Sabios desconfiados
Es cierto que el principal motor de la eurozona est¨¢ gripado. Las previsiones econ¨®micas conjuntas de los seis principales institutos econ¨®micos alemanes dejan constancia de ello, como ya lo hicieran otras instituciones. La reunificaci¨®n ha resultado de digesti¨®n mucho m¨¢s lenta y pesada de lo que se hab¨ªa previsto, lastrando seriamente las posibilidades de liderazgo de esa econom¨ªa y su car¨¢cter ejemplar para el resto de los vecinos. El magro crecimiento de este a?o, en el entorno del 0,4%, va a coexistir con un d¨¦ficit p¨²blico que los institutos estiman por encima del l¨ªmite del 3% del Tratado de Maastricht. S¨®lo las exportaciones y el gasto p¨²blico evitar¨¢n que la econom¨ªa no entre en una recesi¨®n sin paliativos. La inflaci¨®n no llegar¨¢ al 1,5%.
El cuadro de previsiones que se avanza para el a?o pr¨®ximo mejora significativamente, dada la base de partida, pero en modo alguno son expresivas de aproximaci¨®n a su potencial de crecimiento: la expansi¨®n del PIB se cifra en el 1,4%, aunque alguno de esos institutos se desmarca del promedio al anticipar una larga fase de estancamiento, incapaz de generar crecimientos que lleguen al 1%. La raz¨®n de esta previsi¨®n m¨¢s pesimista no es otra que los efectos de la orientaci¨®n fiscal m¨¢s restrictiva anticipada por el nuevo Gobierno.
Es en este contexto en el que las recomendaciones de los sabios, consistentes en situar el ¨¦nfasis de las pol¨ªticas econ¨®micas en la consolidaci¨®n fiscal, mediante una reducci¨®n del gasto, pueden no ser del todo conciliables con el m¨¢s gen¨¦rico prop¨®sito de 'mejora de las condiciones para el crecimiento y el empleo'. Los institutos reclaman al Gobierno, adem¨¢s, que especifique con suficiente grado de detalle cu¨¢les ser¨¢n los programas de gasto donde se concretar¨¢n sus pretensiones de consolidaci¨®n fiscal: qu¨¦ beneficios y subsidios ser¨¢n recortados o eliminados. Por supuesto, esa misma ortodoxia rechaza la elevaci¨®n de impuestos y de aportaciones a la Seguridad Social apuntar¨ªan, seg¨²n ellos, en la direcci¨®n err¨®nea.
El lector podr¨ªa confiar, a partir de este punto, que esos sabios pasar¨ªan a reclamar una pol¨ªtica monetaria m¨¢s laxa, equivalente, podr¨ªamos suponer, a la que estar¨ªa aplicando el Bundesbank si mantuviera las competencias que hoy tiene el BCE. Pero no; los tipos de inter¨¦s se mantendr¨¢n en el nivel actual (considerado propio de una orientaci¨®n expansiva), para iniciar su repunte a finales del proximo a?o.
Las dosis de pesimismo y desconfianza de nuestros sabios se extienden a las propuestas de la reforma m¨¢s emblem¨¢tica de la coalici¨®n: la del mercado de trabajo que lleva a cabo la Comisi¨®n Hartz, que apenas abordar¨¢ superficialmente las verdaderas necesidades de reforma, sin conseguir la eficiencia prometida. Con prop¨®sitos y ¨¢nimos tales, no es de extra?ar que los analistas m¨¢s esc¨¦pticos, lejos de confiar en la renovaci¨®n de los impulsos expansivos de la principal econom¨ªa de la eurozona, se apresten a protegerse de alguna de sus implicaciones, si se acaban siguiendo las ense?anzas de esos seis sabios.
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