'Quiero ganar a Woods'

'Quiero jugar el domingo contra Tiger Woods y ganarle. Eso supondr¨ªa seguramente que Europa venciese a Estados Unidos y recuperara la Copa Ryder . Ser¨ªa fant¨¢stico'. Woods es el n¨²mero uno del golf. Indiscutible. A sus 26 a?os, su palmar¨¦s lo adornan ya 46 t¨ªtulos. Entre ellos, ocho del Grand Slam desde 1997; uno de cada tres disputados. Demoledor. Con 6,4 millones de d¨®lares, encabeza las ganancias del circuito norteamericano de 2002 y, en su corta carrera, totaliza m¨¢s que nadie en la historia: 32,6. Envidiable. Adem¨¢s, acaba de imponerse en Kilkenny (Irlanda) aventaj¨¢ndole por siete golpes. Incontestable. Pero a Sergio Garc¨ªa, de 22 -ocho triunfos en su colecci¨®n, siete millones en su cuenta corriente-, no le amedrentan tantas credenciales: 'Quiero jugar contra ¨¦l y ganarle'. Encomiable. La respuesta de su presunto rival es diplom¨¢tica: 'Ser¨ªa interesante y divertido'.

Desde luego, Woods se muestra confiado. No s¨®lo no le molestar¨ªa v¨¦rselas con Garc¨ªa, sino que pretende probar que no es el paradigma de la individualidad en uno de los deportes m¨¢s individualistas. As¨ª, puntualiza, aspira a brillar por su pa¨ªs m¨¢s que por s¨ª mismo. Pero su paso por el torneo no ha sido hasta ahora demasiado positivo: entre 1997, derrota en Valderrama (Sotogrande, C¨¢diz), y 1999, victoria, s¨®lo le ha aportado 3,5 de sus 10 puntos posibles: el 35%, un porcentaje bajo para ser quien es. ?Y si Garc¨ªa le superase ahora? Aparte de interesante y divertido, ser¨ªa un impacto para su orgullo.

Si se repasa la lista mundial, se observa que entre los doce primeros hay seis miembros del equipo estadounidense y s¨®lo dos del europeo. Aqu¨¦llos, Woods (1?), Phil Mickelson (2?), David Toms (6?), Davis Love (7?), Jim Furyck (10?) y David Duval (12?). ?stos, Garc¨ªa (5?) y el irland¨¦s Padraig Harrington (9?).

Si se cuentan los t¨ªtulos grandes, la superioridad norteamericana es abrumadora: 14-2. A los ocho de Woods se unen los seis, uno por cabeza, de Paul Azinger, Mark Calcavecchia, David Duval, Davis Love, Hal Sutton y David Toms. Langer, con sus dos Masters, es la ¨²nica r¨¦plica europea.

Y, si se contrastan los novatos, los debutantes en una competici¨®n tan intensa y tan diferente como es la Copa Ryder, en la que los sentimientos se desbordan y la veteran¨ªa es un grado, se aprecia que los europeos son m¨¢s: los suecos Pierre Fulke y Niclas Fasth, el irland¨¦s Paul McGinley y el gal¨¦s Phillip Price frente a David Toms, Stewart Cink y Scott Verplank.

Pero no importa. 'Podemos batirles', proclama Torrance. A sus 49 a?os y mirando ya al circuito de los seniors, el de los cincuentones, sue?a con una despedida feliz. Entre paisanos, c¨®mo no, Montgomerie se ha conjurado para ofrec¨¦rsela e insiste en que tienen 'una gran oportunidad' de vencer. Por a?adidura, recu¨¦rdese, Garc¨ªa no s¨®lo quiere ganarle a Woods, sino que parece convencido de que puede hacerlo. Eso s¨ª, la ¨²ltima experiencia, la primera de Garc¨ªa, fue terrible. En 1999, en The Country Club, en Brookline (Massachusetts), sus compa?eros y ¨¦l se presentaron con cuatro puntos de margen (10-6) a los doce partidos individuales del ¨²ltimo d¨ªa. Las fr¨ªas estad¨ªsticas les daban, pues, por triunfadores porque nunca se hab¨ªan remontado m¨¢s de dos. Pero apenas pudieron anotarse tres de ellos e igualar otro para terminar (13,5-14,5) entregando el trofeo a sus rivales, exultantes por su gesta y por haber inclinado de su lado el balance (6-5) de las once ediciones afrontadas, desde 1979, por ambos conjuntos.

1? jornada: Fourballs (cada jugador, con su pelota, al mejor resultado): Clarke (Irl. N.) y Bj?rn (Sue.) contra Woods y Azinger; Garc¨ªa y Westwood (Ing.) contra Love y Duval; Montgomerie (Esc.) y Langer (Ale.) contra Furyck y Hoch; Harrington (Irl.) y Fasth (Sue.) contra Mickelson y Toms. Foursomes (golpes alternativos a una sola bola): los capitanes decidir¨¢n sus parejas tras los partidos anteriores.