"El Madrid es el equipo m¨¢s convencido de su poder"
La versi¨®n romana de Fabio Capello (Friuli, 1946) se escabulle por las noches en trattorias de barrios populares. A la sombra de paredes con viejas consignas comunistas come jam¨®n de Norcia y se distrae en tertulias culturales -¨²ltimamente est¨¢ fascinado con Kandinsky-. A la luz del d¨ªa cambia de escenario: dirige al Roma con su hist¨®rico discurso marcial, r¨²stico. En su conciencia alberga la convicci¨®n absoluta de que es un creador. Y dice que el Madrid que enfrentar¨¢ ma?ana en el estadio Ol¨ªmpico, con sus tres Copas de Europa en cinco a?os, es obra suya.
'Yo dirig¨ª al Madrid cuando comenz¨® a convertirse en el Gran Madrid', dice Capello, con la certeza de haber fundado un modelo ganador durante su etapa en Chamart¨ªn, en la temporada 1996-97. 'El Madrid siempre ha seguido t¨¢cticamente de la misma manera. Los jugadores se mueven permanentemente, juegan con defensa en l¨ªnea. El equipo es muy cortito. Defienden atr¨¢s, presionando... Siguen con esta mentalizaci¨®n'.
"S¨®lo tengo dos jugadores para poner delante [ma?ana]: Cassano y Montella"
Los a?os han erosionado el rostro de Capello hasta darle la apariencia de m¨¢scara cori¨¢cea. Dos surcos paralelos le recorren la cara de los ojos a la barbilla, como cicatrices. Su voz resuena ¨¢spera, marcada por una d¨¦cada de gritos en vestuarios y banquillos. Piensa r¨¢pido, no atiende demasiado a sus interlocutores y su discurso esconde la roca ideol¨®gica que alimenta la esencia del f¨²tbol italiano.
Cuatro scudettos, una Liga espa?ola, una Supercopa y una Liga de Campeones le convierten en el entrenador mejor pagado del mundo. Es, como dicen los futboleros italianos, un car¨¢cter 'vincente'. Gestor agresivo de plantillas y s¨ªmbolo de una ¨¦poca. 'Soy un producto de Berlusconi', dice; 'sin ¨¦l, yo no ser¨ªa posible. Seguro que s¨ª. Por un motivo muy simple: llegu¨¦ hasta el primer equipo del Milan porque ¨¦l confi¨® en m¨ª'.
Quiz¨¢ agobiado ante la imagen que proyecta, el Capello que habita en Roma pasa sus ratos libres en mundos menos marciales. Se junta con el escultor Pizzi Cannella, uno de sus amigos del universo cultural de la ciudad. Visita el Museo Guggenheim de Bilbao cada vez que puede y hasta se permite excentricidades po¨¦ticas al comparar los partidos y los jugadores con pinturas abstractas. 'Totti es un Basquiat', dijo a Il Messaggero. Tambi¨¦n analiz¨® el derby romano en clave de relato pict¨®rico, como si todo el partido se explicase en un cuadro de Mondrian titulado Broadway Boogie-Woogie.
Ligeramente menos prosaicos son sus discursos de vestuario. Ah¨ª ladra. Su relaci¨®n con las estrellas, sin embargo, no registra grandes conflictos. '?Es que yo no soy estricto!', protesta; 'pero, si hay que trabajar dos horas, hay que ser serio. ?Es mucho dos horas? Hay algunos a los que le gusta hacer cosas raras, as¨ª que yo les pido que tengan respeto por el trabajo. Lo m¨¢s importante es que cada uno respete su papel. Si asumes tu papel, terminas por comprender al grande y el peque?o y a disfrutar de tu trabajo'.
