El mundo al rev¨¦s
La pol¨ªtica fiscal aplicada ha sido presentada por el Gobierno como principal causa de la buena marcha de la econom¨ªa en los ¨²ltimos a?os aunque hay otros factores con superior grado de influencia. Uno externo, el intenso crecimiento de Estados Unidos, y otro interno, el consenso social para no caer en los errores que desembocaron en la recesi¨®n de 1993. En la actualidad, no se dispone de ninguno de los dos. Los pa¨ªses desarrollados pasan por una crisis de causas no s¨®lo coyunturales (fuerte endeudamiento de las familias y falta de credibilidad de las empresas) que har¨¢n la recuperaci¨®n m¨¢s lenta y menos intensa en ritmo de crecimiento de lo inicialmente esperado. Por otra parte, el Gobierno ha despreciado el valor del consenso interno renunciando unilateralmente al mismo con una decisi¨®n que beneficia a unos pocos.
Adem¨¢s, la econom¨ªa espa?ola mantiene sus habituales limitaciones internas. La elevada inflaci¨®n y el fuerte saldo negativo en la balanza de pagos son reflejo de la insuficiente capacidad del tejido productivo espa?ol para competir y crear empleo en el futuro. El presupuesto representa el grado de iniciativa p¨²blica en la econom¨ªa y debe estar elaborado para solucionar, junto con las decisiones privadas, los problemas reales de los ciudadanos. En una situaci¨®n de fuerte incertidumbre mundial, el Gobierno se inventa una realidad al borde de la fantas¨ªa (crecimiento del 3% en el PIB en 2003) para acomodar un presupuesto determinado previamente, cuyo ¨²nico objetivo, m¨¢s bien dogma, es alcanzar el equilibrio presupuestario con un gasto p¨²blico inferior en ocho puntos del PIB a la media comunitaria (56.000 millones). Con esta decisi¨®n, se renuncia a mejorar las inversiones en infraestructuras e I + D, a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos potenciando mejores servicios p¨²blicos y a apuntalar las pol¨ªticas dirigidas a garantizar la igualdad de oportunidades. La sociedad espa?ola se ve obligada a renunciar al efecto multiplicador del gasto p¨²blico en un momento de crisis, cuando m¨¢s se necesita.
A cambio, se le ofrece una reforma del IRPF que con su nueva tarifa favorece 35 veces m¨¢s a los que ingresan m¨¢s de 67.000 euros al a?o y concentra las ventajas de las plusval¨ªas en las rentas m¨¢s elevadas (el 10% m¨¢s rico acumula el 70% de las plusval¨ªas). Las rebajas para la mayor¨ªa de la anterior reforma han sido ef¨ªmeras, se las comi¨® la inflaci¨®n y, en contrapartida, las subidas en los impuestos sobre el consumo son permanentes y se ampl¨ªan con la inflaci¨®n. Resaltar una coincidencia: las rebajas del IRPF se aplican siempre pr¨®ximas a elecciones y son objeto de manipulaci¨®n en los medios de comunicaci¨®n amigos sin posibilidad de respuesta cr¨ªtica.
Por si fuera poco, los trabajadores ocupados asumen exclusivamente con las cuotas sociales, una parte de su salario, el pago de las pol¨ªticas de empleo, adem¨¢s, de ejercer la solidaridad los desempleados. En pago a su esfuerzo, han visto recortados sus derechos, a la vez que abaratado y facilitado el despido.
En suma el mundo del rev¨¦s, o ?quiz¨¢s estamos equivocados y la sociedad del Gobierno del PP es as¨ª? Una econom¨ªa con un tejido productivo d¨¦bil apoyado en bajos costes laborales y poca protecci¨®n a los trabajadores que adolece de infraestructuras f¨ªsicas y humanas para mejorar el valor a?adido de los productos. Una sociedad con insuficiente protecci¨®n social y seguridad ciudadana en la que buscarse la vida en los momentos de dificultad es una obligaci¨®n estrictamente individual. Eso s¨ª, luciendo con orgullo el equilibrio presupuestario, logrado, por cierto, con m¨¢s trucos de los debidos. La misma t¨¢ctica enga?osa utilizada para publicitar una subida de los gastos sociales importante (+7,1%) cuando eliminados los trucos contables queda en un porcentaje muy reducido (+1% real).
Miguel ?ngel Garc¨ªa D¨ªaz es responsable del Gabinete Econ¨®mico Confederal de Comisiones Obreras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.