'La bondad y la maldad est¨¢n diseminadas equitativamente por todo el mundo'
Ian McEwan habla despacio, rebuscando las palabras y puntuando la conversaci¨®n con largos silencios. Es una t¨¦cnica que, en cierta forma, tambi¨¦n aplica a su proceso de creaci¨®n. El novelista brit¨¢nico, de 54 a?os, se embarca en sus proyectos literarios sin rumbo fijo ni ambici¨®n clara. Pasa meses recogiendo apuntes y perfilando personajes en cuadernos que conserva desde d¨¦cadas atr¨¢s. Con numerosas pausas en el camino, para dar tiempo a que las piezas encajen y las ideas tomen cuerpo, ha construido una decena de novelas, incluida la ¨²ltima, Expiaci¨®n, cuya versi¨®n en castellano se publica este mes, un a?o despu¨¦s de la edici¨®n original.
Premio Booker 1998 por Amsterdam, galardonado por Ni?os en el tiempo y con su primera novela Jard¨ªn de cemento entre sus trabajos llevados al cine, McEwan forma parte del grupo de autores surgidos en el Reino Unido a mediados de los setenta que todav¨ªa no ha sido desplazado por las siguientes generaciones. En el aniversario del 11 de septiembre, el novelista conversa en su nuevo domicilio de Londres, una magn¨ªfica residencia de cinco plantas, de la coyuntura internacional y de su ¨²ltima novela, que presentar¨¢ en Barcelona a mediados de este mes.
PREGUNTA. Una ni?a con ambici¨®n literaria, Briony, es el personaje central de Expiaci¨®n. ?Deposita en ella su experiencia como escritor?
RESPUESTA. S¨ª, hay mucho de m¨ª en Briony. Comparto sus ideas acerca de la calidad de secreto que tiene la escritura o la forma en que una novela permite adentrarse en la mente de los dem¨¢s. Sensaciones que ella experimenta al observar detenidamente su mano o su rodilla, y que le provocan una intensa conciencia de s¨ª misma, proceden directamente de mis experiencias de ni?o.
P. ?Comparte tambi¨¦n su definici¨®n de literatura como un viaje de la imaginaci¨®n?
R. La literatura debe ser m¨¢s controlable. Debe haber un compromiso entre el prop¨®sito consciente del autor respecto a su material y la impotencia frente a dicho material. En vez de volar, yo siento como si estuviera cavando con la esperanza de encontrar piedras preciosas.
P. ?Qu¨¦ le llev¨® a meditar sobre el concepto de expiaci¨®n y sus ramificaciones morales?
R. No fue premeditado, sino que surgi¨® lentamente a medida que escrib¨ªa y una vez que descubr¨ª que Briony es la autora de la novela adem¨¢s de su personaje central. Es una historia tradicional de una persona que toma conciencia plena de sus responsabilidades morales. Briony comete un error de ni?a y pasa el resto de su vida reflexionando sobre la materia. Se convierte as¨ª en un genuino ser moral.
P. Briony cumple 77 a?os en 1999. ?Quiso pasar revista a la historia del siglo XX a trav¨¦s de este personaje?
R. S¨ª, no es fortuito que la novela termine en 1999. Al concluir el siglo, miramos hacia atr¨¢s, especialmente en Europa, a los cien a?os de destrucci¨®n, crueldad y locura. En el coraz¨®n de nuestra civilizaci¨®n tenemos estos actos terribles que provocaron tanta miseria humana como el Holocausto, la II Guerra Mundial, la revoluci¨®n rusa... Quer¨ªa escribir una novela en la que un anciano mirara al pasado, a sus propios errores. Briony tiene remordimientos e intenta purgar la falta que cometi¨® de ni?a.
P. En su obra literaria, la mujer tiende a portar el estandarte de moralidad. ?De d¨®nde procede esta visi¨®n?
R. Siempre sent¨ª que deb¨ªa proteger a mi madre de mi padre, quien beb¨ªa con exceso y era algo violento. Esto me llev¨® a idealizar a la mujer, a representarla como una luminosa autoridad moral. Ya no conservo este ideal. Ning¨²n g¨¦nero, clase o raza puede reivindicar una mayor autoridad moral. La bondad y la maldad est¨¢n diseminadas equitativamente por todo el mundo.
