Una exposici¨®n suaviza en Roma la leyenda negra y el poder de los Borgia
La muestra del Palacio Ruspoli se centra en Alejandro VI, 'un hombre de su tiempo'
La literatura, la m¨²sica y la historia se unieron para convertir el apellido Borgia en un concentrado de maldades renacentistas. El linaje de esta familia espa?ola, los Borja, oriundos de X¨¢tiva (Valencia), dio al mundo santos y diablos, adem¨¢s de dos papas, uno de ellos Alejandro VI, el m¨¢s famoso de los pont¨ªfices, que, a trav¨¦s de sus hijos C¨¦sar y Lucrecia, consigui¨® extender el dominio temporal de la Iglesia y acrecentar el poder de la familia. La historia de los Borgia, desprovista de los excesos que la leyenda negra, inspirada por sus enemigos, les atribuy¨®, es el tema de la exposici¨®n Los Borgia. El arte del poder, que estar¨¢ en Roma, en el Palacio Ruspoli, hasta el 23 de febrero pr¨®ximo.
Ni siquiera en su patria, Valencia, la memoria de los Borja-Borgia consigui¨® mantenerse a salvo de la poderosa leyenda internacional. En 1992, quinto centenario de la elecci¨®n de Rodrigo Borgia al trono de Pedro con el nombre de Alejandro VI, apenas se celebraron homenajes. Han tenido que pasar algunos a?os m¨¢s para que, en 2001, aniversario de la fundaci¨®n de la Universidad de Valencia por el papa Alejandro, su patria se decidiera al fin a festejarle por todo lo alto con exposiciones y hasta con un importante congreso internacional.
La exposici¨®n que se inaugura el jueves en Roma parte de la exhibici¨®n valenciana a la que se a?adieron nuevos objetos, prestados por diversos museos internacionales.
Rodrigo de Borja (1432-1503), elegido papa en 1492, despu¨¦s de haber practicado la simon¨ªa (compra de votos entre los cardenales, como buena parte de sus antecesores y sucesores), con el nombre de Alejandro VI, es el verdadero personaje central de la muestra.
'Fue definido como el peor papa de la Iglesia, y hay que decir que es absolutamente mentira. Alejandro VI fue un hombre de su tiempo, Lucrecia no envenen¨® a nadie... Las cosas que hicieron eran normales en aquella ¨¦poca, y fueron hechas por sus antecesores y sucesores. El asesinato de enemigos, cardenales con esposas e hijos, el nepotismo, son elementos de la vida en los siglos XV y XVI. Digamos que eran normales. ?Qu¨¦ decir de su sucesor, Julio II, que conquist¨® Italia a sangre y fuego...?'.
As¨ª se expresaba ayer la comisaria italiana de la exposici¨®n, Carla Alfano, decidida a romper una lanza a favor de los Borgia. Temidos por su poder, odiados por las familias nobles italianas, como los Medici, o los Della Rovere, por su condici¨®n de extranjeros, su desaparici¨®n ser¨ªa festejada con la calumnia y el olvido.Rodrigo Borja, designado cardenal por su t¨ªo, el papa Calixto III, Alfonso Borja (1378-1458), desempe?a la tarea de vicecanciller de la Iglesia durante el reinado de cinco papas, antes de asumir el mismo las riendas de la Iglesia.
Desde ese puesto clave, y gracias a sus conocimientos de derecho y a su talento pol¨ªtico, llega a ejercer un enorme control sobre el escenario pol¨ªtico y religioso europeo. Rodrigo, cardenal a los 25 a?os, es descrito como un hombre sensual, amante de las artes y los placeres, que mantendr¨¢ amantes y tendr¨¢ hasta siete hijos con algunas de ellas. Los m¨¢s famosos, C¨¦sar y Lucrecia Borgia.
La exposici¨®n, articulada en torno a nueve secciones, comienza enmarcando a los Borja en su Valencia natal para pasar enseguida al mundo de Alejandro VI, profundamente marcado por acontecimientos de enorme trascendencia como el descubrimiento de Am¨¦rica y la apertura del mundo hacia nuevas fronteras. La personalidad de Rodrigo Borgia, su exuberante carnalidad, pero tambi¨¦n su entusiasmo por el arte, son tratados en otra secci¨®n. As¨ª como la discutida historia de Savonarola, el monje que fue quemado por la Inquisici¨®n.
Alejandro VI es retratado como un pr¨ªncipe renacentista que trae a Bramante, Miguel ?ngel, que manda decorar las Estancias Borgianas del Vaticano, que fortifica el Castello de Sant'Angelo... Roma est¨¢ llena de recuerdos suyos.
La muestra recorre la biograf¨ªa del papa espa?ol a trav¨¦s de diversas obras excepcionales como un retrato de Alejandro sobre cuero, obra de Juan de Juanes, cuando a¨²n era arzobispo de Valencia, y con un excepcional retrato de Vannozza Cattanei, la mujer con la que tuvo tres hijos antes de llegar a papa.
En el juicio de El Bosco
Se recuerda tambi¨¦n a San Vicente Ferrer, que predijo a Calixto que ser¨ªa papa y que fue 'recompensado' por Calixto nada m¨¢s llegar al trono de Pedro. Se trata de una tabla que recoge seis milagros del santo, y constituye 'una de las joyas de la muestra', seg¨²n Felipe Gar¨ªn, otro de los comisarios junto al tercero, Learco Ardal¨°, presidente de la asociaci¨®n cultural Erasmo de Imola. Otra de las joyas es el ¨²nico Pinturicchio que existe en Espa?a, la Virgen de las Fiebres, encargado por Alejandro al artista para la iglesia de X¨¢tiva.
La exposici¨®n del Palacio Ruspoli est¨¢ adornada con reproducciones gigantes de El carro de heno, de El Bosco, donde se supone que el papa que aparece conducido al juicio final es el mism¨ªsimo Alejandro. El juicio de la historia fue extremadamente duro con ¨¦l, pero Roma, donde rein¨® como un pr¨ªncipe renacentista, le absuelve ahora, casi cinco siglos despu¨¦s de su muerte.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.