El modelo de Puerto Rico

Puerto Rico mantiene desde 1952 una relaci¨®n pol¨ªtica con Estados Unidos como Estado Libre Asociado, una f¨®rmula tan compleja como controvertida que permite a los puertorrique?os preservar su identidad nacional y un gobierno aut¨®nomo, a la vez que permanecen unidos pol¨ªticamente a EE UU. George W. Bush es su presidente pero no lo han elegido, porque no tienen derecho a votar en las elecciones presidenciales ni tampoco a seleccionar representantes en el Congreso. Ese singular estatuto se debe a un viejo principio norteamericano: 'No se puede imponer taxaci¨®n si no existe representaci¨®n'. Y los puertorrique?os no pagan impuestos federales, s¨®lo locales.

La exenci¨®n de impuestos federales y la supresi¨®n del derecho al voto son las mayores diferencias entre Puerto Rico y los cincuenta Estados de la Uni¨®n. No obstante, la Isla del Encanto mantiene una representaci¨®n en el Congreso a trav¨¦s de un 'comisionado residente', que puede preparar legislaci¨®n concerniente a Puerto Rico e incluso debatir en su favor, pero no puede votar.

Ambas naciones tienen en com¨²n el mercado, la defensa, la moneda y la pol¨ªtica exterior

Puerto Rico tiene su propia Constituci¨®n, que tuvo que ser ratificada por el Congreso norteamericano antes de que los electores la aceptaran mediante plebiscito. Actualmente, ni el Congreso ni el Ejecutivo de Washington pueden vetar una ley aprobada por los legisladores puertorrique?os. Y, en teor¨ªa, el Congreso de EE UU puede pasar leyes sobre Puerto Rico sin tenerlas que someter a votaci¨®n popular en la isla, aunque en la pr¨¢ctica ha ocurrido en contadas ocasiones.

Bajo el convenio, ambas naciones mantienen la defensa, la moneda, la pol¨ªtica exterior y el mercado comunes. En la isla operan todas las agencias federales, desde el FBI o la DEA hasta las del bienestar social, y EE UU gestiona adem¨¢s el servicio postal, las aduanas y los tribunales de justicia federales -la isla mantiene su propio sistema judicial, pero los asuntos de jurisdicci¨®n o constitucionalidad los dirime EE UU-.

Puerto Rico recibe varios subsidios federales para carreteras, vivienda y educaci¨®n, semejantes a los que obtienen los otros Estados. Tambi¨¦n se quedan en la isla los impuestos de productos manufacturados all¨ª, as¨ª como los recaudados por el Gobierno federal en los puertos. El impuesto que s¨ª pagan los puertorrique?os al tener tambi¨¦n ciudadan¨ªa estadounidense es el de la seguridad social federal. Las instituciones puertorrique?as controlan los asuntos internos, a menos que involucren leyes norteamericanas, como por ejemplo en cuestiones de salud p¨²blica o contaminaci¨®n medioambiental. La gobernadora es Sila Mar¨ªa Calder¨®n y hay dos C¨¢maras legislativas: la Baja, con 51 esca?os, y el Senado con 27.

Los gobernadores comenzaron a ser elegidos democr¨¢ticamente en 1948. EE UU los hab¨ªa nombrado desde que tom¨® posesi¨®n de la isla al final de la Guerra Hispanoamericana. El Estado Libre Asociado, aprobado en 1952, le dio a la Isla del Encanto cierta autonom¨ªa para dirigir sus asuntos pol¨ªticos sin la intervenci¨®n de Estados Unidos, pero nunca ha dejado de ser un caballo de batalla. Desde entonces, el debate pol¨ªtico sobre si ser un eEtado Libre Asociado, un pa¨ªs independiente o el Estado n¨²mero 51 ha centrado la vida p¨²blica en Puerto Rico. En el ¨²ltimo plebiscito de 1998 sobre la identidad nacional, la f¨®rmula de ELA gan¨®, pero perdi¨® terreno con respecto al apoyo que hab¨ªa logrado anteriormente, en 1993.

El contencioso con EE UU se ha agravado en los ¨²ltimos a?os por la presencia de la Marina estadounidense en la isla de Vieques. La muerte accidental de un civil causada durante unas maniobras prendi¨® la mecha de las manifestaciones populares en contra de EEUU.