La Caixa, inicio de centenario
La Caixa pas¨® de proyectarse como Caja de Retiros a Caja de Pensiones para la Vejez. Fue una labor callada, eficaz y constante de Francesc Moragas.
Y lo recordamos porque la creaci¨®n de aquella instituci¨®n fue dif¨ªcil y lenta; en realidad, el Proyecto de Caja de Pensiones para la Vejez, formulado por D. Francisco Moragas Barret por encargo de los Presidentes de las Sociedades Econ¨®micas de Barcelona, se imprimi¨® en la Tipograf¨ªa Abadal en junio de 1902. Se public¨® tambi¨¦n en el n¨²mero 14 de la revista Los Seguros, del 16 de julio del mismo a?o.
El 30 de julio de 1902, en una magna asamblea de ciudadanos de Barcelona, fue repartido y entregado a la prensa. Ahora se cumple el centenario. Pero aquel proyecto, que era la obra maestra de Moragas, hab¨ªa tenido que superar las huelgas obreras que entre 1901 y 1902 quedaron marcadas por la represi¨®n, la dureza patronal y el fracaso colectivo. Ellas fueron el desencadenante ideol¨®gico y el pretexto de su fundaci¨®n.
En realidad, el proyecto de Moragas hab¨ªa echado a andar en su revista Los Seguros, donde desde principios de enero de 1902 se ven¨ªa discutiendo entre los presidentes de las sociedades econ¨®micas interesadas. As¨ª, el 14 de enero de 1902, Llu¨ªs Ferrer-Vidal, que presid¨ªa el Fomento del Trabajo Nacional, la patronal catalana, convoc¨® para dos d¨ªas despu¨¦s a los presidentes de las sociedades econ¨®micas y a los diputados por Barcelona a fin de hablar de la huelga de los obreros mec¨¢nicos y para 'la realizaci¨®n de una Caja de Pensiones para la Vejez'. Era evidente que Moragas ya ten¨ªa el borrador de su caixa antes incluso de la huelga general.
La alocuci¨®n a los 'barceloneses' para secundar una suscripci¨®n p¨²blica de ayuda a heridos y a familias de muertos en la represi¨®n de aquella huelga, se?alaba que 'si los recursos obtenidos lo permiten' se fundar¨ªa 'Cajas de Retiro para los obreros'. Firmaban otra vez los mismos presidentes de las sociedades econ¨®micas, con fecha 1 de marzo de 1902.
Quince d¨ªas despu¨¦s, los presidentes firmantes nombraron una comisi¨®n t¨¦cnica para preparar un proyecto sobre cajas de retiro para obreros, y fue Francesc Moragas quien definitivamente vuolvi¨® a redactar su proyecto con el t¨ªtulo que ya ten¨ªa anteriormente: Caja de Pensiones para la Vejez.
El 2 de abril de 1902, aquella comisi¨®n t¨¦cnica aprob¨® el proyecto de Caja de Pensiones para la Vejez que Moragas ya ten¨ªa m¨¢s que estudiado y redactado. Y se convoc¨® una gran asamblea ciudadana para su presentaci¨®n.
El 30 de julio de 1902, en el Sal¨® de Cent, se reuni¨® esta magna asamblea. Moragas explic¨® los fundamentos ideol¨®gicos, econ¨®micos y sociales de su caixa: 'La fundaci¨®n de una Caja de Pensiones para la Vejez constituye en Catalu?a un problema de importancia vital. En su acertada soluci¨®n puede hallar eficaz fundamento para su mejora la situaci¨®n econ¨®mica de las clases populares y obreras de nuestra regi¨®n' para 'el disfrute de pensiones durante los a?os de la senectud', lo que significa para el obrero 'la ausencia del hambre y el t¨¦rmino tranquilo y sosegado de su trabajosa vida'. Es para Moragas, miembro activo de la Lliga Regionalista, una ¨¦poca de regeneraci¨®n basada en la previsi¨®n y los seguros sociales, siempre, claro est¨¢, de iniciativa privada y patronal, y nunca a imagen del 'socialismo de Estado'. Se inspira en la generosidad de la burges¨ªa catalana, y en 'introducir en las constumbres catalanas el esp¨ªritu de la previsi¨®n'. En definitiva, crear una caixa nueva, basada en las 'grandes cifras' de la estad¨ªstica y de los seguros. La caixa ser¨¢ 'un organismo vivo', que se extender¨¢ por toda Catalu?a.
