Blair afronta diferencias en su Gobierno por su postura ante Irak

El primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, apel¨® ayer a la unidad de su Gobierno porque 'hay que parar a Sadam Husein'. El Gabinete, que se reuni¨® ayer por primera vez en los dos ¨²ltimos meses, dedic¨® una sesi¨®n monogr¨¢fica a analizar la situaci¨®n en Irak y a discutir las evidencias acumuladas contra el r¨¦gimen iraqu¨ª con la ayuda de Estados Unidos. Un documento de 55 p¨¢ginas con esas pruebas ser¨¢ hecho p¨²blico hoy, al mismo tiempo que se entregar¨¢ a todos los miembros del Parlamento.

La reuni¨®n de ayer representa en s¨ª misma una evidencia de las tensiones que se viven en el seno del Gabinete. Todos los grandes pesos pesados del Ejecutivo han hecho declaraciones p¨²blicas de apoyo a Tony Blair, pero no todos los ministros comparten ese entusiasmo. La ministra responsable de Cooperaci¨®n al Desarrollo, Clare Short, respetada por su tendencia nada diplom¨¢tica a decir lo que piensa sobre las cosas, ha dicho ya que se opone a que el pueblo de Irak vuelva a sufrir las penurias de una guerra.

Ministros de menor influencia pol¨ªtica, como la responsable de Agricultura y Medio Ambiente, Margaret Beckett, o el de Transportes, Alistair Darling, tampoco parecen convencidos de la conveniencia de atacar Irak. El ex ministro de Exteriores, pero miembro del Gabinete como responsable laborista en el Parlamento, Robin Cook, ha dicho p¨²blicamente que cualquier ataque debe llevar el respaldo de Naciones Unidas. La dimisi¨®n de cualquiera de los cr¨ªticos debilitar¨ªa al primer ministro. Sobre todo si se produjera antes del congreso semestral de los laboristas, que empieza el domingo.

'La verdad es que la pol¨ªtica de contenci¨®n no ha funcionado', les dijo Tony Blair a los ministros. '?l ha sido capaz de seguir adelante con su programa de armas de destrucci¨®n masiva y hay que pararlo', a?adi¨®. 'No se trata de los restos de un problema hist¨®rico, sino de la continuidad de todo un programa'.

Nueva resoluci¨®n de la ONU

El ministro de Exteriores, Jack Straw, el m¨¢s firme aliado de Blair, se convirti¨® anoche en la ¨²nica voz p¨²blica del Gabinete a la salida de la reuni¨®n, todo un s¨ªmbolo de que quiz¨¢ no todos dir¨ªan lo mismo si hicieran declaraciones. Straw ratific¨® el compromiso de seguir afrontando la crisis a trav¨¦s de la ONU, y una vez m¨¢s dej¨® claro tambi¨¦n que, 'si no hay paz por desarme', los esfuerzos diplom¨¢ticos ser¨¢n reforzados con la acci¨®n armada. Un portavoz de Downing Street confirm¨® tambi¨¦n que 'en los pr¨®ximos d¨ªas' se presentar¨¢ una nueva resoluci¨®n sobre Irak en Naciones Unidas.

El de ayer fue el primero de los diversos obst¨¢culos pol¨ªticos con los que puede tropezar Tony Blair por la crisis iraqu¨ª. El segundo es el debate parlamentario de hoy. Coincidiendo con ¨¦l, Blair har¨¢ p¨²blicas las pruebas acumuladas contra Sadam Husein en materia de armas qu¨ªmicas, bacteriol¨®gicas y nucleares.

Pero, tras aceptar el gobernante iraqu¨ª las inspecciones de Naciones Unidas, las pruebas contra Sadam Husein han perdido cierto inter¨¦s y el debate se centra m¨¢s en el papel de la ONU y en los intereses econ¨®micos y estrat¨¦gicos que se esconden tras la posici¨®n de Washington y de Londres. Si Blair explicara que, seg¨²n una sospecha cada vez m¨¢s extendida, en realidad lo que est¨¢ en juego es asegurar a Occidente el suministro de petr¨®leo a buen precio durante decenios, aunque Arabia Saud¨ª caiga definitivamente en manos enemigas, quiz¨¢ los brit¨¢nicos le dar¨ªan mayor cr¨¦dito.