Asumir el rol es la clave para Capello: 'Cuando los jugadores firman los contratos, dicen: 'S¨ª, s¨ª, todo bien, todo bien'. Pero las plantillas tienen entre 20 y 30 miembros. Y despu¨¦s, cuando no juegan, ponen problemas. Son ego¨ªstas, miran s¨®lo por s¨ª mismos. A los mejores no hay que darles nada especial. Los extraclase toman lo que les corresponde por ellos mismos. Porque tienen personalidad, porque ocupan solos su lugar en la plantilla de forma natural. Los l¨ªderes siempre se ganan los galones y los m¨¦ritos en el campo. Muy pocas veces un gran jugador me ha pedido cosas que no se merezca. Como en el teatro, los mejores actores son los que m¨¢s trabajan. ?Esto es una gran verdad! Los problemas m¨¢s grandes los tienes con los presumidos o con los que se creen superiores y no lo son o con los que se sienten m¨¢s de lo que son porque sus representantes se lo han dicho'.
Capello discrepa de Van Gaal a la hora de valorar el nivel real de los jugadores del Madrid: 'Es el equipo que tiene m¨¢s convencimiento de s¨ª mismo de ser un gran equipo con poder para ganarles a todos. Y la diferencia es objetiva. No son s¨®lo estrellas medi¨¢ticas. Yo digo siempre una cosa: no me gusta hablar de estrellas, sino de fuoriclase y extraclase. Mientras m¨¢s extraclase tienes, m¨¢s posibilidades de ganar. Y el Madrid no tiene pocos de estos jugadores. Por esto gana en Europa. Tiene la fuerza de los extraclase. Cuando le ha faltado una buena condici¨®n f¨ªsica, ha decidido el partido en una o dos jugadas. La final contra el Leverkusen fue as¨ª. Una jugada de Ra¨²l tras un saque de banda y un golazo de Zidane despu¨¦s de un centro de Roberto Carlos'.
'Ahora, con Ronaldo, el Madrid tiene la velocidad que le faltaba', afirma; 'porque la fuerza del Madrid es que no s¨®lo juega en corto. Cuando el bal¨®n le llega a Roberto Carlos, hace unos cambios de orientaci¨®n tremendos. Cuando lo tiene Hierro, hace un cambio de campo tremendo. Cuando lo tiene Zidane, tambi¨¦n. Y cuando lo tiene Figo, tambi¨¦n. Hacen cambios de juego de 50 metros y el bal¨®n viaja rapid¨ªsimo. Tocan mucho y no tienen muchos jugadores que hagan el uno contra uno, exceptuando a Figo'.
El Roma se presentar¨¢ en inferioridad de condiciones, seg¨²n su t¨¦cnico: 'Llegamos con un solo partido oficial . Pero esto no es una excusa. Hay que ganar. El a?o pasado nos ganaron muy f¨¢cil. Jugamos miedosos, sin personalidad, regalando balones. El atentado contra las Torres Gemelas fue ese mediod¨ªa y nos cre¨® un problema muy gordo porque nos pasamos toda la tarde en Trigoria, mirando la tele'.
'Al Roma le van a faltar grandes jugadores: Totti, Batistuta y Lima, todos sancionados', se lamenta Capello; 'no tengo dos puntas y un media punta para jugar con un 5-3-1-2. Delvecchio ha jugado 45 minutos despu¨¦s de cuatro meses de baja. S¨®lo tengo dos jugadores para poner delante: Cassano y Montella'.
'Fich¨¦ a Guardiola porque tiene calidad', asegura, antes de entrar de lleno en una ret¨®rica a la que se amarra con pasi¨®n: 'Siempre han dicho que soy un defensivista. Y yo les contesto: vamos a ver con qu¨¦ jugadores jugaba Capello en Madrid: V¨ªctor en una banda, Ra¨²l en la otra, Suker y Mijatovic delante. Redondo y Seedorf en el medio... ?Y Roberto Carlos! ?Esto es ser defensivista? ?Mamma mia! ?Y pensar que los entrenadores dicen que Seedorf no puede jugar en el medio porque no defiende demasiado!'.
'Guardiola es un chaval muy serio', comenta; 'un l¨ªder. Esto es muy importante. Con el bal¨®n en el pie, pocos centrocampistas en el mundo saben colocarlo como lo coloca ¨¦l. Luego, necesita estar rodeado de gente que trabaje un poco para ¨¦l, jugadores que muerdan un poco'.
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