La batalla por el petr¨®leo iraqu¨ª

La primera consecuencia de un ataque estadounidense contra Irak en el mercado petrolero ser¨¢ la de un incremento de los precios. La cotizaci¨®n se disparar¨ªa a una banda de entre 35 y 40 d¨®lares, seg¨²n el consenso generalizado de los expertos del sector, por un periodo relativamente corto (un mes como m¨¢ximo) si la intervenci¨®n es r¨¢pida y efectiva, como se prev¨¦ que ser¨¢. Tras una guerra corta y un cambio de r¨¦gimen en Bagdad, el mercado petrolero ser¨¢ b¨¢sicamente 'm¨¢s predecible, estable y seguro, y los precios ser¨¢n m¨¢s bajos', seg¨²n Tom Nicholls, redactor jefe de la publicaci¨®n brit¨¢nica Petroleum Economist.

A ninguno de los expertos consultados del mercado de Londres y de empresas del sector en Espa?a e Italia se le escapa la importancia estrat¨¦gica que tiene el petr¨®leo para EE UU, el mayor importador de crudo del mundo, y el hecho de que Irak tenga las segundas mayores reservas probadas del mundo, 112.000 millones de barriles. El petr¨®leo iraqu¨ª, adem¨¢s de ser abundante, es de calidad media y su coste de extracci¨®n est¨¢ entre los m¨¢s bajos.

'La ca¨ªda de Sadam Husein acabar¨ªa con el embargo petrolero y permitir¨ªa el desarrollo del negocio en Irak', explica Chris Baker, analista del Instituto del Petr¨®leo de Londres. 'Tras la guerra, las empresas petroleras tardar¨ªan menos de un a?o en llevar la producci¨®n iraqu¨ª del mill¨®n y medio actual al doble. En un par de a?os, con las actuales tecnolog¨ªas de exploraci¨®n y prospecci¨®n, Irak puede llegar a convertirse en el segundo mayor productor y exportador de crudo del mundo, detr¨¢s de Arabia Saud¨ª, con casi seis millones de barriles diarios', dice Baker.

Dependencia

Sobre este potencial petrolero iraqu¨ª, se basa todo el an¨¢lisis del futuro del mercado petrolero. Siempre que se habla con Zuhayr Mikdashi, de origen liban¨¦s, ex asesor de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP) y actual catedr¨¢tico de un curso de posgrado en el negocio petrolero de la Universidad de Lausana, recuerda que el petr¨®leo de Oriente Pr¨®ximo, en concreto el saud¨ª, 'es el origen del american dream (sue?o americano)'. 'Sin el petr¨®leo saud¨ª, EE UU jam¨¢s se hubiese convertido en la potencia que es', concluye siempre el profesor.

EE UU produce mucho petr¨®leo, casi seis millones de barriles diarios, pero la econom¨ªa estadounidense necesita m¨¢s de tres veces esa cantidad para funcionar. En 2001, EE UU import¨® 11,6 millones de barriles diarios y m¨¢s del 20% de ese crudo era saud¨ª. Esa dependencia ya hab¨ªa sido motivo m¨¢s que suficiente para que el ex presidente George Bush (padre) interviniese r¨¢pidamente en defensa de sus aliados y socios, Kuwait y Arabia Saud¨ª, cuando ¨¦stos fueron invadidos por Irak en 1991.

Tras los ataques terroristas del 11-S y la guerra de Afganist¨¢n la relaci¨®n entre EE UU y Arabia Saud¨ª se enfri¨®. 'La condena a los atentados por parte del reino saud¨ª fue tibia. Y ya en v¨ªsperas de la intervenci¨®n en Afganist¨¢n hubo hasta roces entre ambos pa¨ªses', comentan fuentes del sector petrolero espa?ol. 'Para EE UU y el entorno del presidente Bush vinculado al negocio petrolero, Arabia Saud¨ª ya no es de fiar', a?aden estas fuentes.

