El s¨ªndrome posvacacional
El 15% de los trabajadores experimentan trastornos al volver al trabajo
S¨ªntomas ps¨ªquicos, como irritabilidad, ansiedad, nerviosismo, falta de concentraci¨®n o bajo rendimiento, y s¨ªntomas som¨¢ticos, como dolor de cabeza, taquicardia, alteraciones digestivas, inapetencia, opresi¨®n en el pecho y trastornos del sue?o, componen el cuadro conocido como s¨ªndrome posvacacional. Se trata del mecanismo de adaptaci¨®n que de forma leve (m¨¢s acusado cuanto m¨¢s estresante es el trabajo) sufre la mitad de la poblaci¨®n activa espa?ola al incorporarse al trabajo tras un periodo largo de vacaciones.
Pr¨¢cticamente, toda persona inmersa en el mundo laboral ha experimentado ocasionalmente, con m¨¢s o menos intensidad, esos s¨ªntomas, algunos de los cuales se pueden expresar durante los ¨²ltimos d¨ªas de descanso. Es decir, de los aproximadamente 16.250.000 espa?oles ocupados, en torno al 50% conoce esta sensaci¨®n, que generalmente suele desaparecer de forma espont¨¢nea al cabo de unos d¨ªas. Sobre el 35% se incorpora a la actividad laboral con toda normalidad e incluso con j¨²bilo (entre ellos est¨¢n los adictos al trabajo), y ¨²nicamente cerca del 15% vive el s¨ªndrome posvacacional de manera cuasipatol¨®gica.
En las vacaciones pueden aflorar conflictos latentes que estaban camuflados
'Las sociedades hedonistas presentan una peor tolerancia a las frustraciones'
'Este ¨²ltimo porcentaje suele tener depresiones larvadas o vive el trabajo como un medio muy hostil en el que nada le satisface. Puede aparecer una depresi¨®n parcial, por la que se ve afectada alguna de las cuatro grandes dimensiones que componen la depresi¨®n: humor depresivo, anergia o falta de energ¨ªa, discomunicaci¨®n y alteraciones de los ritmos vitales', afirma Francisco Alonso-Fern¨¢ndez, catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.
Seg¨²n se?ala en su libro Psicopatolog¨ªa del trabajo, los principales factores depres¨®genos de la actividad laboral son la inseguridad en el empleo o la amenaza de despido, la acumulaci¨®n de estr¨¦s (exceso de actividad, malas relaciones con los compa?eros o con el jefe, falta de motivaci¨®n y est¨ªmulos), el aislamiento laboral (oficios solitarios, como guardias forestales) y los cambios de horario frecuentes o bruscos.
'La actitud negativa hacia el trabajo', explica Alonso-Fern¨¢ndez, 'ha sido una constante hist¨®rico-cultural hasta comienzos de la Edad Moderna. Es desde entonces, y sobre todo a partir del siglo XVIII, cuando empieza a dignificarse esta actividad. De todos modos, el trabajo, al menos en determinados ¨¢mbitos, siempre se vive como una maldici¨®n b¨ªblica. Los factores que ejercen un influjo decisivo sobre el modo de vivir el trabajo se reparten entre los elementos temperamentales, de base gen¨¦tica, y los caracteriol¨®gicos, de ¨ªndole adquirida o experiencial. Como fuente de actitudes negativas est¨¢ la personalidad an¨®mala y los sujetos frustrados por experiencias familiares o laborales'.
