El M¨¢laga se hace m¨¢s grande
El equipo de Peir¨® pasa por primera vez en su historia una gran ronda europea
La avidez de la grada y el exiguo marcador de la ida (0-0) no permit¨ªan ciertas apat¨ªas exhibidas en tierras bosnias. As¨ª que m¨¢s le val¨ªa al M¨¢laga imponer pronto su autoridad si no quer¨ªa ver echado por tierra todo el esfuerzo que gast¨® durante los meses de verano en la Copa Intertoto. Y as¨ª fue. A los cinco minutos, Coque corrobor¨® un fluido inicio de su equipo con una jugada individual por sorpresa que s¨®lo fue frenada con un penalti. Y Dely Vald¨¦s no perdon¨®, como acostumbra.
Un gol tempranero, tensiones aliviadas y buenas vibraciones: entrega completa y algunas piezas clave del equipo bien engrasadas. Sandro camp¨® a sus anchas y tuvo detalles de buen aprendiz de Laudrup en sus tiempos por Madrid. En las bandas parec¨ªa que s¨®lo hab¨ªa sitio para Musampa y Manu, que pasaron por encima a sus pares y ni siquiera necesitaron el apoyo de sus laterales.
M?LAGA 1| ZELJEZNICAR 0
M¨¢laga: Contreras; Rojas, F. Sanz, Roteta, Valcarce; Manu, Gerardo, Sandro (Romero, min. 67), Musampa; Coque (Leko, min.61) y Dely Vald¨¦s. Zeljeznicar: Hasagic; Mulaosmanovic, Alihodzic, Mulalic, Kajtac; Zeric, Biscevic (Cosic, min. 45), Karic, Silic (Alagic, min. 75); Tica y Guvo. Goles: 1-0. M. 6. Dely Vald¨¦s, de penalti. ?rbitro: Ladislav Gadosi (Eslovaquia). Amonest¨® a Fernando Sanz, Guvo, Biscevic, Silic y Kajtac. Expuls¨® a Karic por roja directa. Unos 12.000 espectadores en La Rosaleda.
Pero el f¨²tbol es perfecto cuando los goles acompa?an al buen juego, que lo hubo, del M¨¢laga, que complet¨® una primera mitad espectacular ensombrecida por un desacierto quiz¨¢ provocado por la convicci¨®n de que tras esa oportunidad no apuntalada vendr¨ªa otra, y otra.
Bonito juego ese, pero peligroso, sobre todo sabiendo que un gol en contra desvanecer¨ªa hasta los sue?os m¨¢s profundos. Si preocupante era cesa falta de punter¨ªa de los andaluces, m¨¢s reconfortante era observar a una defensa bosnia desorientada, sacada de su zona por la movilidad de un inteligente Coque y de Manu. La zaga del Zeljeznicar era como un observatorio de sombras blanquiazules.
No obstante, cuando lograba salir, el equipo bosnio instalaba cierto murmullo en la grada. Su mayor problema fue que no supo atacar, que lo hizo como aquellos tozudos galos contra unos romanos cargados de suficiencia. Todo lo hac¨ªan sin rodeos, por el camino m¨¢s corto, por el centro, por donde casi tropezaban entre ellos.
El Zeljeznicar se resist¨ªa a abandonar sus torpezas. Y eso que su rival ve¨ªa que el partido conclu¨ªa y entregaba el mando poco a poco y como es costumbre, con los habituales cambios temerosos. El M¨¢laga ten¨ªa espasmos de lucidez, pero no terminaba de retomar el control. El equipo bosnio tuvo su oportunidad, pero el M¨¢laga cumpli¨®.
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