Hormonas en Guadalix
La primera noche del Gran Hermano 4 tuvo un momento crucial. Estaban las seis chicas (Judith, Inmaculada, Sonia, Roc¨ªo, Desir¨¦e y Mar¨ªa) encerradas en el confesionario de la casa, viendo a sus compa?eros sin que ellos lo supieran, y Mercedes Mil¨¢ les iba preguntando qu¨¦ les parec¨ªa cada uno. Compitiendo en moh¨ªnes y movimientos de pelo, iban respondiendo hasta que Mil¨¢ les dijo: '?Y el argentino?'. Se produjo entonces un silencio revelador, presagio de futuras tempestades, ellas se miraron y, a continuaci¨®n, hicieron ver que no se hab¨ªan fijado en uno de los dos extranjeros de GH. La clave, pues, ser¨¢ Mat¨ªas.
Puestos a especular, pronostico que ¨¦sta ser¨¢ la edici¨®n m¨¢s hormonal del concurso. De los seis hombres, el argentino es el que m¨¢s ha vivido. Es una mezcla de Indiana Jones y de boy de Confianza ciega (Antena 3), tiene pinta de haber roto m¨¢s de una pareja y dormido mucho fuera de casa, pero tendr¨¢ que competir con las horas de gimnasio (Gustavo, el boxeador), la naturalidad (Mario, el chico de Vallecas, que pronto congeni¨® con Judith, curtida en mil batallas, ya que es gu¨ªa de despedidas de soltero), la labia (Pedro, tope locuaz), la coqueter¨ªa (Nacho, que buscar¨¢ su reflejo en los espejos) y el morboso encanto del novicio por corromper (Rafa). Y sobre todo, con el palmito y el desparpajo de Jorge Fern¨¢ndez, que sustituye a Paula V¨¢zquez como secundario de lujo.
La casa, decorada con un criterio sospechosamente parecido al de la Academia de Operaci¨®n Triunfo, es demasiado sofisticada para el car¨¢cter pele¨®n del programa: crea nuevos rincones de encuentros y aporta un piso superior con un confesionario high-tech que promete grandes catarsis, las habituales cabras, un jacuzzi, y, para poner en marcha la cosa, un juego de pistas seudosorpresivo que insin¨²a que las pruebas ser¨¢n decisivas. 'Ya me gustar¨¢ verlas sin maquillaje', dijo Mil¨¢ quit¨¢ndole m¨¦rito a la lozan¨ªa del sector femenino. En el plat¨®, familiares y amigos agarrotados por los nervios, interrogados por una Mil¨¢ que, como siempre en sus primeras noches, estuvo acelerada pero eficaz, dispersa pero entregada. La gran diferencia entre Navarro y Mil¨¢ es que a Pepe el concurso parec¨ªa tra¨¦rsela floja (¨¦se era su encanto), mientras que a Mercedes le encantar¨ªa estar dentro. ?Ganar¨ªa Mil¨¢? Me temo que no: enseguida se enfrascar¨ªa en discusiones sobre el machismo con el boxeador, le pegar¨ªa un serm¨®n al novicio sobre la Iglesia y organizar¨ªa una huelga para pedir aumento de burbujas en el jacuzzi.
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