El Congreso aprueba modificar la Ley de Protecci¨®n de Datos

El Congreso en pleno, pr¨¢cticamente por unanimidad, reconoci¨® ayer los errores de la Ley de Protecci¨®n de Datos y pidi¨® al Gobierno que la corrija. La ambig¨¹edad de esta norma de 1999 ha permitido que se plantee la posibilidad de que se utilicen los datos del censo electoral con fines comerciales sin consentimiento expreso del titular. Para usar esa informaci¨®n, seg¨²n la ley, basta con que el interesado no conteste cuando se le pida autorizaci¨®n. La modificaci¨®n aprobada ayer obliga a que el uso sea expresamente consentido.

Todos los grupos, incluido el PP, reconocieron ayer en el Congreso que la situaci¨®n creada por la Ley de Protecci¨®n de datos de 1999 no puede continuar. La espita la ha marcado la reciente pol¨¦mica por la iniciativa fallida de tomar la falta de respuesta negativa de un ciudadano sobre la utilizaci¨®n de sus datos como una autorizaci¨®n. 'Es como el 1984 de George Orwell', dijo el diputado de IU Luis Carlos Rej¨®n, en referencia al autor de la imagen literaria del Gran Hermano que vigila a todos los ciudadanos.

Diego L¨®pez Garrido, del PSOE, acus¨® al PP de haber permitido que los datos personales de los espa?oles, no s¨®lo los del censo, 'est¨¦n fuera de control'.

La proposici¨®n no de ley que present¨® el PP y apoyaron todos insta al Gobierno a desarrollar un reglamento de la ley en el que se diga expresamente que 's¨®lo se incluir¨¢n en el censo promocional los electores que expresamente manifiesten su consentimiento a figurar en el mismo' y que 'el silencio a las comunicaciones que se le cursen a efectos de su inclusi¨®n en dicho censo se considere como manifestaci¨®n de su voluntad de no figurar en el mismo'. Esto es, lo contrario de lo que dice la ley.

Todos los grupos, salvo el PP, votaron a favor de las iniciativas de PSOE e IU para que se cambie directamente la ley, y no el reglamento. Pero, tras una largu¨ªsima sesi¨®n para discutir las tres proposiciones, el partido del Gobierno impuso su mayor¨ªa para que se quede en una modificaci¨®n de reglamento. 'Esto es una chapuza', clam¨® Rej¨®n. 'Apoyamos la idea, pero no creemos que lleguen a aplicarla, porque ustedes defienden m¨¢s a las grandes empresas que a los ciudadanos', insisti¨® L¨®pez Garrido.

Otras ideas que estaban en las propuestas de la oposici¨®n, como el control de los datos que se cruzan las compa?¨ªas de seguros o la ampliaci¨®n a toda la publicidad del criterio de que la ausencia de respuesta ha de ser entendida como negativa, quedaron rechazadas por la mayor¨ªa absoluta del PP.