Eduardo Garc¨ªa Camba, jefe de Psiquiatr¨ªa del hospital Universitario de la Princesa de Madrid, advierte de que las sociedades industrializadas tienden a ser hedonistas y presentan una peor tolerancia a las frustraciones y al fracaso. 'Es cierto que para la mayor¨ªa de los trabajadores', dice, 'de las vacaciones a la actividad laboral hay una diferencia notable. No s¨®lo se desconecta de los problemas del trabajo, sino que adem¨¢s se cambia de actividad, espacio f¨ªsico y tambi¨¦n de relaciones sociales; se descansa m¨¢s y se disfruta m¨¢s del ocio; los horarios suelen ser m¨¢s flexibles y relajados. Es natural, por tanto, que se acuse cierto malestar durante los primeros d¨ªas de trabajo. Pero no podemos psiquiatrizar todos los problemas y convertir nuestros aspectos existenciales, que cambian seg¨²n las circunstancias vitales y nosotros mismos, en un motivo de consulta m¨¦dica. Tambi¨¦n tenemos que aprender a adaptarnos con naturalidad a lo que llamamos jocosamente la dura realidad, que no es m¨¢s que la vida normal'.
No obstante, el estr¨¦s, la intensa actividad laboral y la vor¨¢gine en la que est¨¢n inmersos los residentes de los grandes n¨²cleos urbanos resultan a menudo frustrantes. Algunos necesitan vitalmente las vacaciones y se pasan buena parte del a?o so?ando con ellas.
'Al sobrevalorar tanto esta etapa de descanso y diversi¨®n, aparece una fuerte reacci¨®n de resistencia e inadaptaci¨®n ante la reanudaci¨®n del trabajo y el retorno a la vida cotidiana', admite Juan Jos¨¦ Arechederra, psiquiatra del hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid. Pero, en su opini¨®n, las vacaciones no responden siempre a las expectativas que se ten¨ªan, ya sea por una mala planificaci¨®n, por haber elegido un modelo de descanso y de ocio equivocado o por otras circunstancias.
'Y as¨ª ocurre', a?ade, 'que durante las vacaciones pueden aflorar conflictos latentes que estaban camuflados por la vida cotidiana. Suelen ser frecuentes las demandas de divorcio en los meses de septiembre y octubre, al regreso de las vacaciones, porque durante este tiempo se han roto las esperanzas puestas para solucionar una crisis que se lleva arrastrando desde hace tiempo. ?ste ser¨ªa el caso de una persona que sigue con su pareja gracias al trabajo, a permanecer mucho tiempo fuera de casa y a otras relaciones personales y tambi¨¦n sexuales o sentimentales'.
Saber disfrutar del ocio
Las vacaciones no representan el ¨²nico periodo de tiempo libre de los trabajadores, por lo que los psiquiatras aconsejan aprender a disfrutar de los distintos momentos de ocio y de descanso que tambi¨¦n depara la mayor parte del a?o sometida a la actividad laboral.
Para combatir el car¨¢cter alienante que pueda tener el trabajo en general o algunos en concreto, muy estresantes, el catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid Francisco Alonso-Fern¨¢ndez aconseja no poner en las vacaciones todas las esperanzas de descompresi¨®n.
'Lo habitual es que, tras unos d¨ªas de cierto malestar', apunta, 'el trabajador se adapte a su vida normal y disfrute tambi¨¦n del tiempo libre de que dispone durante los meses que est¨¢ en activo. Si, pasadas varias semanas, los s¨ªntomas persisten y se acusa un bajo rendimiento, es conveniente consultar al m¨¦dico. El tratamiento, siempre individualizado, se basa en una reorganizaci¨®n del plan de vida; regulaci¨®n de los ritmos vitales en cuanto a horarios de sue?o y comidas, y recurrir a la ayuda de medicaci¨®n si el facultativo lo considera necesario. Todo ello ha de hacerse procurando mantener al paciente incorporado al trabajo'.
El psiquiatra Juan Jos¨¦ Arechederra, del hospital Ram¨®n y Cajal, considera que las personalidades inseguras y perfeccionistas son m¨¢s vulnerables ante este problema y se?ala que la persistencia del s¨ªndrome posvacacional a veces encubre conflictos internos m¨¢s serios: 'En este caso la ayuda del especialista se fundamentar¨ªa en diagnosticar el trastorno que subyace y tratarlo adecuadamente'.
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