Johanesburgo, la espalda del mundo

S?LO DESDE EL PRIMER MUNDO m¨¢s desarrollado pueden contemplarse los resultados de la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible, celebrada en Johanesburgo, bajo la perspectiva de la botella medio vac¨ªa o medio llena. Objetivamente, los principales avances pueden calificarse de rid¨ªculos. Acuerdos ret¨®ricos, retraso en el tiempo de los compromisos m¨¢s importantes, falta de concreci¨®n, inexistencia de penalizaciones para quien no los cumpla, ni siquiera desde el punto de vista medi¨¢tico puede compararse la reuni¨®n terminada la pasada semana con la Cumbre de R¨ªo de 1992. La ausencia de Bush es un ol¨ªmpico desprecio a quienes, al mismo tiempo, pide ayuda para convertir al terrorismo en el enemigo principal del planeta.

El desarrollo sostenible ha devenido en una f¨®rmula vac¨ªa, boicoteada por quienes no tienen la voluntad pol¨ªtica de lograrlo. Los pa¨ªses ricos hablan de librecambismo y practican un proteccionismo creciente

Desde ese Primer Mundo contemplamos preocupados ahora la evoluci¨®n de la econom¨ªa. Se ha pinchado la burbuja burs¨¢til de los a?os noventa y el invento del capitalismo popular est¨¢ empobreciendo a las familias. La revoluci¨®n tecnol¨®gica y la flexibilidad econ¨®mica, las dos patas de la nueva econom¨ªa, no lo eran todo. ?C¨®mo hablar de nueva econom¨ªa con car¨¢cter universal cuando s¨®lo el 6% o el 7% de la poblaci¨®n mundial tiene acceso a Internet? La brecha digital excluye a la mayor parte de esa poblaci¨®n por razones de edad, ingresos y, sobre todo, lugar de residencia. Para aprovechar las bondades de la revoluci¨®n digital se requiere, adem¨¢s de las infraestructuras y las telecomunicaciones precisas (en todo el continente africano, por ejemplo, existen s¨®lo 14 millones de l¨ªneas telef¨®nicas, cifra comparable a la de cualquiera de las grandes ciudades del mundo desarrollado), un nivel de educaci¨®n suficiente. ?Para qu¨¦ quiere Internet un analfabeto? La tasa de analfabetismo es, siguiendo con los ejemplos, de un 68% en la Rep¨²blica Centroafricana, del 57% en la India, del 16% en Sur¨¢frica... El mayor activo de la conferencia de Johanesburgo ha sido reducir a la mitad la gente que vive sin agua potable y sin red de saneamiento de aguas residuales en el a?o 2015; seg¨²n las Naciones Unidas, en la actualidad 1.100 millones de personas viven sin agua potable, y 2.400 millones, sin red de saneamiento. Un problema que parecer¨ªa del siglo pasado.

Con todo, el mayor retroceso se ha producido en la ayuda oficial al desarrollo (AOD) y en la identificaci¨®n del comercio libre. La primera formulaci¨®n de la demanda de un 0,7% del PIB de los pa¨ªses del Norte para ayuda al desarrollo se hizo en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) en el a?o 1964. Treinta y ocho a?os despu¨¦s, no s¨®lo no se ha conseguido, sino que ha retrocedido fuertemente, sobre todo a ra¨ªz de la desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En la frontera de los dos ¨²ltimos siglos, la AOD ha descendido al nivel m¨¢s bajo desde que se cre¨® como tal. Los pa¨ªses donantes han recortado sus prestaciones un 24% desde 1992. Estados Unidos ha pasado de un 0,21% del PIB de ayuda al desarrollo al 0,09% al final del milenio. Europa ha mantenido su oferta de aumentar la ayuda hasta un 0,39% de su PIB en el a?o 2006. En la declaraci¨®n final de Johanesburgo ha desaparecido el 0,7% incluso como objetivo. Algunos jefes de Estado europeos propusieron, sin voluntad pol¨ªtica para lucharlo, la creaci¨®n de un impuesto internacional contra la pobreza, que se podr¨ªa vincular a la tesis de una tasa sobre la movilidad de los capitales (tasa Tobin).

El consenso sobre que la apertura de los mercados es la mejor arma para luchar contra la miseria se contradice con el espectacular aumento del proteccionismo de los pa¨ªses ricos, y fundamentalmente de Estados Unidos. Mientras la teor¨ªa ofrece a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo ciertas facilidades para el acceso de sus productos a los mercados mundiales a cambio de que sus Gobiernos mejoren la gesti¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica, la pr¨¢ctica est¨¢ en que el monto de las subvenciones agr¨ªcolas de los pa¨ªses de la OCDE ha sido en los ¨²ltimos a?os superior al PIB total de los pa¨ªses de ?frica.