Irak, una sociedad torturada
La autora se?ala los peligros que entra?a la pol¨ªtica de la Administraci¨®n de Bush con relaci¨®n a Irak y a Oriente Pr¨®ximo
Ahora EE UU pretende convencernos de que desea 'liberar' a los iraqu¨ªes del tirano que los oprime, pero si algo ha demostrado la pol¨ªtica norteamericana en Irak desde la guerra del Golfo ha sido su total desprecio hacia la sociedad iraqu¨ª, tanto por desentenderse de la situaci¨®n interna de este pa¨ªs y dejar que Sadam Husein la torturara y la venciese como por contribuir activamente a ello con sus sanciones y acciones militares. Primero permiti¨® que Husein masacrara a la poblaci¨®n shi¨ª iraqu¨ª al final de la guerra del Golfo en represalia por la intifada que estuvo a punto de derrocarlo. Entonces a los americanos les interes¨® m¨¢s conservar al tirano que ver emerger un liderazgo pol¨ªtico que no controlaban. Despu¨¦s, los bombardeos sistem¨¢ticos de EEUU-Gran Breta?a y el cruel embargo impuesto han causado m¨¢s de un mill¨®n de v¨ªctimas. Asimismo, el aislamiento internacional de Irak ha reducido el poder econ¨®mico y militar del r¨¦gimen, pero al mismo tiempo ha expuesto m¨¢s a la poblaci¨®n a la impunidad de ¨¦ste, porque se ha visto libre para masacrar a las poblaciones percibidas como desleales.
En abril de 1991, George Bush decret¨® la zona de exclusi¨®n a¨¦rea en el norte del pa¨ªs para proteger a la poblaci¨®n kurda y a la ayuda internacional humanitaria. El Gobierno iraqu¨ª se retir¨® y se cre¨® un semiprotectorado kurdo que han regido, enfrentados militarmente entre s¨ª y divididos por los lucrativos ingresos del contrabando de petr¨®leo, los dos principales partidos kurdos, el de Barzani y el de Talabani. Es cierto que esto ha permitido que muchos kurdos vivan mejor que el resto de la poblaci¨®n iraqu¨ª (el d¨®lar se cambia aqu¨ª a 16 dirhams, y en el resto del pa¨ªs, a 1.600), pero en realidad la guerra interna, que en nada ha preocupado a los supuestos 'protectores', no les ha abandonado, ocasionando multitud de muertos inocentes. Asimismo, esta zona de exclusi¨®n no ha integrado Kirkuk, centro de la industria petrolera iraqu¨ª, cuyo control conserva el r¨¦gimen de Bagdad y donde ha llevado a cabo un proceso de limpieza ¨¦tnica que, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, ha supuesto la expulsi¨®n de unos 90.000 kurdos y turcomanos desde 1991. Como tampoco la exclusi¨®n a¨¦rea ha afectado a las incursiones que Turqu¨ªa, gran aliado de EE UU, ha hecho sistem¨¢ticamente en la zona persiguiendo a los kurdos del PKK, causando muertos civiles, heridos y destrucci¨®n de propiedades.
En agosto de 1992 se decret¨® la segunda zona de exclusi¨®n a¨¦rea en el sur del pa¨ªs bajo la tambi¨¦n supuesta consideraci¨®n de proteger entonces a esa poblaci¨®n del sur que no se hab¨ªa protegido durante la intifada de 1991. Pero el Special Rapporteur de Derechos Humanos de la ONU manifest¨® claramente que lo que era necesario era una supervisi¨®n sobre el terreno en vez de una exclusi¨®n a¨¦rea, porque ¨¦sta no evitaba la persecuci¨®n del r¨¦gimen, que, de hecho, ha seguido actuando de la misma manera cruel contra los iraqu¨ªes shi¨ªes de esa zona, mientras los aviones americanos y brit¨¢nicos siguen bombardeando con el supuesto fin de contener su uso de armas no convencionales. Sin embargo, ha sido la disuasi¨®n la que ha convencido a Husein sobre el uso o no de esas armas. Las us¨® durante la guerra con Ir¨¢n en contra de los kurdos iraqu¨ªes, porque sab¨ªa que pod¨ªa hacerlo. No hubo penalizaciones en ese momento en que Irak era el valedor occidental frente a Ir¨¢n. Pero en la guerra del Golfo no las utiliz¨® porque Washington le dej¨® muy claro que eso pod¨ªa significar no s¨®lo perder la guerra, sino su supervivencia, y ¨¦sa es la principal meta de Husein. Por ello, la ¨²nica circunstancia bajo la que Irak va a concebir la posibilidad de usar armas qu¨ªmicas y no convencionales es si es el objetivo de los EE UU.
