M¨¢s cerca de Irak

Sin detenerse por la desaprobaci¨®n mundial, EE UU parece decidido a seguir adelante con una ofensiva a gran escala contra Irak, porque no otra explicaci¨®n puede encontrarse al masivo ataque a¨¦reo anglonorteamericano sobre posiciones iraqu¨ªes. Pese a que los ataques a¨¦reos de brit¨¢nicos y estadounidenses se han convertido en una rutina -se trataba de la 25? oleada de este tipo en lo que va de a?o-, este ataque en concreto fue el mayor de los efectuados en los ¨²ltimos cuatro a?os. Gradualmente, pero con total certeza, Washington parece encaminarse a una guerra en Irak. El mundo entero se opone a una ofensiva as¨ª. (...) El mundo ¨¢rabe e isl¨¢mico ya ha expresado su oposici¨®n a esta guerra, y todos los vecinos de ese pa¨ªs se han manifestado con fuerza en contra. Entre estos Estados no est¨¢n s¨®lo los vecinos ¨¢rabes de Irak, sino tambi¨¦n Ir¨¢n y Turqu¨ªa, especialmente preocupados por las posibles consecuencias que tendr¨ªa una ruptura de la autoridad central de Bagdad y los efectos sobre la minor¨ªa kurda en Turqu¨ªa e Ir¨¢n. (...) Washington debe comprender que una ofensiva contra Irak romper¨ªa la coalici¨®n mundial contra el terrorismo y crear¨ªa una reacci¨®n violenta contra Estados Unidos y los reg¨ªmenes moderados ¨¢rabes y musulmanes. Un escenario de esta naturaleza reforzar¨ªa a las fuerzas extremistas de la regi¨®n, en vez de debilitarlas. La diplomacia paciente puede conseguir lo que no puede la guerra. La guerra satisfar¨ªa a los halcones proisrael¨ªes de la Administraci¨®n de Bush, pero s¨®lo crear¨ªa anarqu¨ªa en la regi¨®n y da?ar¨ªa los intereses occidentales a largo plazo.

Karachi, 9 de septiembre