Eduardo Bautista defiende una nueva relaci¨®n p¨²blico-industria en la era digital

Eduardo Bautista, presidente del consejo de direcci¨®n de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), inst¨® ayer a la industria musical a buscar un nuevo modelo de relaciones con el p¨²blico en la era digital. Bautista se declar¨® dispuesto a pactar con los piratas en Espa?a si eso permitiera reducir el pirateo al 5% del mercado, frente al 25% en que se estiman las ventas de discos ilegales. Asociaciones de autores de todo el mundo discutir¨¢n desde ma?ana y hasta el mi¨¦rcoles en Londres ¨¦stos y otros problemas relacionados con los derechos de autor.

El congreso y la asamblea de la Confederaci¨®n Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC), que agrupa a 199 sociedades de 103 pa¨ªses, estar¨¢ marcada por los problemas de adaptaci¨®n de industria, autores y p¨²blico a una cultura en permanente cambio de la mano de las nuevas tecnolog¨ªas.

'Vamos hacia un modelo de utilizaci¨®n de la cultura muy diferente', advirti¨® Bautista en una charla con la prensa espa?ola en v¨ªsperas de la reuni¨®n.

'Pasamos de una cultura palpable, materializada, a una cultura intangible que se puede distribuir a cualquier esquina del mundo en un segundo', asegur¨®. 'Las discogr¨¢ficas a¨²n no saben d¨®nde est¨¢ el equilibrio' en este escenario mutante. Bautista, que termina su mandato de dos a?os como presidente ejecutivo de la CISAC, reconoci¨® que 'en estos dos a?os las cosas han ido razonablemente mal, pero pod¨ªan haber ido francamente mal'.

El ejecutivo de la SGAE se declar¨® convencido de que la CISAC se sumar¨¢ a la llamada Declaraci¨®n de Madrid, aprobada en junio pasado por las sociedades de autores europeas en defensa de los derechos de autor, crecientemente amenazados de la mano de las nuevas tecnolog¨ªas, un instrumento para extender la difusi¨®n de la cultura pero tambi¨¦n para facilitar el pirateo de los productos culturales, desde la m¨²sica hasta el cine o la televisi¨®n.

Acci¨®n educativa

Eduardo Bautista parece comprender que el futuro no est¨¢ en ponerle puertas al campo y participa en un restringido grupo de reflexi¨®n sobre el futuro de la industria cultural. Defiende al mismo tiempo la acci¨®n policial para atajar la venta callejera de discos ilegales y la acci¨®n educativa para que los j¨®venes comprendan la importancia del autor. 'No todos sufren igual la pirater¨ªa. El productor tiene otro producto. El cantante hace galas. Pero el autor vive de los derechos de autor', explica.

Al mismo tiempo es capaz de comprender los aspectos positivos del cambio tecnol¨®gico. 'Si Napster pagara los derechos, claro que podr¨ªa funcionar', asegura. 'Son las telef¨®nicas las que pagan los Napster y los Nutella, porque les crean mercado', denuncia. 'Yo lo que no quiero es regalar mi m¨²sica porque la estar¨ªa devaluando. En 1991 yo me hice todo mi ¨²ltimo disco, de arriba a abajo, y se lo di a Warner para que lo vendiera. A lo mejor ahora lo que me interesar¨ªa es distribuirlo a trav¨¦s de un Napster legal'.

'Si yo fuera la industria estimular¨ªa a¨²n m¨¢s el intercambio de m¨²sica entre la gente porque eso estimula la creatividad', dice. 'Si pudi¨¦ramos mantener la pirater¨ªa en un 5% habr¨ªa que hacer un pacto con los piratas', asegura sin que le tiemble el pulso. 'El problema es que cuando el pirateo crece, los problemas que genera crecen de manera geom¨¦trica. Y es dinero negro en manos de mafias organizadas'.