel II, 14. Arroces y recetas catalanas. Unos treinta euros. Talaia (932 219 090). Marina, 16. En el puerto ol¨ªmpico. Men¨² degustaci¨®n, 51,10 euros. Casa Leopoldo (934 413 014). San Rafael, 24. Cocina de mercado. Entre 30 y 42 euros. Colibr¨ª (934 432 306). Riera Alta, 33. Entre 40 y 50 euros. - Informaci¨®n Turismo de Barcelona 906 301 282; www.barcelonaturisme.com. ISIDORO MERINO
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