Houellebecq justifica su af¨¢n provocador tras ser juzgado por injuriar al islam
'No creo que la novela tenga que ser moral', afirma el autor de 'Plataforma'
Antes de empezar la rueda de prensa, Michel Houellebecq lo deja claro: 'Nada de fotos'. Su abogado ha sido taxativo: no quiere que hable del islam ni que le hagan fotos, lo que no deja de ser sorprendente si tenemos en cuenta que la foto del autor sale en la portada de su ¨²ltima novela, Plataforma (Anagrama). La obra ha armado un considerable revuelo en Francia y todav¨ªa est¨¢ pendiente de sentencia por el juicio emprendido contra ¨¦l por las opiniones despectivas sobre el islam vertidas en una revista francesa. Houellebecq, sin embargo, pol¨¦mico y provocador por naturaleza, habla del tema, aunque sea de soslayo. 'Es un poco triste lo del proceso, pero al final me he dicho que forma parte del oficio'.
Plataforma, la tercera novela de Houellebecq, trata en primera persona de un personaje nihilista llamado Michel que tiene en el sexo una especie de refugio. El turismo sexual en Tailandia y las cr¨ªticas a las agencias de turismo sirven de fondo para una historia de amor contempor¨¢nea en la que la violencia tambi¨¦n juega un papel. 'A menudo pongo cosas m¨ªas en mis novelas, pero es muy raro que las utilice tal como han pasado. Por ejemplo, los lugares de los que hablo son reales, pero casi nunca hablo de personajes reales. De hecho, pienso que con el tiempo acabo olvidando mi vida real, mucho m¨¢s que de lo que escribo. Lo que s¨ª hago a veces son transposiciones. Por ejemplo, en Plataforma hablo de una chica que hace moldes de su cl¨ªtoris, que es algo que nunca he visto, pero s¨ª conoc¨ª a una chica que hac¨ªa moldes de sus tetas'.
Houellebecq habla en susurros, como si no le interesara lo que dice. De hecho, comenta que a veces se dedica a provocar por cansancio. O lo contrario: hay veces que se siente desactivado. Cuando habla de la historia de amor y de sexo que hay entre Michel, un funcionario desenga?ado del Ministerio de Cultura, y Val¨¦rie, una yuppy del turismo de masas, no se entusiasma, pero parece sorprenderse con detalles laterales. 'Cuando escrib¨ª sobre Val¨¦rie, no conoc¨ªa a ning¨²n personaje similar, pero lo he conocido despu¨¦s de publicar el libro: una danesa que era una yuppy con una vida anterior muy curiosa'.
Turismo sexual
As¨ª como del islam no quiere hablar, Houellebecq no tiene reparos en hablar sobre el turismo sexual. 'Si ahora volviera a escribir la novela, quiz¨¢ la ambientar¨ªa en Cuba o en Santo Domingo, ya que son pa¨ªses que encajan mejor con la idea del turismo sexual. En Tailandia el turismo sexual est¨¢ bien, pero quiz¨¢ demasiado bien. Quiero decir que no entra en conflicto con nada. El dinero se reparte de modo m¨¢s o menos consensuado y no es realmente un tema dram¨¢tico'.
Al preguntarle si para ¨¦l es un drama la prostituci¨®n infantil en Tailandia, se encoge de hombros y declara: 'No, no puede decirse que sea un drama'.
Tras calificar a Breet Easton Ellis de 'buen escritor', comenta Houellebecq que no se siente un provocador. 'Lo soy a veces, pero un poco por cansancio', dice. 'De hecho he dicho antes que la prostituci¨®n infantil no era un drama en Tailandia, pero la verdad es que no hay mucha all¨ª. Incluso en las webs de ped¨®filos se desaconseja el pa¨ªs, pero hay veces que no me apetece responder ampliamente. Lo de provocar depende a veces de la reacci¨®n del p¨²blico. Por ejemplo, cuando se public¨® Las part¨ªculas elementales me preguntaron en Francia si estaba a favor de la manipulaci¨®n gen¨¦tica. Respond¨ª que s¨ª y hubo pol¨¦mica, pero no creo que la hubiera hoy'.
'No creo que la funci¨®n principal de la novela tenga que ser moral', afirma Houellebecq ante las acusaciones que ha recibido de inmoral. 'Creo que si de lo que trata es de moral, los sermones son m¨¢s ¨²tiles. Yo no he escrito sermones, pero pienso que son mejores para dar mensajes morales'.
