El 'annus horribilis' de la banca alemana
Las autoridades defienden la solvencia de las entidades pese a su descalabro en beneficios y Bolsa
La banca alemana est¨¢ enferma. Las entidades germanas han tenido el peor comportamiento en Bolsa en lo que va de a?o de todo el mundo, si se excluye Argentina y Brasil. Alguno de los grandes bancos ha ganado en el trimestre menos que una caja de ahorros mediana en Espa?a. Las autoridades han tenido que desmentir una y otra vez los rumores de falta de liquidez.
Deutsche Bank ha perdido 22.000 millones de euros de valor en Bolsa desde que comenz¨® la crisis y el Commerzbank 9.700 millones de euros
Est¨¢n pagando su alegre expansi¨®n hacia otros mercados y hacia la banca de inversi¨®n y el descuido de su negocio tradicional y dom¨¦stico
Los rumores de falta de liquidez en la banca alemana afectan tanto a entidades concretas, como de todo el sistema. 'La situaci¨®n comienza a parecerse m¨¢s a Jap¨®n', seg¨²n fuentes financieras de Francfort. La comparaci¨®n con Jap¨®n resulta inquietante. Es cierto que en la crisis nipona concurren circunstancias que no se dan en Alemania. Como el estallido de la burbuja inmobiliaria. O el hundimiento catastr¨®fico de la Bolsa. Pero s¨ª hay un factor comparable. En Jap¨®n, los bancos, agotados tras 10 a?os de crisis, no est¨¢n en situaci¨®n de tirar de la econom¨ªa.
En Alemania comienza a suceder. Un tercio de empresarios peque?os y medianos afirma en una encuesta del Kreditanstalt f¨¹r Wiederaufbau (un instituto de cr¨¦dito oficial), dada a conocer esta semana, que en los ¨²ltimos meses han tenido notables dificultades para obtener cr¨¦ditos.
Los datos lo prueban. En el segundo trimestre, el conjunto de la banca ha retirado del sistema 6.200 millones de euros. Es decir, los clientes entregaron a la banca m¨¢s de lo que lograron en cr¨¦ditos. En el mismo periodo de hace tres a?os, la cifra fue de 11.000 millones, pero al rev¨¦s. Los clientes lograron m¨¢s cr¨¦dito del que tuvieron que devolver: ahora son los propios bancos los que necesitan liquidez, de forma desesperada. Ya no se trata s¨®lo de que las entidades financieras corran peligro. Se est¨¢n convirtiendo en un riesgo para el resto de la econom¨ªa.
'La gente sigue pensando que los bancos tienen inmensas cantidades de dinero', declar¨® Edmund Stoiber, presidente del Estado federado de Baviera y uno de los pocos pol¨ªticos que habla en p¨²blico de la crisis. 'Pero ya hace mucho tiempo que eso no es as¨ª'.
?Qu¨¦ est¨¢ sucediendo con los grandes bancos alemanes? Hace 20 a?os, ocho de ellos figuraban entre los m¨¢s grandes del mundo y eran columna vertebral del impresionante desarrollo industrial de Alemania en la posguerra. Hoy s¨®lo tres siguen como entidades financieras independientes (Deutsche Bank, Commerzbank e HypoVereinsbank). El cuarto, Dresd-ner Bank, fue adquirido por Allianz, con resultados catastr¨®ficos para ambos. Y todos se tambalean. El resto ha desaparecido, se ha fusionado, o ha acabado en manos extranjeras, al igual que decenas de bancos m¨¢s peque?os.
Olvido de lo esencial
Todas las fuentes consultadas coinciden en la explicaci¨®n de esta crisis. Cegados a principios de los noventa por el despegue de las bolsas y el modelo angloamericano de banca de inversi¨®n, los bancos alemanes se lanzaron a comprar entidades en el extranjero. Deutsche Bank adquiri¨® la brit¨¢nica Morgan Grenfell. Luego la estadounidense Bankers Trust. Dresdner compr¨® Kleinwort Benson.
Y descuidaron la base de su negocio tradicional. Nadie se preocup¨® por racionalizar. Por reducir el n¨²mero de filiales. Por ahorrar. Mientras en otros pa¨ªses la banca sufr¨ªa una fuerte reestructuraci¨®n, en t¨¦rminos de plantilla, de n¨²mero de oficinas, y de fusiones (por ejemplo, en Espa?a), en Alemania todo segu¨ªa igual. Con 515 oficinas por mill¨®n de habitantes, el pa¨ªs se sit¨²a al frente de los principales pa¨ªses desarrollados. Los banqueros alemanes, adem¨¢s, se han mostrado incapaces de pactar fusiones. Todos los intentos fracasaron. 'Tenemos un tremendo problema estructural', dice Rolf Breuer, presidente de la patronal bancaria. 'Demasiadas filiales; hace mucho tiempo que necesitamos una dr¨¢stica consolidaci¨®n'.
Y de repente, hace dos a?os, el clima cambi¨®. Los mercados se desplomaron. Las salidas a Bolsa se congelaron. La base del negocio de la banca de inversi¨®n sufri¨® un deterioro irreversible. Los bancos alemanes volvieron entonces la vista a su negocio tradicional. En casa. Lejos de los centros financieros de Londres y Wall Street. Y se encontraron un desastre.
Hab¨ªa que ahorrar. A toda velocidad. Desde principios de 2000 hasta el segundo trimestre de 2002, el Deutsche ha cerrado 374 sucursales. Le quedan 2000. Ha eliminado 13.856 puestos de trabajo (hoy tiene 84.455 empleados). Sus competidores han emprendido igual camino. Pero no es suficiente. Los resultados en el segundo trimestre, despu¨¦s de impuestos, han decepcionado: Deutsche (204 millones de euros); Dresdner (p¨¦rdidas de 1.015 millones); Commerzbank (p¨¦rdidas de dos millones); Hypo (185 millones).
O al menos, as¨ª lo creen los inversores. Deutsche Bank ha perdido 22.000 millones de valor en Bolsa desde el principio de la crisis. Ahora vale 29.500 millones. Peor est¨¢ Commerzbank, que s¨®lo vale 3.600 millones, tras haber perdido la impresionante cantidad de 13.300 millones. Y lo peor es la desorientaci¨®n. Deutsche Bank ha cambiado tres veces en un a?o el plan general para su negocio tradicional.
Nadie sabe qu¨¦ va a pasar. Seg¨²n Edgar Meister, responsable de supervisi¨®n bancaria del Bundesbank, 'las dificultades que se han dado hasta ahora son casos aislados sin ninguna repercusi¨®n sobre el sistema financiero'. La mayor¨ªa de analistas, sin embargo, no est¨¢ tan segura.
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