Unido a esto, es probable que el r¨¦gimen iraqu¨ª trate de crear las condiciones para llevar la guerra contra ¨¦l a las grandes ciudades, impidiendo la guerra 'limpia' que desea EE UU. A diferencia de la guerra del Golfo, ¨¦sta no se va a desarrollar en el desierto, sino que los oficiales iraqu¨ªes van a escudar a sus soldados en las ciudades llevando a los EE UU a una guerra urbana de alto riesgo, que significar¨ªa una matanza de civiles. Cuando eso ocurra, qu¨¦ van a decir los art¨ªfices de esta guerra, ?que es la culpa de Sadam Husein, que no sit¨²a sus fuerzas en el desierto abierto, como Israel ha hecho con los asesinatos de los ni?os palestinos, diciendo que es la culpa de sus madres, que los ponen en las calles?
No, EE UU no quiere ayudar a la sociedad iraqu¨ª porque ¨¦sta no le importa en absoluto. Lo que ocurre es que el statu quo establecido desde la guerra del Golfo ya no le conviene por diversas razones. Porque las terribles consecuencias humanas del embargo las ha rentabilizado Sadam Husein a su favor, mostrando al mundo el sufrimiento que la pol¨ªtica internacional produce a los ciudadanos iraqu¨ªes y ha logrado que en los propios EE UU se alcen muchas voces contra el embargo. Porque Irak ha logrado ir escapando del aislamiento estrechando lazos contractuales con Francia, China y Rusia y mejorando las relaciones con sus vecinos a trav¨¦s de unas crecientes relaciones comerciales con Siria, Jordania, Egipto y Turqu¨ªa. Y porque las zonas de exclusi¨®n a¨¦rea son muy costosas (s¨®lo en el a?o 2000 la zona sur le cost¨® a EE UU 1,4 mil millones de d¨®lares), mientras su finalidad ha ido agot¨¢ndose en s¨ª misma. Es decir, ha llegado el momento de 'normalizar' pol¨ªticamente a Irak estableciendo un gobierno-protectorado norteamericano que le permita controlar su valor energ¨¦tico y geopol¨ªtico. En este marco, la b¨²squeda de un gobierno democr¨¢tico y representativo de la sociedad iraqu¨ª encuentra dif¨ªcil encaje.
La Administraci¨®n de Bush corteja a los l¨ªderes kurdos porque en la ofensiva militar sus peshmerga podr¨ªan aportar un ej¨¦rcito de unos 200.000 hombres, pero tanto Barzani como Talabani exigen el establecimiento de una Rep¨²blica Federal de Irak. El documento que ya han elaborado sobre c¨®mo ser¨ªa ese Estado federal es inaceptable para Turqu¨ªa, aliado insustituible de EE UU en su concepci¨®n del mapa pol¨ªtico del Medio Oriente. Pero, para intranquilidad de Turqu¨ªa, el nacionalismo kurdo se ha reafirmado incontestablemente con la experiencia de autonom¨ªa que el semiprotectorado internacional en el norte le ha permitido y no va a consentir sin subversi¨®n una marcha atr¨¢s. Luego son unos potenciales aliados muy inestables. Asimismo, el futuro de Irak se juega verdaderamente en el campo del liderazgo shi¨ª iraqu¨ª, que es el principal actor de movilizaci¨®n y oposici¨®n, y sin su integraci¨®n pol¨ªtica no habr¨¢ un gobierno estable en el pa¨ªs, sino revuelta y subversi¨®n. Sin embargo, los EE UU no apoyan a esta oposici¨®n real porque no la controlan y saben que establecer¨ªa unas buenas relaciones con Ir¨¢n. De ah¨ª que el intento de crear un Grupo de Cuatro, que incluir¨ªa el Comando Supremo isl¨¢mico en Irak, que representa a los shi¨ªes del sur; al Acuerdo Nacional Iraqu¨ª, compuesto por un grupo de antiguos militares, y los dos partidos kurdos, haya sido ignorado por la Administraci¨®n de Bush, que sopesa nada menos que la idea de volver al escenario posterior a la Primera Guerra Mundial y rehabilitar la idea de los Mandatos extranjeros. Pero eso arrastra al desastre a todo el Medio Oriente y, a la larga, a Occidente.
Gema Mart¨ªn Mu?oz es profesora de Sociolog¨ªa del Mundo ?rabe e Isl¨¢mico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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