All¨ª naci¨® La Caixa, proyecto de futuro, por voluntad de hierro de unos pocos: Moragas, Ferrer-Vidal, Rahola, Maluquer, etc¨¦tera. Luego vendr¨ªan d¨ªas de espera, incomprensi¨®n, desesperanza. No importaba, Moragas segu¨ªa obcecado en divulgar su caixa.
En octubre de 1902, lo expuso en el Congreso de Seguros Sociales de Bilbao, y su modelo fue aprobado. Pero faltaba dinero, a la burgues¨ªa y a la patronal no les seduc¨ªa; la comisi¨®n organizadora de La Caixa no logr¨® qu¨®rum; se insisti¨® en que quiz¨¢ la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona pod¨ªa subrogarse el proyecto, pero los responsables lo desestimaron.
El 30 de junio de 1903 se emiti¨® un dictamen jur¨ªdico firmado por Duran y Bas, Pascual de Bofarull, D'Abadal y Rubio aconsejando que el proyecto fuera tramitado a trav¨¦s de la ley de asociaciones y no como una fundaci¨®n, as¨ª el Estado no podr¨ªa inmiscuirse.
El 1 de julio de 1903, Moragas propuso introducir en el proyecto las operaciones de ahorro. Ser¨ªa pues una Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros. Y seis meses despu¨¦s, en enero de 1904, las gestiones de Ferrer-Vidal ante el presidente del Gobierno Antonio Maura dieron su fruto: Alfonso XIII decidi¨® hacer un donativo de 25.000 pesetas y Moragas y Ferrer-Vidal propusieron que fuera nombrado presidente honorario de una caja que todav¨ªa no exist¨ªa. Pero el Rey acept¨®. Ferrer-Vidal pidi¨® al Fomento del Trabajo Nacional un local para oficinas de una caja que todav¨ªa no hab¨ªa sido siquiera fundada. Fomento accedi¨®. El 2 de abril de 1904, ante la inminente visita real a Barcelona, la comisi¨®n organizadora aprob¨® los estatutos de La Caixa y el d¨ªa 5 se reuni¨® la junta general. Se propuso un acto de inauguraci¨®n para el 11 de abril, pospuesto luego al 16, en el gran sal¨®n del Palacio de Bellas Artes de Barcelona, presidido por el Rey. Ferrer-Vidal pronunci¨® un elocuente discurso, aunque nadie sab¨ªa de qu¨¦ hablaba. El 7 de mayo, Jos¨¦ Monegal, presidente de la C¨¢mara de Comercio, viaj¨® a Madrid para cobrar el donativo real. Diez d¨ªas despu¨¦s, Moragas adquiri¨® 50.000 pesetas en valores de deuda del Estado, que quedaron depositados en el Banco de Barcelona.
La Caixa exist¨ªa jur¨ªdicamente, pero no hab¨ªa abierto al p¨²blico ninguna oficina -es un caso ins¨®lito-, y no lo hizo hasta el 5 de julio de 1905. Ahora empieza a celebrarse el centenario de la fundaci¨®n de aquella Caixa de Pensions, que discurrir¨¢ durante los tres a?os venideros. Cualquier acontecimiento de los mencionados puede ser tomado como s¨ªmbolo de un fen¨®meno social cuya gesti¨®n cost¨® D¨¦u i ajuda.
Alfred P¨¦rez-Bastardas es historiador.
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