Estos ladrones
Es verdad que la seguridad ciudadana puede ser un problema, pero no creo que en ella se est¨¦ incluyendo el robo pol¨ªtico, llamado a veces corrupci¨®n. Los que robaron al asesor de Aznar (Arriola) y no s¨¦ si lo robado al personaje, los millones de euros rapi?ados en el Forcem, por no salir de las primeras p¨¢ginas: por dentro, hay m¨¢s. ?Es un tributo que debe pagar la democracia como mal menor al robo absoluto del absolutismo? En principio, la democracia se desat¨®, no sin fuerza y guerras civiles, revoluciones y guillotinas, para sustituir el robo del monarca y su corte por ning¨²n robo. Pero el primer robo que sufri¨® es el de su propio nombre. Y sus instrumentos. Es tragic¨®mico ver c¨®mo se sirven de las urnas tiranos como Sadam Husein, sin duda ayudado por Estados Unidos, con sus amenazas de muerte que dan un falso motivo a quienes le apoyan.
Quiz¨¢ sea aleccionador, en cambio, ver c¨®mo en Serbia se niegan a votar los ciudadanos expoliados, bombardeados, obligados a cambiar a sus pol¨ªticos, como consecuencia de la misma amenaza que esa vez se cumpli¨®, por Estados Unidos y por Europa. ?Para qu¨¦ votar, si no se decide? Cada d¨ªa hay alguna elecci¨®n en el mundo, y cada d¨ªa hay una situaci¨®n menos democr¨¢tica. El n¨²mero de presidentes de rep¨²blicas que son ladrones es incalculable: como siempre hay que poner un nombre, el de Fujimori sirve para un colmo de crimen y robo; pero el de Per¨®n no es suficiente para explicar c¨®mo se lleva a la ruina a un pa¨ªs rico como Argentina. Hay que seguir la ruta de las urnas, la de la globalizaci¨®n, la de las empresas multinacionales. Que ahora, sobre todo, tienen la ventaja de que ya no hay revoluciones. Se cree que se extinguieron en el mundo desde la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, y del r¨¦gimen que representaba a 'los pobres del mundo', aunque no dej¨® de caer en el robo de Estado mientras sus militantes ca¨ªan en el mundo.
Si a nosotros, ciudadanos de primera, se nos roba por v¨ªas que a veces son insuficientemente legales, no olvidemos lo que hemos robado todos por llevar a los ciudadanos del furg¨®n de cola el l¨¢baro de Cristo, la t¨¦cnica occidental, la corbata y las escuelas. Ahora ya no tienen nada, y los falsos dem¨®cratas s¨®lo pueden enriquecerse de los ciudadanos de sus propios pa¨ªses; y hacerles gastar en armas para que no suban a recuperar algo. Aunque sea como esclavos o como putas.
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