Cuando sale el tema del estilo, Houellebecq se anima, no en vano declar¨® hace unas semanas, ante la noticia de su proceso, que, si ten¨ªan que juzgarle por algo, era por si pon¨ªa o no bien las comas. 'La mayor¨ªa de las veces que los periodistas hablan de mi estilo se nota que no han entendido nada', afirma. 'Es el tema sobre el que dicen m¨¢s tonter¨ªas. Creo, por ejemplo, que en el estilo de C¨¦line hay una relaci¨®n clara con el jazz, y supongo que por esto no me gusta C¨¦line, porque no me gusta el jazz. Un rasgo caracter¨ªstico de mi estilo son los puntos y las comas, y creo que en franc¨¦s deber¨ªa inventarse algo intermedio entre el punto y la coma'.
Houellebecq, que abre su novela con una cita de Balzac, considera que ¨¦ste es 'un gran novelista'. 'Yo, por desgracia, no soy capaz de escribir como ¨¦l', a?ade. 'Me doy cuenta de que no soy tan bueno. Creo que la Rusia actual est¨¢ pidiendo un Balzac'.
En la novela, Houellebecq no ahorra sus cr¨ªticas punzantes a los best sellers norteamericanos, que califica de 'mierda', y a la Gu¨ªa del trotamundos. 'Los de la gu¨ªa se sintieron molestos', comenta. 'Y ten¨ªan motivos, pero globalmente no me ha sorprendido la reacci¨®n que ha habido en Francia ante Plataforma. Ha habido menos foll¨®n que con Las part¨ªculas elementales. En todo caso, no creo que cambie mi escritura, sino m¨¢s bien mi manera de ser. Pienso que, al fin y al cabo, la escritura y la vida son muy independientes'. Acerca de su proceso iniciado por sus declaraciones a la revista Lire sobre el islam, el ¨²nico comentario de Houellebecq es que 'la reacci¨®n creo que ha sido un poco desmesurada'. 'La solidaridad ha funcionado bien', a?ade, 'pero los intelectuales son una cosa y los novelistas otra, y pienso que no tienen nada que ver entre s¨ª. Lo que ha funcionado es la solidaridad de los novelistas. Respecto a anteriores pol¨¦micas, con una novela anterior hicimos concesiones a un c¨¢mping que protest¨® y ahora me arrepiento de haberlas hecho'.
Houellebecq, que ha fijado su residencia en Irlanda, reflexiona que el mundo es cada vez m¨¢s violento. 'Es violento desde todos los puntos de vista', dice. 'Econ¨®micamente, por ejemplo, pienso que lo que ha ocurrido con algunas grandes empresas es tan exagerado que, si alguien lo hubiera escrito en una novela, no le hubieran cre¨ªdo'.
Frases pol¨¦micas
Houellebecq ha tenido que defenderse en los tribunales de Par¨ªs acusado por diferentes instancias musulmanas de incitar al 'odio racial'. Se enfrenta a un a?o de c¨¢rcel y a una multa de 45.000 euros.Se le ha denunciado por sus declaraciones a la revista Lire y no, parad¨®jicamente en aras de la libertad de expresi¨®n, por los pasajes contra el islam que contiene Plataforma y que son tan elocuentes como las manifestaciones (una de ellas fue que 'la religi¨®n m¨¢s idiota es el islam'). En la novela se dice que la religi¨®n de los pa¨ªses ¨¢rabes es 'insensata', y un personaje, egipcio, expresa: 'El islam s¨®lo pod¨ªa nacer en un est¨²pido desierto, entre beduinos mugrientos que no ten¨ªan otra cosa que hacer, con perd¨®n, que dar por el culo a sus camellos' (...) 'No habr¨¢ nunca sitio en tierras musulmanas para la inteligencia y el talento; si han existido matem¨¢ticos, poetas y sabios ¨¢rabes, es s¨®lo porque hab¨ªan perdido la fe'. En su defensa, Houellebecq ha defendido el 'derecho a la provocaci¨®n'. Houellebecq protagonizar¨¢ hoy a las 20.30, en el Istituto Franc¨¦s de Barcelona, una performance / lectura con acompa?amiento musical en la que tiene previsto realizar un molde de una modelo desnuda.
Babelia
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