Los auditores cambian el 'chip'

La nueva Ley Financiera no s¨®lo ha supuesto un disgusto para los auditores, que se enfrentan a una nueva tasa, m¨¢s incompatibilidades, m¨¢s vigilancia y un nuevo r¨¦gimen de sanciones. Tambi¨¦n es un reto para un negocio que est¨¢ cambiando a marchas forzadas desde que estall¨® el caso Enron hace un a?o y que lucha por recuperar la credibilidad perdida.

De los cambios legales, el que m¨¢s impacto tiene a corto plazo en el negocio es una nueva tasa sobre los informes de auditor¨ªa

La Ley Financiera, aprobada en el Senado esta semana y que a¨²n debe pasar el ¨²ltimo visto bueno del Congreso, ha dado la vuelta a la Ley de Auditor¨ªa, de 1988, pero ha ido en direcci¨®n contraria a la autorregulaci¨®n que demandaban los auditores. Y lo ha hecho paso a paso, ya que en su primera redacci¨®n el proyecto s¨®lo inclu¨ªa una referencia a los auditores. Ocho meses y decenas de enmiendas despu¨¦s, los cambios afectan al negocio, su actividad y hasta la forma en que se accede a la profesi¨®n.

De todos los cambios que introduce el texto, el que m¨¢s impacto tiene en el negocio a corto plazo es una nueva tasa sobre los informes de auditor¨ªa, que, si se cumplen los c¨¢lculos del presidente del Instituto de Contabilidad y Auditor¨ªa de Cuentas (ICAC), Jos¨¦ Luis L¨®pez Combarros, empezar¨¢ a pagarse el a?o que viene. Cada trimestre, los auditores deber¨¢n pagar 60 euros por cada informe que les haya generado ingresos inferiores a los 30.000 euros, y 180 si sus honorarios por el trabajo han superado esa cantidad. Este antiguo auditor considera que el control de calidad sobre las auditor¨ªas ser¨¢ a partir de ahora 'bastante m¨¢s riguroso', gracias a la nueva tasa.

Aunque en principio parecen cantidades rid¨ªculas para unos profesionales que, s¨®lo por los trabajos que controla el ICAC, facturaron el a?o pasado 400,5 millones de euros, el sector se ha puesto en pie de guerra. Al fin y al cabo, supone un coste m¨¢s a a?adir a la espectacular subida que se ha producido en las primas que estos profesionales pagan por sus seguros, por encima del 20%, seg¨²n fuentes especializadas. Y eso en un sector que no s¨®lo no registra crecimientos espectaculares, sino que vive desde hace a?os una guerra de precios para ganar clientes y que se queja de tener los precios m¨¢s bajos de Europa. El a?o pasado, la hora de auditor se pagaba a 52,63 euros de media, un 2,3% m¨¢s que el a?o anterior, seg¨²n el ICAC.

Jos¨¦ Mar¨ªa Gass¨®, presidente del Instituto de Auditores-Censores Jurados de Cuentas (IAJC), una de las tres corporaciones que agrupan a los auditores, considera que las firmas se ver¨¢n obligadas a repecurtir ese coste a sus clientes. Lo que no est¨¢ tan claro es que ¨¦stos est¨¦n dispuesto a pagarlo.

La tasa es un invento totalmente espa?ol, pero otras de las modificaciones incluidas en la ley tienen sabor europeo, e incluso americano. Es el caso de todas las disposiciones que afectan a la independencia del auditor, sobre las que la UE llevaba trabajando casi dos a?os, se vieron aceleradas por el efecto Enron, y que son m¨¢s un engorro organizativo que un coste.

As¨ª, los auditores se ver¨¢n obligados a cambiar el socio y el equipo que vigila las cuentas de una misma empresa cada siete a?os. Otra arma con la que la ley pretende reforzar la independencia de los auditores es la obligaci¨®n de declarar sus honorarios, tanto los que perciben de un cliente por revisarle las cuentas como por otros servicios distintos a la auditor¨ªa. Adem¨¢s, se refuerzan las incompatibilidades, de tal forma que un auditor no s¨®lo no podr¨¢ mantener relaciones empresariales con un cliente, sino que tampoco podr¨¢ venderle determinados servicios. Este r¨¦gimen de incompatibilidades es muy exhaustivo, pero a la vista de c¨®mo funcionan las grandes firmas de servicios profesionales, tendr¨¢ poco impacto para el negocio, aseguran fuentes jur¨ªdicas. Un ejemplo: la prohibici¨®n de vender servicios de abogac¨ªa, para lo que basta que lo haga una empresa que tenga personalidad jur¨ªdica y un consejo de administraci¨®n diferente. Las cuatro grandes hace tiempo que tienen as¨ª sus divisiones legales.

Entre los cambios que m¨¢s preocupan a los auditores est¨¢ el r¨¦gimen de sanciones, que distingue entre auditores individuales y sociedades, e incrementa la m¨¢xima sanci¨®n para estas ¨²ltimas hasta un 20% de su facturaci¨®n anual, en el caso de las infracciones muy graves. Los auditores consideran que ese porcentaje puede suponer la quiebra de una empresa y critican que sea el ICAC el encargado de controlarles y de sancionarles.