El d¨ªa que la familia esperaba
Los padres de Virginia Acebes han tenido que esperar casi tres a?os para ver sentado en el banquillo de los acusados al presunto violador y asesino de su hija. Ayer pudieron cumplir el deseo que hab¨ªan expresado cuando la investigaci¨®n de la Ertzaintza todav¨ªa no hab¨ªa conducido a la detenci¨®n de Luis Gabriel Mu?oz.
La expectaci¨®n creada por el inicio de la vista era enorme en la Secci¨®n Primera de la Audiencia de Vizcaya. Cerca de media hora antes de que comenzase el juicio, el pasillo de acceso a la sala se encontraba repleto de amigos de la joven, compa?eros de la Facultad de Sarriko, en la que Acebes estudiaba segundo curso de Direcci¨®n y Administraci¨®n de Empresas, agentes de la Ertzaintza e incluso abogados y personal de Justicia; tambi¨¦n alumnos de pr¨¢ctica jur¨ªdica. Todos ellos quer¨ªan escuchar y ver, aunque fuese de espalda, a Mu?oz, a quien la Fiscal¨ªa y las dos acusaciones imputan la violaci¨®n y el asesinato de la joven de 19 a?os.
Entre todos los asistentes, de manera discreta, entremezclados con el resto, se hallaban los padres de Virginia y su hermano Eduardo. Tambi¨¦n asisti¨® su t¨ªo, el mismo que sali¨® una fr¨ªa ma?ana del 22 de noviembre de 1999 a buscar junto a un padre temeroso, pero a¨²n esperanzado, alguna pista sobre la joven desaparecida. El mismo que horas despu¨¦s encontraba el cuerpo sin vida cerca de su sobrina en un paraje del bilba¨ªno monte Artxanda.
En silencio todos ellos, ocuparon el primer banco de la derecha de la sala al que Mu?oz, sentado a pocos metros de distancia, no desliz¨® su mirada ni una vez. Leonor de la Huerta, la madre, no se separ¨® de su paquete de pa?uelos de papel durante las tres horas y media que dur¨® la sesi¨®n. Las l¨¢grimas contenidas le brotaron cuando un agente de la Ertzaintza relat¨® detalladamente c¨®mo se encontraba el cad¨¢ver de la joven cuando se procedi¨® a la inspecci¨®n ocular.
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