El ¨²ltimo minuto no fue alem¨¢n
El Depor derriba al Bayern con un gol de Makaay en el instante final tras una noche de miedo y sufrimiento
Por una vez en la vida, el ¨²ltimo minuto no fue alem¨¢n. Tan mal le van las cosas al Bayern que hasta la fortuna decidi¨® abandonarle en ese momento en que nunca le fallaba. Quiz¨¢ para recompensar al Deportivo, a quien tanto hab¨ªa maltratado ¨²ltimamente. Con el partido casi agotado y los dos equipos al borde de la desesperaci¨®n, el duende de Riazor, que andaba escondido desde hace tiempo, se encarn¨® en Makaay y rescat¨® al Depor de una noche de poco f¨²tbol y toneladas de sufrimiento. Una noche en la que rein¨® el miedo paralizante de dos equipos asediados por las calamidades, pero que gracias a la inspiraci¨®n de su goleador holand¨¦s rescat¨® al Deportivo cuando ya se ve¨ªa abocado a una pesadilla.
DEPORTIVO 2| BAYERN 1
Deportivo: Juanmi; Scaloni, C¨¦sar, Naybet, Romero; V¨ªctor (Trist¨¢n, m.85), Sergio, Mauro Silva, Fran (Acu?a, m.60), Capdevilla; y Makaay (Donato, m.90). Bayern M¨²nich: Wessels; Sagnol, Kuffour, R.Kovac, Tarnat (Lizarazu, m.56); Salihamidzic (Santa Cruz, m.46), Jeremies, Ballack (Fink, m.49), Z¨¦ Roberto; Scholl y Elber. Goles: 1-0. M.54. Mauro Silva enga?a a Wessels con una finta y el disparo de V¨ªctor culmina una falta directa perfectamente ejecutada. 1-1.M.77. Santa Cruz cabecea al primer palo un centro lateral de Scholl elev¨¢ndose sobre C¨¦sar y Scaloni. 2-1. M. 89. Makaay empalma de primera un centro de Capdevilla. ?rbitro: Anders Frisk (Suecia). Amonest¨® a Sagnol.
El enfermo siempre tiene miedo y, en ese sentido, Deportivo y Bayern confirmaron plenamente su condici¨®n achacosa. En cuanto se agot¨® la mecha que suele explotar al principio de los partidos, una espesa nube de miedo se fue cerniendo sobre Riazor hasta acabar paralizando a los dos equipos y, finalmente, al p¨²blico, tan temeroso de perder como los jugadores. Muy revelador del estado de los dos conjuntos, y especialmente del Bayern, que si por algo se ha distinguido desde el principio de los tiempos es por su car¨¢cter para jugar todos los partidos con el cuchillo entre los dientes.
?ste es un Bayern distinto, aunque no s¨®lo para mal. A uno de los conjuntos m¨¢s resultadistas de la historia del f¨²tbol, que entend¨ªa el juego como un asunto que resolv¨ªa m¨¢s con el m¨²sculo y con el cerebro que manejando la pelota, le ha dado este a?o por tomarle cari?o al bal¨®n. Con lo mal que le van las cosas, tendr¨¢n munici¨®n argumental los que todav¨ªa piensan que para vencer es necesario renunciar al juego. Porque nunca en los ¨²ltimos a?os se hab¨ªa visto un Bayern con tantos peloteros: Ballack, Scholl, Ze Roberto, Elber ... Y durante un rato, con el partido a¨²n arrancando, el sorprendente Bayern del f¨²tbol trenzado y al toque ense?¨® la patita por debajo de la puerta. Lo pas¨® mal en el primer cuarto de hora el Deportivo, condenado a vagar tras la pelota. Sin llegar a intimidar del todo, el Bayern anunci¨® peligro en varios momentos: alguna arrancada por la izquierda de Ze Roberto o una asociaci¨®n entre Ballack y Scholl por el centro.
El Depor no encontraba a Fran y ¨¦ste, con Jeremies muy encima, tampoco encontraba al equipo. Pero pronto se vio que la pretendida seguridad alemana era un espejismo. El Bayern, como el Depor, ten¨ªa miedo y poco a poco fue atenaz¨¢ndolo. Cabalgando sobre el temor del rival, se desprendi¨® del suyo el cuadro de Irureta. A la labor contribuy¨® decisivamente Mauro Silva, que, aun lejos de sus mejores d¨ªas, es capaz de hacer de bombero en cualquier zona del campo donde surja un fuego. Empez¨® salvando un par de situaciones envenenadas en su propia ¨¢rea y acab¨® echando al equipo hacia adelante a fuerza de barrer todo lo que circulaba por el centro. Gracias al empuje de Mauro, Fran empez¨® a mostrarse m¨¢s y hasta tuvo un gol muy cerca, en una remate - ?con la derecha!- que se fue al palo.
Le faltaron muchas cosas al Deportivo. Juego en los costados, por ejemplo. Pero el Bayern se hab¨ªa achicado de forma asombrosa, sin el menor asomo del esp¨ªritu guerrero que siempre le caracteriz¨®. Y de tanto acampar en el territorio del adversario, el Depor acab¨® obteniendo recompensa. Como el equipo no estaba para otras cosas, sac¨® provecho de lo que pudo, en este caso una falta cercana al ¨¢rea que V¨ªctor coloc¨® muy cerca del palo. Queda la duda, en todo caso, de si el gol hubiese entrado con Kahn en la porter¨ªa en lugar del inexperto Wessels.
El Depor quiso administrar el gol. Pretendi¨® controlar el juego en el centro del campo, para lo que Irureta introdujo a Acu?a en lugar de Fran. En el Bayern se fue Ballack, tocado, y el equipo sigui¨® muy plano. Cada vez m¨¢s pr¨®ximo al ¨¢rea del Depor, pero sin ninguna se?al de peligro. Hasta que en un centro apareci¨® la cabeza del gigantesco Santa Cruz y el partido se ti?¨® para el Depor con los colores del drama. Hasta el final el choque fue una loter¨ªa desalmada, que puso a prueba la resistencia cardiaca de todo el mundo. En ese ir y venir de un ¨¢rea otra, con el minuto 89 colgado ominosamente del marcador, surgi¨® Makaay por en¨¦sima vez esta temporada para rescatar al Deportivo. El estado de gracia del holand¨¦s, argumentar¨¢n unos. La magia de Riazor, dir¨¢n otros. La fortuna, que despu¨¦s de tantos a?os, ha decidido abandonar al Bayern, se dir¨¢n en Alemania.
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