Un hombre corriente que se cree Dios
La polic¨ªa cree que el asesino en serie de Washington es un tirador con poca experiencia que utiliza un arma normal
El asesino de Washington es un tirador corriente con un rifle corriente. La polic¨ªa considera que el criminal m¨¢s buscado en Estados Unidos carece de la t¨¦cnica y los instrumentos de un profesional, y eso complica la investigaci¨®n: puede ser cualquiera entre los miles de aficionados a las armas que residen en el ¨¢rea metropolitana de la capital. En 10 d¨ªas, el francotirador ha matado a ocho personas y ha herido a dos, pero la polic¨ªa no parece cercana al ¨¦xito y s¨®lo puede confiar en un error del asesino o en una delaci¨®n.
La recompensa es cada vez m¨¢s tentadora. Gracias a las aportaciones privadas, asciende ya a 400.000 euros. Y la movilizaci¨®n policial es colosal. El viernes, cuando cay¨® la octava v¨ªctima mortal en una gasolinera de Spotsylvania (Virginia), se puso en marcha un dispositivo preparado desde la v¨ªspera: en unos minutos, m¨¢s de 100 agentes se desplegaron por la autopista 95, que marca el eje de los distintos escenarios en que ha actuado el francotirador, y establecieron controles en todas las carreteras de la zona. Varios helic¨®pteros sobrevolaron la regi¨®n, todas las furgonetas blancas como la que se supone utiliza el asesino fueron registradas y cientos de polic¨ªas salieron a la calle tratando de causar una reacci¨®n de p¨¢nico en un criminal presuntamente acorralado. Pero el resultado fue nulo. Ni la recompensa ni el despliegue policial han servido para nada hasta ahora.
La polic¨ªa no parece cercana al ¨¦xito y s¨®lo puede confiar en un error o una delaci¨®n
Los disparos se realizan con un fusil que se puede adquirir libremente en Virginia
Los disparos se realizan con un fusil de caza o asalto de gama media y a distancias no exageradas: entre 80 y 150 metros. Con un arma de ese tipo, que se puede adquirir libremente en Virginia y con s¨®lo tres d¨ªas de espera en Maryland, y una mira telesc¨®pica, cualquier tirador con cierta experiencia puede hacer lo que hace el asesino. La munici¨®n no es habitual de los francotiradores profesionales, que suelen utilizar una 308, sino la m¨¢s peque?a 223.
Eso, seg¨²n un estudio publicado ayer por The Washington Post, le ofrece dos ventajas: se trata de balas baratas y muy corrientes, y generan muy poco retroceso. De esta forma, puede ver por la mirilla telesc¨®pica la ca¨ªda de la v¨ªctima. A la distancia a la que opera, la ca¨ªda en la trayectoria del proyectil es escasa (dos o tres cent¨ªmetros) y le basta apuntar al bulto. Siempre ha disparado al t¨®rax, menos en dos ocasiones, en que alcanz¨® a su v¨ªctima en la cabeza.
Los analistas del FBI que auxilian a los cuerpos policiales de Maryland, Virginia y el Distrito de Columbia descartan que la aparente querencia del asesino por actuar en gasolineras tenga alg¨²n significado. Ha matado a cuatro personas en estaciones de servicio, pero ello s¨®lo se debe, seg¨²n el FBI, a que se trata de lugares bien iluminados, cercanos a las autopistas y en los que la gente permanece est¨¢tica junto al surtidor.
El FBI supone que el francotirador comenz¨® a actuar por un arranque de furia y tomando pocas precauciones. Los d¨ªas 2 y 3 de octubre fueron una cadena de violencia. Su primer intento, el 2 de octubre a las 17.20, result¨® fallido: dispar¨® contra el empleado de una tienda de licores, pero s¨®lo rompi¨® un cristal. Apenas 44 minutos despu¨¦s, a las 18.04, asesin¨® a un hombre de 55 a?os que caminaba por un aparcamiento. A las 7.41 de la ma?ana siguiente mat¨® a otro hombre, de 39 a?os, que segaba el c¨¦sped en un jard¨ªn. Media hora m¨¢s tarde, a las 8.12, cay¨® una nueva v¨ªctima mortal en una gasolinera. Casi inmediatamente, a las 8.37, mat¨® a una mujer sentada en un banco. A las 9.58 asesin¨® a otra mujer que limpiaba su autom¨®vil en una gasolinera. Y a las 21.20 de ese mismo d¨ªa, 3 de octubre, abati¨® a un hombre que cruzaba una calle. Todos esos disparos fueron realizados al norte de Washington, uno dentro de los l¨ªmites de la ciudad y el resto en los suburbios, ya en Maryland.
El modo de actuaci¨®n cambi¨® a partir de entonces. 'Ya no hay furia, sino juego. El asesino disfruta con la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n y refuerza la sensaci¨®n de poder que obtiene matando con el placer de eludir a la polic¨ªa. Ahora es mucho m¨¢s cauto', se?ala Brent Turvey, un cient¨ªfico forense que ha trabajado para el FBI. El asesino dej¨® una nota en un casquillo de bala: 'Estimado polic¨ªa, soy Dios'.
El 4 de octubre, a las 14.30, hiri¨® en un brazo a una mujer en un aparcamiento. El d¨ªa 7, a las 8.08, hiri¨® en el pecho a un chico de 13 a?os a la puerta de un colegio. El d¨ªa 9, a las 20.18, mat¨® a un hombre en una gasolinera. Y el d¨ªa 11, a las 9.30, acab¨® con la vida de un hombre, tambi¨¦n en una gasolinera. Ese crimen, el ¨²ltimo por el momento, fue ayer formalmente atribuido al francotirador, una vez realizada la autopsia de la v¨ªctima.
El asesino parece estar desplaz¨¢ndose hacia el sur, hacia los suburbios del norte de Virginia. Algunos expertos parecen sospechar que vive en esa zona y, dada la abundancia de polic¨ªas en las carreteras, act¨²a relativamente cerca de su domicilio para asegurarse la retirada.
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