'Tengo tanto odio que volver¨¦ a matar'
El Estado de Florida tiene previsto ejecutar hoy a Aileen Wuornos, prostituta condenada por asesinar a siete hombres
Aileen Wuornos cumplir¨¢ hoy, por fin, su anhelada cita con la muerte. Llevaba un a?o rogando a los jueces que agilizaran su ejecuci¨®n para impedir que 'volviera a matar', como lo hizo en 1990. Asesin¨® a siete hombres que hab¨ªan contratado sus servicios sexuales. A todos los acribill¨® a balazos en carreteras apartadas de Florida. A menos que el gobernador Jeb Bush intervenga a ¨²ltimo minuto -lo cual es improbable porque ya ha firmado la orden de ejecuci¨®n- Wuornos, de 46 a?os, morir¨¢ mediante inyecci¨®n letal hoy por la ma?ana en la prisi¨®n de Starke.
'Me corre tanto odio por las venas que si me dejan viva, aunque sea cumpliendo cadena perpetua, matar¨¦ otra vez', le dijo Wuornos al juez, pidi¨¦ndole que 'no malgastara el dinero de los contribuyentes'. Luego despidi¨® a sus abogados y retir¨® todas las apelaciones de su condena. No obstante, por insistencia de los letrados la semana pasada la evaluaron tres psiquiatras que han certificado su lucidez para discernir y tomar decisiones.
La Doncella de la Muerte siempre asesinaba en d¨ªas lluviosos porque, seg¨²n ella, el agua la afeaba y consegu¨ªa menos clientes. A su primera presa, Richard Mallory, le mat¨® para robarle 200 d¨®lares que necesitaba para satisfacer a su amante lesbiana (que despu¨¦s testific¨® en contra suya). Luego tir¨® su cuerpo en un descampado como hizo con los otros seis. Uno de los restos nunca apareci¨® y por eso la condenaron a seis penas capitales en vez de a siete.
Ir¨®nicamente, la arrestaron en un bar llamado El ?ltimo Refugio en Daytona Beach, al norte de Miami, el 9 de enero de 1991. En realidad, Wuornos nunca hab¨ªa tenido un refugio. Su madre la abandon¨® reci¨¦n nacida y su padre se suicid¨® en la c¨¢rcel mientras cumpl¨ªa condena por abusar sexualmente de menores. Desde ni?a vivi¨® a salto de mata, prostituy¨¦ndose en las calles, drog¨¢ndose y emborrach¨¢ndose. A los 14 a?os tuvo una hija que entreg¨® a la inclusa.
'Es una criatura pat¨¦tica', dijo el sheriff que resolvi¨® el misterio de los asesinatos, Steve Binegar. El fiscal, John Tarner, la calific¨® durante el juicio, en enero de 1992, como 'una prostituta depredadora pose¨ªda por una lujuria y un ansia de control letales'. Y ella se describi¨® ante el jurado de siete mujeres y cinco hombres como 'una prostituta que trabajaba en las carreteras de Florida, consegu¨ªa un promedio de cincuenta clientes a la semana y ganaba unos 1.000 d¨®lares.
Wuornos nunca confes¨® los asesinatos durante el juicio, declarando que fueron en defensa propia despu¨¦s de que la sodomizaran y violaran, pero luego se retract¨® diciendo que quer¨ªa 'estar en paz con Dios'. En una carta en la que imploraba al Tribunal Supremo que la permitiera despedir a sus abogados, tambi¨¦n dec¨ªa: 'Odio profundamente la vida humana y volver¨ªa a matar'.
Su historia ha fascinado a Hollywood, que le ha dedicado dos pel¨ªculas y una ¨®pera. Hay tambi¨¦n varios libros que relatan su atormentada existencia y el tormento que ha producido a siete familias.
Si, tal y como est¨¢ previsto, la ejecutan hoy a las nueve de la ma?ana, Wuornos se convertir¨ªa en la segunda mujer ajusticiada en Florida desde que se restableci¨® la pena de muerte en Estados Unidos en 1976. La primera fue Judy Buenano, en 1998, por envenenar a su marido. La inyecci¨®n letal contiene pentotal de sodio, bromuro y cloruro de potasio.
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