Un grupo indonesio af¨ªn a Al Qaeda aparece como probable autor del ataque
La detenci¨®n en junio de un miembro de la red de Bin Laden desat¨® la alarma en Yakarta
Anoche nadie hab¨ªa reivindicado el atentado que cost¨® la vida a 187 personas, la mayor¨ªa turistas occidentales, pero los analistas apuntaban a la red terrorista de Osama Bin Laden como responsable de la masacre. La detenci¨®n en junio pasado por la polic¨ªa indonesia de un kuwait¨ª militante de Al Qaeda desat¨® las alarmas en EE UU, que en las ¨²ltimas semanas advirti¨® a sus ciudadanos contra viajar a Indonesia, y en los pa¨ªses vecinos, que tem¨ªan convertirse en los lugares elegidos por los terroristas para llevar a cabo su campa?a contra Estados Unidos, en particular, y contra Occidente, en general.
Seg¨²n la confesi¨®n de Omar Al Faruq, el mul¨¢ Abu Bakar Bashir, no es s¨®lo el l¨ªder de la organizaci¨®n religiosa Jemaa Islam¨ªa (JI), sino 'el cerebro y el instigador', adem¨¢s de prestar apoyo log¨ªstico, a un plan que pretend¨ªa atacar las embajadas de EE UU en Yakarta, Singapur y Kuala Lumpur, en el aniversario del 11 de septiembre. El plan preve¨ªa utilizar camiones cargados de explosivos para estrellarse contra las sedes diplom¨¢ticas, como en Kenia y Tanzania, en 1998, seg¨²n revel¨® el peri¨®dico de Singapur The Straits Times.
Bashir, de 64 a?os, que dirige una madrasa (escuela cor¨¢nica) en el centro de la isla de Java, se defendi¨® ayer de las acusaciones que le colocan en el punto de mira del atentado de Bali. Seg¨²n Bashir, 'la potencia de los explosivos utilizados' revela que no pudo ser obra de indonesios, sino de 'extranjeros'. Y va a¨²n m¨¢s lejos: 'EE UU hace cosas para justificar su idea de que Indonesia es un santuario para los terroristas. Espero que el Gobierno no caiga en esta trampa'.
El primer ministro australiano, John Howard, acus¨® a la JI de la autor¨ªa del atentado, que cost¨® la vida de decenas de sus nacionales, y pidi¨® al Gobierno de Indonesia que act¨²e contra esta organizaci¨®n. Pero no es la primera vez que lo hace. Tanto Australia como Singapur y Malaisia pidieron en estos meses a Yakarta que detuviera a Bashir, pero el jefe de la polic¨ªa Sal¨¦ Saaf reiter¨® hace tres semanas que Bashir era un l¨ªder religioso y que las investigaciones mostraban que 'no hab¨ªa violado la ley indonesia'.
La presidenta Megawati Sukarnoputri, que ayer visit¨® el lugar de la matanza, prometi¨® capturar a los culpables. 'Esta bomba es un aviso para todos nosotros de que el terrorismo es un peligro real y una amenaza potencial contra la seguridad de la naci¨®n', dijo. Sin embargo, Sukarnoputri, que se apoya en los islamistas moderados, se neg¨® siempre a actuar contra JI o contra Bashir por temor a una reacci¨®n popular que desestabilice este complicado archipi¨¦lago, de 225 millones de habitantes, mayoritariamente musulmanes y 300 lenguas distintas.
Indonesia atraviesa uno de los quinquenios m¨¢s dif¨ªciles de sus historia. Comenz¨® en 1998 con el estallido de una crisis econ¨®mica que arrastr¨® a sus vecinos hasta convertirla en la 'crisis asi¨¢tica'. Le sigui¨® la ca¨ªda de Suharto, tras 32 a?os de r¨¦gimen corrupto. A su sucesor Abdurrahman Wahid le estall¨® el problema de Timor Este que, finalmente se independiz¨® despu¨¦s de 25 a?os de ocupaci¨®n indonesia. Sukarnoputri lleg¨® al poder en 2001 y se enfrenta a una guerra larvada en la provincia norte?a de Aceh y otros movimientos independentistas que amenazan con romper un archipi¨¦lago unido por los colonizadores holandeses a principios del siglo XX.
Agravios de Occidente
A esta situaci¨®n de por s¨ª complicada se une el malestar existente entre un n¨²mero creciente de indonesios, por lo que consideran 'agravios de Occidente'. En ellos se incluye el apoyo, sobre todo de Australia, a los 'traidores' de Timor Oriental; el respaldo a Suharto mientras la corrupci¨®n dejaba en la miseria a millones de personas y el cierre temporal de la Embajada de EE UU en Yakarta, con lo que Washington tildaba de 'terroristas' a los indonesios antes incluso de investigar una eventual conexi¨®n entre Al Qaeda e Indonesia. Sin embargo, en un pa¨ªs que sigue siendo tolerante con las diferencias religiosas, los grupos extremistas isl¨¢micos son peque?os y est¨¢n mal organizados. Para los expertos, 'es f¨¢cil' que sean estos grupos los autores del lanzamiento de una granada contra una instalaci¨®n consular de EE UU en Bali casi a la misma hora de la tragedia de la discotera Sari, pero dudan de que sean capaces de realizar un ataque de tales dimensiones 'sin apoyo externo'.
Adem¨¢s, la confesi¨®n Al Faruq ha desatado en Malaisia una lluvia de detenciones de extremistas isl¨¢micos y entre ellos, Yazid Sufaat, acusado de prestar su apartamento para reuni¨®n de dos de los secuestradores a¨¦reos del 11-S. Al Faruq dijo tambi¨¦n que varios militantes de JI fueron entrenados en Afganist¨¢n por los talibanes.
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