Lo que EE UU teme, seg¨²n los expertos consultados, es la inestabilidad pol¨ªtica del reino saud¨ª en manos de los integristas isl¨¢micos y, como consecuencia de ello, aparece la amenaza de una interrupci¨®n del suministro de crudo que no podr¨ªa ser ni siquiera compensado por la producci¨®n del mar Caspio, que se prev¨¦ que para 2005 estar¨¢ bastante desarrollada, ni por Rusia, que no s¨®lo se halla al borde de su potencial productor, sino que tampoco es pol¨ªticamente fiable por completo.

El ascenso del integrismo isl¨¢mico en Arabia Saud¨ª es hoy mucho m¨¢s preocupante para Washington que hace un a?o. El wahabismo, la rama m¨¢s integrista del mundo musulm¨¢n, se presume muy arraigada en la sociedad saud¨ª e incluso entre muchos miembros de la familia real. Los m¨¢s fieles seguidores del wahabismo, que sirvieron a los intereses de Riad y Washignton para expulsar a los sovi¨¦ticos de Afganist¨¢n, ahora son una amenaza creciente. Hasta antes del 11-S las fatwas (edictos religiosos) que predican 'el odio hacia los infieles' no eran m¨¢s que una opini¨®n. Ahora Occidente se ha dado cuenta de que esas ideas se han arraigado y extendido en el mundo isl¨¢mico y no se sabe cu¨¢nto m¨¢s en la propia cuna del wahabismo, Arabia Saud¨ª.

El petr¨®leo de Irak no libra a EE UU de su dependencia del crudo saud¨ª por completo, pero supone una especie de 'seguro energ¨¦tico' en el caso de una crisis. Como dice Nicholls, 'EE UU busca diversificar sus fuentes de energ¨ªa para asegurarse un flujo permanente y suficiente de crudo'. Arabia Saud¨ª, en el mundo petrolero, es irreemplazable por completo y Washington sabe mejor que nadie que las relaciones con Riad deben ser lo m¨¢s amistosas posible. Arabia Saud¨ª es el ¨²nico pa¨ªs capaz de producir hasta 12 millones de barriles diarios y sus reservas doblan las iraqu¨ªes. Los saud¨ªes pueden, por s¨ª solos, disparar o hundir los precios del mercado petrolero porque son capaces de dejar de extraer todo lo que quieran o de poner en el mercado dos millones de barriles diarios en un plazo de 90 d¨ªas.

Aumento del consumo

Un gobierno 'amigo' en Bagdad dar¨ªa muchas m¨¢s garant¨ªas a EE UU de que contar¨¢ con el crudo que necesita para funcionar y seguir creciendo econ¨®micamente. La Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE) ha previsto que las importaciones de crudo estadounidenses se eleven a 14,3 millones de barriles diarios en 2010 y a 16,7 millones en 2020, el 63% de la demanda prevista para el pa¨ªs. En todo el mundo, se prev¨¦ que el consumo de crudo, especialmente en los pa¨ªses industrializados, aumente de los actuales 75 millones de barriles diarios a 120 millones en 2030, seg¨²n la AIE.

El cambio de r¨¦gimen en Bagdad tambi¨¦n debilitar¨ªa a la OPEP, puesto que el pa¨ªs volver¨ªa a tener voz y voto en la organizaci¨®n y los nuevos representantes iraqu¨ªes en el seno del cartel ser¨ªan m¨¢s 'comprensivos', como se?ala una fuente del sector en Espa?a, con los intereses de Occidente. La mayor producci¨®n iraqu¨ª y el debilitamiento de la OPEP provocar¨ªan, seg¨²n los analistas, el descenso de los precios, hasta un rango entre los 20 y 22 d¨®lares, del que se beneficiar¨¢n los pa¨ªses industrializados. 'Espa?a, m¨¢s que el resto de Europa, se beneficiar¨¢ de una ca¨ªda de los precios del crudo', explica una fuente del sector petrolero espa?ol. 'Nosotros necesitamos m¨¢s crudo que otros pa¨ªses de la UE para producir una unidad de producto interior bruto (PIB)'. 'Europa', a?ade la fuente, 'necesita financiar su recuperaci¨®n econ¨®mica con un barril a 20 d¨®lares. Cuanto m¨¢s caro sea el crudo, m¨¢s tardar¨¢ en llegar esa recuperaci¨®n', concluye.