C¨¦sar Borgia, el malvado
Si la exposici¨®n absuelve a Alejandro VI de las maldades que la historia le ha atribuido hasta ahora, su hijo C¨¦sar mantiene en ella su biograf¨ªa de p¨¦rfido, taimado pol¨ªtico, capaz de envenenar a sus enemigos, hasta el punto de convertirse en una 'influencia problem¨¢tica' para el padre. Culto y refinado, C¨¦sar escrib¨ªa en cinco idiomas y su amor por el arte le llev¨® a contratar a Leonardo da Vinci. Toreaba a caballo y organiz¨® no pocas corridas en Roma.
C¨¦sar Borgia es el verdadero contrapunto de Savonarola, y su personalidad exquisita y temible inspir¨® a Maquiavelo su c¨¦lebre El pr¨ªncipe (un ejemplar del cual no pod¨ªa faltar en la muestra en sitio destacado). C¨¦sar Borgia aparece retratado varias veces en las salas de Palacio Ruspoli. Se le puede ver en un impresionante cuadro junto a Maquiavelo discutiendo de pol¨ªtica, acompa?ados del cardenal Pedro de Borgia, t¨ªo de C¨¦sar, y de su secretario Micheletto Corella.
Otros dos buenos retratos de C¨¦sar, de joven y de adulto, lo muestran con un rostro sorprendentemente actual, con una est¨¦tica de personaje complicado, con una amplia 'sombra', que tan de moda est¨¢ actualmente.
La exposici¨®n tiene un espacio muy destacado dedicado a las armas de la ¨¦poca, con una ballesta impactante y un sitio para los retratos de los peores enemigos de los Borgia y de la cristiandad de entonces, el rey franc¨¦s Carlos VIII y Zizimo (Djeni), el jefe sarraceno.
Lucrecia cre¨® su propia corte en Ferrara (que le ha dedicado otra exposici¨®n), viviendo de forma refinada hasta el final de sus d¨ªas.
Una tropa de varios soldados a pie y un caballero ilustran perfectamente las armaduras de la ¨¦poca, que revolucionaron el arte de la guerra con su ligereza y que jugaron el mismo papel que los primeros chips en la industria militar, siendo despu¨¦s aplicados los conocimientos en la sociedad.
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