La pena por Valer¨®n desgarra al Depor
El cuadro de Irureta se hunde ante la eficacia de un Milan que acab¨® humill¨¢ndole
Se sab¨ªa que la vida sin Valer¨®n iba a resultar dura para el Deportivo, pero no hasta el grado que le toc¨® padecer anoche. La ausencia de su figura provoc¨® un gigantesco desgarro an¨ªmico y futbol¨ªstico en el Depor, vapuleado por un Milan que convirti¨® en an¨¦cdota la proeza gallega en M¨²nich, la semana anterior. Fue un Milan repleto de buenos jugadores y con una propuesta futbol¨ªstica m¨¢s resultona que en los ¨²ltimos a?os.
DEPORTIVO 0| MILAN 4
Deportivo: Juanmi; Scaloni, C¨¦sar, Naybet, Romero; Acu?a (Duscher m. 62), Mauro Silva (Donato m. 78); V¨ªctor, Sergio, Fran (Trist¨¢n m. 62); y Makaay. Milan: Dida; Simic, Nesta, Maldini, Kaladze; Gattuso, Pirlo (Ambrosini m.63), Rui Costa (Dalla Bona m. 83), Seedorf; Rivaldo e Inzaghi (Tomasson m. 78). Goles. 0-1. M.17. Gran disparo cruzado de Seedorf desde la frontal del ¨¢rea que supera a Juanmi. 0-2. M.32. Scaloni falla estrepitosamente al despejar un centro sencillo de Rui Costa y deja la pelota a pies de Inzaghi, cuyo primer disparo repele Juanmi, pero el italiano remacha el segundo. 0-3. M.54. Inzaghi remata ante Juanmi un pase de Rui Costa dentro del ¨¢rea. 0-4. M. 61. Contragolpe que culmina Inzaghi con facilidad. ?rbitro: Kim Milton Nielsen (Dinamarca). Amonest¨® a Pirlo, Mauro Silva y Naybet. Unos 32.000 espectadores en Riazor.
Seguramente el juego y la autoridad de los italianos sobre el partido estuvieron bastante por debajo del estruendo que indica el marcador. Pero la humillaci¨®n s¨ª reflej¨® la enorme v¨ªa de agua que se ha abierto en el Depor cuando todo parec¨ªa rodar a la perfecci¨®n.
El examen de conciencia en Italia parece que va en serio a tenor de lo exhibido anoche por el Milan en Riazor. Aquel estr¨¦pito como de cascos de caballos que hasta el otro d¨ªa se o¨ªa siempre que jugaba un equipo italiano -el martilleo incesante de pelotazos o el protagonismo central de futbolistas como Gattuso, que conduce la pelota con la sutileza de una apisonadora- dej¨® paso a una composici¨®n m¨¢s melodiosa, m¨¢s parecida a lo que siempre se entendi¨® como f¨²tbol. El propio Gattuso representa mejor que nadie la inversi¨®n de papeles que se ha producido en el Milan para beneficio del juego. Ahora, rodeado de gente respetuosa con la pelota como Rui Costa, Rivaldo, Pirlo o Seedorf, Gattuso es el actor secundario que nunca debi¨® dejar de ser. Eso no quiere decir que el Milan se olvidara de la presi¨®n, de la t¨¢ctica y de toda esa letra menuda que requiere un partido. Pero el bal¨®n ha regresado al centro de la escena, como debe ser. Como era en los gloriosos tiempos de Sacchi.
Con todo, se nota que el Milan est¨¢ a¨²n en periodo de transici¨®n y que hay aspectos que deber¨¢ perfeccionar. Anoche, por ejemplo, prescindi¨® del juego por los costados, pero como los peloteros que acumulaba en el centro son tan buenos y como el Depor se abri¨® en canal por esa zona, al Milan le sobr¨® para llevarse el partido. Por ah¨ª, precisamente, lleg¨® el primer gol, cuando el Milan todav¨ªa se dedicaba a controlar la situaci¨®n y el Depor empezaba a apretar arriba con m¨¢s ¨¢nimo que criterio y claridad. Nadie se molest¨® en frenar a Seedorf en una arrancada en diagonal. Y cuando el holand¨¦s lleg¨® al borde del ¨¢rea, ya era muy tarde: coloc¨® un estupendo disparo cerca del palo, inalcanzable para Juanmi.
El Deportivo no tuvo respuesta. Dio la impresi¨®n de que, adem¨¢s del enorme da?o futbol¨ªstico que le ha causado la baja de Valer¨®n, el cuadro de Irureta sufri¨® un fatal golpe psicol¨®gico, como si la ausencia del gu¨ªa del equipo hubiese provocado una sensaci¨®n de desamparo. Hasta el s¨¢bado, el Depor sab¨ªa que, cuando algo se complicaba, bastaba entregarle la pelota a Valer¨®n y la claridad volv¨ªa al momento. Sin ese agarradero, anoche se le apagaron las luces a todos. Como se esperaba, el sustituto de Valer¨®n fue Sergio, un futbolista notable, con ambici¨®n, calidad y gol. Pero Sergio no es un media punta espec¨ªfico y seguramente le pes¨® demasiado la sombra de su antecesor. Su car¨¢cter el¨¦ctrico, tan beneficioso para el equipo en muchas ocasiones, acab¨® resultando da?ino. Antes, estaba a su lado Valer¨®n para pausar el juego cuando era necesario. Anoche no hab¨ªa nadie y el Depor cay¨® v¨ªctima de la precipitaci¨®n y del descontrol, enmara?ado en constantes imprecisiones.
En el arranque del choque, hubo algunas tentativas individuales dignas de m¨¦rito. Sobre todo, por parte de Fran, cuyos galones no le permit¨ªan escabullir la responsabilidad. Pero el gol de Seedorf sent¨® como un tiro al Depor. Y cuando a¨²n ten¨ªa posibilidades de rehacerse, al cuadro de Irureta le dio por trabajar para el enemigo. Fue un centro de Rui Costa, relativamente sencillo de neutralizar, pero que Scaloni, m¨¢s que despejar, se quit¨® de encima de mala manera. La pelota le cay¨® a Inzaghi de frente a la porter¨ªa. Juanmi estuvo magn¨ªfico repeliendo el primer disparo. Pero el italiano no fall¨® el segundo.
Desde ese momento, el choque result¨® un calvario para el Deportivo, tan animoso como impotente. El Milan puso el piloto autom¨¢tico y esper¨® a que cayesen los contragolpes. Fueron cuatro goles y pudieron ser bastantes m¨¢s: Inzaghi dispar¨® al palo en otra ocasi¨®n y Juanmi se pas¨® la segunda parte con la soga apret¨¢ndole el cuello. Demasiadas ocasiones para lo que realmente jug¨® el Milan. Pero un inquietante aviso de lo dura que puede ser la vida sin Valer¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.