Digestiones
Est¨¢ bien eso de poner banda ancha en todos los colegios de Andaluc¨ªa; pero yo me conformar¨ªa con que pusieran alcantarillado en algunos barrios de Almer¨ªa, aunque fuera de banda estrecha. Aparte de la comodidad, est¨¢ demostrado que los vecinos con alcantarillas alcanzan un rango espiritual superior. Los pozos negros dan muchos quebraderos de cabeza y dificultan la actividad intelectual. Yo, que tengo fosa s¨¦ptica, me considero incapaz de estudiar a fondo, por ejemplo, el paso de una sociedad industrial a otra tecnol¨®gica. Semejante an¨¢lisis requiere un sosiego que est¨¢ re?ido con la esclavitud a que te somete un pozo negro: vives en permanente zozobra; nunca sabes si filtra; y cuando descubres que no, suele ser demasiado tarde. Por eso, quienes disfrutan de una red de saneamiento como la que debe de haber en Finlandia pueden despreocuparse de las miserias del cuerpo y dedicarse a la tecnolog¨ªa.
Entre los partidos pol¨ªticos, los hay que tienen una fosa s¨¦ptica que no acaba de filtrar muy bien; y los hay con alcantarillado, cuyos militantes deponen sin continencia y con despreocupaci¨®n. El PSOE de Andaluc¨ªa, que lleva mucho tiempo sin hacer obras en casa, es un buen ejemplo de partido con fosa s¨¦ptica. Despu¨¦s de todo lo que ha ca¨ªdo en las ¨²ltimas d¨¦cadas, los socialistas saben que cualquier evacuaci¨®n imprevista har¨ªa rebosar el pozo negro. Imag¨ªnense que ese consejero de turismo que el otro d¨ªa entr¨® en el ba?o del palacio de San Telmo y solt¨® aquello de que son preferibles dos casos de descomposici¨®n a uno de estre?imiento hubiese sido militante del PSOE. El pozo negro del partido hubiera reventado, echando a perder la sede de la Junta. Por fortuna, las alcantarillas del Partido Andalucista funcionan tan bien como las de la calle G¨¦nova, y tras el alivio del consejero no hubo nada.
F¨ªjense en los congresos del PP; ya pueden acudir compromisarios, que jam¨¢s veremos atascarse los desag¨¹es del partido. A juzgar por sus ¨²ltimos vertidos en forma de declaraciones p¨²blicas, las alcantarillas del PP funcionan de maravilla. Aunque un ministro de Franco se encierre durante siglos en el ba?o de la Administraci¨®n como ha hecho Fraga, cualquier militante popular puede sentarse a continuaci¨®n en el mismo inodoro que don Manuel sin preocuparse lo m¨¢s m¨ªnimo por el volumen de sus propias comparaciones. Uno puede decir, por ejemplo, que Chaves y Franco son la misma mierda, y quedarse tan ancho: las cloacas del partido se lo beben todo. As¨ª da gusto.
Pero las deposiciones dependen del r¨¦gimen de comidas, y hay dietas capaces de atorar incluso el alcantarillado del PP. Si te comes una Te¨®fila, lo m¨¢ximo que puede ocurrir es que expulses un Bellido. Pero si lo que te tienes que comer sin hambre son tus propias palabras seguidas de tu designaci¨®n a candidata de la Junta, es posible que se te suelte la tripa y que en la noche electoral tengas diarrea. As¨ª que no me extra?a que aqu¨ª exista un miedo reverencial a cambiar de r¨¦gimen, como dice Mayor Oreja, y que los andaluces prefiramos seguir con el mismo men¨² aunque la dieta de Chaves nos tenga algo constre?idos.
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