Txente da la cuarta al iBanesto.com
Aitor Gonz¨¢lez se exhibi¨® en el pav¨¦s de la llegada a ?vila y le lim¨® cuatro segundos a Heras
Bajando Serranillos, a mitad de camino, m¨¢s o menos, se tropieza uno con Navarrevisca. ?Menudo repecho! 'Ah¨ª duelen las piernas de verdad, pero c¨®mo duelen', dice Paco Mancebo, que es de la zona y por all¨ª se entrena. All¨ª, el corredor que baja lanzado del ¨²ltimo puerto de primera de la Vuelta se encuentra de repente, tras un puente estrecho con una cuesta empinada y hacia arriba. All¨ª, donde nadie se aguantaba, se puso de pie sobre los pedales un ciclista gigante llamado Txente Garc¨ªa Acosta, se puso de pie, carg¨® el desarrollo, aguanto el subid¨®n de ¨¢cido l¨¢ctico que le envenen¨® la sangre y, enorme, dej¨® plantados a sus compa?eros de escapada. Fue demoledor. Fue lo m¨¢s hermoso de un d¨ªa que tambi¨¦n fue hermoso por otros motivos.
Vuelta 2002| 19
B¨¦jar-?vila, 177,8 kms. ETAPA 1. J. G. Acosta (iBanesto.com) 4h 24m 27s 2. Aitor Gonz¨¢lez (Kelme) a 2m 2s 3. Mart¨ªn Perdiguero (Acqua) a 2m 6s 4. ?scar Sevilla (Kelme) m.t. GENERAL 1. Roberto Heras (US Postal) 71h 24m 42s 2. Aitor Gonz¨¢lez (Kelme) a 1m 8s 3. ?scar Sevilla (Kelme) a 1m 45s 4. Joseba Beloki (ONCE) a 2m 9s ETAPA DE HOY ?vila-Warner Bros Park, 141,2 kms. ETAPA DE MA?ANA Warner B. P.-Madrid (C.R.I), 41,2 kms.
Por el ataque de Aitor Gonz¨¢lez, por ejemplo, dinamita en el pav¨¦s que asciende hasta las murallas de ?vila; contrapi¨¦ ciclista, exhibici¨®n pura y dura. Le lim¨® 4s a Heras, lo que tampoco es tanto; y le lim¨® la moral, que es m¨¢s. 'Le quer¨ªa dar un aviso', dijo Aitor, plet¨®rico, sobrado, nada m¨¢s cruzar la meta. 'Le quer¨ªa asustar, recordarle que estoy muy fuerte, y que ma?ana m¨¢s'. Y Heras, que se achica seg¨²n pasan los d¨ªas, que hunde la cabeza entre los hombros y mira al suelo, dijo triste: 'Si estoy fuerte, si estoy muy bien, pero este equipo...'.
Heras ha echado de menos un equipo fuerte para respaldarle toda la Vuelta, ayer tambi¨¦n. Ayer, en la sierra de Gredos, por ?vila, era la ¨²ltima oportunidad, la ¨²ltima, ¨²ltima. Para Heras y para los dem¨¢s, para Beloki y para Sevilla y Casero tambi¨¦n. Poco despu¨¦s de que Txente, un desaf¨ªo a las leyes f¨ªsicas hecho ciclista, torso peque?o, brazos m¨ªnimos, piernas y muslos tremendos, fuerza bruta para fabricar vatios, tiembla gravedad, y sus compa?eros de escapada (entre ellos, Aitor Osa, que se proclam¨® virtual rey de la monta?a) sufrieran en la subida de Serranillos, Casero, que llevaba tiempo anunci¨¢ndolo, 'estaos quietos, que hoy ataco, hab¨ªa dicho a sus equipiers', cambi¨® el ritmo con fuerza. Inteligente, el pelot¨®n le dej¨® hacer, Heras ni se inmut¨®, tampoco Aitor o Sevilla. Tauler, el superdotado resucitado, se puso al mando. La armada Kelme a su rueda. Un dientecito menos, un esfuerzo m¨¢s y Casero, cazado. Luego fue Beloki, que sub¨ªa y bajaba por el grupo mirando las caras, los gestos, las maniobras. Hab¨ªa visto que Heras no estaba s¨²per, hab¨ªa visto que Aitor, en cuanto se agitaban las aguas por la delantera, perd¨ªa puestos en el grupo. Aceler¨® el guipuzcoano y se distanci¨®, se qued¨® all¨ª, invitando a los colegas a unirse a su carro, a Casero y a Sevilla, sobre todo, a Casagrande tambi¨¦n. Quer¨ªa hacer un grupo bonito, con posibilidades, y si iba Sevilla, mejor, as¨ª no tirar¨ªa el Kelme por detr¨¢s, y Heras no ten¨ªa equipo, que Perdiguero se hab¨ªa fugado antes. Pero nadie se movi¨®. Fue el Coast el que aceler¨®. Y as¨ª pasaron la subida. Y as¨ª hicieron el descenso, y tampoco aprovecharon el repecho de Navarrevisca, que all¨ª duelen mucho las piernas y s¨®lo los gigantes inspirados lo resisten.
A Txente le faltaban 50 kil¨®metros para la meta y subiendo Navalmoral, el ¨²ltimo obst¨¢culo de la Vuelta, sali¨® Perdiguero a su caza. Asustaba. Si le cazaba, no tendr¨ªa nada que hacer en la llegada. Si se vaciaba en la subida, se quedar¨ªa sin fuerzas para el llano. Txente regul¨®. El madrile?o nunca se acerc¨® a menos de 50s del navarro. El descenso y el llano eran cosa chupada para Txente, casi 80 kilos, 1,85 de estatura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.