P. La novela se detiene en Dunkirk, una de las derrotas m¨¢s humillantes de los aliados en la II Guerra Mundial.
R. Fue humillante, pero Dunkirk vive en la narrativa inglesa como un mito heroico. La retirada de las tropas no se incluye en nuestra historia nacional. Ignoramos esta aut¨¦ntica pesadilla y nos centramos en la haza?a de las peque?as embarcaciones que cruzaron el canal de la Mancha para rescatar a los soldados brit¨¢nicos.
P. ?Quiso desvelar la tragedia del desastre b¨¦lico a trav¨¦s de Robbie, el personaje masculino clave en la novela?
R. Siempre he querido escribir sobre Dunkirk. Mi padre, y todos los hombres de su generaci¨®n, estuvieron en Dunkirk. Los periodistas se fijan en el lado oculto de un acontecimiento, pero a m¨ª, como novelista, esta idea no me interesa. Fue un recurso literario que me permiti¨® hablar de Robbie durante su experiencia en la guerra y, al mismo tiempo, hacerle reflexionar en esta larga caminata sobre los acontecimientos anteriores de su vida.
P. No economiza en las escenas de violencia, incluso entre los propios soldados brit¨¢nicos.
R. Fue una atrocidad y el horror fue real. Murieron 60.000 soldados y la aviaci¨®n alemana bombarde¨® a los refugiados civiles para bloquear el tr¨¢fico militar. En la guerra es muy dif¨ªcil separar a los culpables de los inocentes. Todo colapsa y se renuncia a todas las normas. Presento en estos cap¨ªtulos otra perspectiva de la culpabilidad y la purgaci¨®n.
P. El Reino Unido vuelve a prepararse para la guerra, ?hay justificaci¨®n?
R. Hay justificaci¨®n, aunque no estoy seguro de que sea suficiente. Me encantar¨ªa que cayera Sadam Husein, pero la guerra en Irak es una muy mala idea. Espero que la amenaza de guerra le fuerce a permitir el retorno de los inspectores de la ONU. Es la ¨²nica esperanza que nos queda. Yo no soy pacifista, pero, en este caso, creo que deber¨ªamos contenernos de atacar Irak.
P. ?Qu¨¦ papel debe desempe?ar un escritor en momentos de convulsi¨®n internacional?
R. Miro con sospecha a los escritores que est¨¢n inmediatamente dispuestos a opinar en p¨²blico sobre un evento internacional. Hay mucha vanidad y pedanter¨ªa en el aire. Para hacerles justicia, debo decir que se les pide constantemente su opini¨®n. Mi tel¨¦fono suena en cuanto algo sucede en el mundo. Pero yo recelo de convertirme en intelectual p¨²blico, especialmente cuando los intelectuales se han equivocado en tantos cap¨ªtulos de la historia del siglo XX.
P. Pero usted public¨® un art¨ªculo al d¨ªa siguiente de los atentados del 11 de septiembre.
R. S¨ª, a petici¨®n de The Guardian. Mi primer instinto fue rechazar la propuesta. Luego pens¨¦ que si no era capaz de escribir sobre esta tragedia humana, m¨¢s me valdr¨ªa permanecer en silencio. Quise dar forma a la respuesta emocional que sinti¨® la gente, sin exponer una opini¨®n pol¨ªtica.
P. ?Qu¨¦ cambios fundamentales aprecia desde entonces?
R. Miedo y pesimismo. Un acto de agresi¨®n genera m¨¢s agresi¨®n, es algo innato en la condici¨®n humana. Al Qaeda debe contar con cientos, o quiz¨¢ miles, de seguidores preparados a morir para vengarse de la destrucci¨®n de sus campos de entrenamiento, de la derrota talib¨¢n, de la presencia de tropas americanas en la pen¨ªnsula ar¨¢biga... No veo una soluci¨®n racional posible. Por eso me siento tan pesimista y temo que, tarde o temprano, sufriremos otra atrocidad en Nueva York, Londres o Madrid. El mundo occidental es muy vulnerable.
P. En Expiaci¨®n da por cerrado el siglo XX. ?Se siente frustrado ante la intensificaci¨®n de la violencia en la nueva era?
R. S¨ª, nuevo siglo con un nuevo tipo de horror. ?Pero es realmente algo nuevo? ?O estamos frente a una variante del siniestro esp¨ªritu totalitarista que vivimos en el XX, que ha encontrado ahora una expresi¨®n religiosa, que quiere imponer su soluci¨®n final y preserva una ¨²nica visi¨®n en su b¨²squeda de la utop¨ªa? Hay conexiones con el fascismo y el comunismo en la noci¨®n de que los medios justifican el fin. La muerte es aceptable, e incluso, deseable, si conduce a un objetivo.
