Simon Rattle toma la batuta para iniciar una nueva ¨¦poca de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn
El director rinde homenaje a Mahler y dirige una obra de Ad¨¦s en su primer concierto
Con una reverencia ante la memorable trayectoria de la orquesta -la Sinfon¨ªa n? 5, de Mahler- y un aviso a navegantes acerca de lo que depara el futuro -Asyla, de Thomas Ad¨¦s-, el brit¨¢nico Simon Rattle (Liverpool, 1955) tomar¨¢ hoy el mando de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn, en sustituci¨®n del italiano Claudio Abbado. El desembarco del locuaz, fotog¨¦nico y carism¨¢tico m¨²sico es un acontecimiento medi¨¢tico de primer rango que ser¨¢ grabado en vivo y ha sido preparado con cientos de carteles distribuidos por toda la capital alemana.
'Quisiera que la gente no s¨®lo considere a esta orquesta como la mejor del mundo, sino que tambi¨¦n sienta que pertenece a todos en la ciudad', dijo ayer Simon Rattle durante un encuentro con periodistas. El director brit¨¢nico es el sexto director de esta prestigiosa orquesta en sus 115 a?os de impecable trayectoria.
La expectaci¨®n generada sobre el inicio de una nueva era es grande: Rattle, quien entre 1990 y 1998 dirigi¨® la Orquesta Sinf¨®nica de Birmingham, pretende no s¨®lo rejuvenecer el repertorio de la Filarm¨®nica, sino tambi¨¦n estrechar los lazos con la comunidad, a trav¨¦s de la b¨²squeda de nuevos escenarios, ambiciosos programas educativos y un constante contacto con los j¨®venes. Todo ello ya se hab¨ªa iniciado con Abbado, pero ahora obtendr¨¢ un nuevo impulso gracias a un millonario patrocinio del Deutsche Bank, toda una novedad en una ciudad que durante d¨¦cadas subvencion¨® sus artes por partida doble -capitalista y socia-lista-, pero ahora est¨¢ al borde de la quiebra.
'En todo el mundo, hace rato que ya han pasado los tiempos en los que una orquesta era s¨®lo una instituci¨®n que daba conciertos y esperaba que la gente llegara. Berl¨ªn lo est¨¢ pasando mal y tenemos que devolverle algo a la ciudad', sostiene Rattle, quien se apoya en Franz Xaver Ohnesorg, ex encargado del Carnegie Hall en Nueva York, como director administrativo. 'Con o sin raz¨®n, las orquestas del resto del mundo suelen mirar qu¨¦ est¨¢ haciendo la Filarm¨®nica. Si nos ven ampliando nuestro repertorio, lo dar¨¢n por bueno', agrega.
Rattle, elegido democr¨¢ticamente en 1999 por los mismos integrantes de la orquesta, quienes lo prefirieron a Daniel Barenboim, conoce muy bien a los m¨²sicos: desde 1987, cuando dirigi¨® tambi¨¦n una obra de Mahler, la Sinfon¨ªa n? 6, ha estado al frente de la agrupaci¨®n en 30 ocasiones, siempre como invitado. Ahora todo es distinto: 'La diferencia est¨¢ en lo que uno deja para el futuro. Los ensayos ya no giran s¨®lo sobre el concierto de ma?ana, sino sobre lo que suceder¨¢ en cinco a?os', dice, con un contrato que se extiende hasta 2012. Y el optimismo es grande durante esta luna de miel que parecen estar pasando el director y su orquesta.
Entre las nuevas ideas est¨¢ la de ampliar sustancialmente el repertorio hacia compositores contempor¨¢neos: 'Lo que sucede es que desde los a?os ochenta todos escuchamos una franja mucho m¨¢s amplia de m¨²sica. No conozco, por ejemplo, a ning¨²n compositor menor de 60 que no est¨¦ prestando atenci¨®n a la m¨²sica africana'. A rengl¨®n seguido, muy brit¨¢nico, bromea que 'quiz¨¢s no deber¨ªa disfrutar tanto de la m¨²sica' que escuchan sus dos hijos. Thomas Ad¨¦s, un compositor ingl¨¦s de apenas 31 a?os, es un bot¨®n de muestra de lo que de aqu¨ª puede surgir. Su Asyla, que se escuchar¨¢ esta noche, tiene todo un movimiento que 'b¨¢sicamente es m¨²sica tecno deconstruida', adelanta Rattle.
Investigaci¨®n
Lo nuevo, sin embargo, puede ser tambi¨¦n lo viejo, pero revisado. La Sinfon¨ªa n? 5 de Mahler que entonar¨¢ la Filarm¨®nica es una edici¨®n puesta al d¨ªa por la investigaci¨®n hist¨®rica, 'con cientos de peque?os y grandes detalles de los que surge un cuadro completamente nuevo'. Seleccionar esta obra para inaugurar su mandato al frente de la orquesta, por tanto, es una decisi¨®n m¨¢s que elegante: remite al concierto de 1987, honra con un esp¨ªritu cr¨ªtico la tradici¨®n, y, ante todo, brinda 'un intenso placer personal' a su director. A partir de ah¨ª, Mahler, por lo dem¨¢s, ser¨¢ dejado a un lado y no se volver¨¢ a tocar durante toda la temporada.
Con todo, Rattle es cuidadoso en dejar en claro que su direcci¨®n no supondr¨¢ una revoluci¨®n en la Filarm¨®nica, cuyos anteriores directores fueron Hans von B¨¹low (1887-1894), Arthur Nikisch (1895-1922), Wilhelm Furtw?ngler (1922-1945 y 1952- 1954), Herbert von Karajan (1955-89) y Claudio Abbado (1989-2002). '?ste es un proceso org¨¢nico que toma su tiempo', sentencia. Sentado debajo de una fotograf¨ªa de su ilustre antecesor, recuerda uno de sus pocos encuentros con Karajan: 'Era como uno de esos viejos soldados, de los que siempre van directo al grano, sin ninguna frase superflua'. Y el soldado recomendaba algo que Rattle piensa ahora poner en pr¨¢ctica: 'Cultiva el estilo y el sonido de una orquesta como si fuese un jard¨ªn ingl¨¦s, que hay que regar cada d¨ªa'.
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