P. La novela est¨¢ poblada de referencias literarias. ?Brinda un homenaje a sus antecesores?
R. En cierta forma s¨ª. Entablo un di¨¢logo sobre modernismo y posmodernismo. El primer relato que escribe Briony est¨¢ totalmente influenciado por Virginia Woolf y, como apunta el cr¨ªtico Cyrill Connolly, falta narrativa en el texto y valor por parte de su autora. En la ¨²ltima versi¨®n, debe romper con Virginia Woolf y remontarse a la novela del siglo XIX, a autores como Jane Austen, que creen en los personajes. Expiaci¨®n es una novela de personajes. Y Briony es mi mejor creaci¨®n como personaje. Tuve que creer realmente en ella como persona. No hubiera podido contar esta historia sin recuperar las maravillosas herramientas que nos han dejado George Eliot, Tolst¨®i, Austen y muchos otros autores. Tambi¨¦n reconozco que recurr¨ª a todos los trucos de la novela posmodernista.
P. ?Cree que estos recursos literarios ser¨¢n a la larga sustituidos por influencias del dominante mundo audiovisual?
R. Un buen escritor debe abrazar su tradici¨®n para poder cortar con ella. Debe leer para perder sus influencias. Me preocupar¨ªa que se consolidara una tradici¨®n literaria dominada por escritores semieducados, que no han le¨ªdo, desconocen la creaci¨®n anterior y piensan que est¨¢n inventando algo por primera vez. En los ¨²ltimos diez a?os ha aparecido un elevado n¨²mero de j¨®venes escritores brillantes, ignorantes, no muy interesantes, no muy talentosos. Pero el apetito por las novelas nunca va a desaparecer porque ninguna tecnolog¨ªa moderna puede ofrecer el sabor de la mente de otra persona. La televisi¨®n y el cine transmiten un fuerte sentido del otro ser, pero nunca pueden alcanzar la familiaridad con un personaje que se logra en la novela. El lector se convierte, en una forma bastante sensual, en parte integrante del pensamiento de un personaje.
P. ?C¨®mo explica que no haya surgido un grupo con la misma fuerza que los autores de su generaci¨®n, como Martin Amis o Julian Barnes?
R. Porque escribir una novela es, ahora, una v¨ªa de hacerse rico. Si tienes 21 a?os -ayuda si eras una chica atractiva- y escribes de sexo, discotecas y drogas, las editoriales te apoyar¨¢n con una promoci¨®n agresiva. Se trata, con frecuencia, de columnistas de prensa, que cuentan con una audiencia y son conocidos cuando publican su primera novela. Ni ellos mismos pretenden que est¨¢n haciendo algo significativo.
P. ?Prima el comercio sobre la creatividad?
R. S¨ª, todo gira en torno al mercado. Tambi¨¦n hay buenos autores j¨®venes, como Toby Litt y Zadie Smith, y surgir¨¢n otros m¨¢s. No importa que ahora mismo falte un novelista, de unos 40 a?os, considerado un genio de la ficci¨®n inglesa. El g¨¦nero sobrevivir¨¢. Lectores no faltan y los libros son baratos. Las condiciones son buenas y estoy seguro de que emerger¨¢n buenos novelistas.
P. Acaba de publicar un ensayo autobiogr¨¢fico. ?Es un adelanto a sus memorias?
R. Pens¨¦ que este ensayo ser¨ªa el primer cap¨ªtulo de mi autobiograf¨ªa. Pero no he hecho nada desde entonces porque estoy pensando en una novela. Tengo ideas vagas que estoy escribiendo en mi cuaderno sin saber todav¨ªa a d¨®nde me dirijo. Pero, uno de estos d¨ªas, escribir¨¦ mi memoria novelada.
BIBLIOGRAF?A
El placer del
viajero.
Anagrama, 2001.
Amor perdurable. Anagrama, 2001. Destino, 1998. C¨ªrculo de
Lectores, 1999.
Primer amor,
¨²ltimos ritos. Anagrama, 2000.
Entre s¨¢banas. Anagrama, 2000.
Amsterdam. C¨ªrculo de
Lectores, 2000.
Emp¨²ries, 1999.
Anagrama, 1999.
Ni?os en el
tiempo.
Anagrama, 1999.
Los perros
negros.
Anagrama, 1993. Gossos Negres. Edicions 62, 1993.
Jard¨ªn de cemento. Tusquets, 1982.
El inocente.
Destino, 1998 (en
catal¨¢n)/Anagrama, 1995.
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