Rusia se entrega a Putin
El presidente ruso sale fortalecido ante la opini¨®n p¨²blica de la matanza en el teatro de Mosc¨² y apuntala su perfil m¨¢s autoritario
La crisis de los rehenes de Mosc¨² ha reforzado a Vlad¨ªmir Putin y consolida el papel privilegiado del que gozan los servicios de seguridad y las Fuerzas Armadas. Estas instituciones, que en Rusia se conocen como los silovik¨ª (traducible por 'los que tienen la fuerza'), son hoy las criaturas mimadas del Kremlin.
'Esparta, y no Atenas'. Un observador pol¨ªtico empleaba ayer esta analog¨ªa para explicar que los dirigentes rusos sienten m¨¢s atracci¨®n por un modelo social dominado por una casta militar que por una sociedad democr¨¢tica.
En nombre de la lucha antiterrorista, muchos reivindican hoy en Rusia restricciones a las libertades c¨ªvicas y mano dura. Una opini¨®n p¨²blica que incluso incita al pogromo, avanza r¨¢pido frente a una minor¨ªa que invoca los derechos humanos b¨¢sicos. Para el polit¨®logo ?gor Kliamkin, 'la situaci¨®n actual permite que se consolide una ¨¦lite dispuesta a mentir y a sacrificar vidas en funci¨®n del Estado, al que considera lo m¨¢s importante de todo'.
'Los rusos cierran filas junto a sus l¨ªderes en la guerra, y no en la paz. Putin lleg¨® al poder tras consolidar a la sociedad contra Chechenia. Ahora vuelve a consolidarla frente a la amenaza terrorista y quiere utilizar esta situaci¨®n para rechazar negociaciones con los separatistas y para apostar por la v¨ªa militar, se?alaba Kliamkin.
Las encuestas le dan la raz¨®n. Por primera vez desde 2000, la cifra de los que est¨¢n a favor de negociar para acabar con la guerra de Chechenia vuelve a ser inferior a los que favorecen la v¨ªa militar. Los primeros sondeos del Centro de Estudio de la Opini¨®n P¨²blica indicaban que un 85,5% de los ciudadanos apoyaron el rescate de los rehenes, aunque reflejaban una disminuci¨®n en los porcentajes de quienes est¨¢n dispuestos a votar por Putin (del 58 % al 55%) y de quienes conf¨ªan en ¨¦l (del 54% al 49%).
La evoluci¨®n militarista entronca con la historia de Rusia y tambi¨¦n con la biograf¨ªa del presidente, que dirigi¨® el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), la instituci¨®n sucesora del KGB. El coronel y ex esp¨ªa en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana ha evolucionado, pero su pasado es de los que imprime car¨¢cter y se ha reflejado en la falta de un rendimiento de cuentas a la sociedad sobre la forma de resolver la crisis de los rehenes. Los rusos aceptan como algo natural que el desenlace podr¨ªa haber sido peor, pero nadie ha intentado explicarles si podr¨ªa haber sido mejor, porque los 'salvadores' gozan de una gracia especial en el Kremlin y no est¨¢n sometidos al control de la sociedad.
Putin evit¨® los errores que cometi¨® tras el hundimiento del submarino Kursk en 2000. Esta vez anul¨® sus citas internacionales y pidi¨® perd¨®n por no haber podido salvar a todos los rehenes. Sus palabras fueron correctas y su llamamiento a evitar los enfrentamientos ¨¦tnicos, oportuno. El presidente, sin embargo, no se involucr¨® emotivamente en los sucesos y se mantuvo distante del drama. Cuando todo termin¨®, Putin quiso brindar con los hombres a los que siempre es fiel: los oficiales de los cuerpos de seguridad. En una recepci¨®n en el Kremlin bebi¨® de pie con ellos.
Que se sepa, Putin no acudi¨® a los funerales de los rehenes. El presidente, por lo visto, tem¨ªa que se repitiera el duro careo con los familiares de los marineros del Kursk. Tal vez por eso prefiri¨® visitar a algunos ex rehenes recuper¨¢ndose en el hospital a tratar con los parientes de las v¨ªctimas. Algunos le reprochan no haberse dirigido a la naci¨®n cuando el desenlace era todav¨ªa incierto, para asumir p¨²blicamente la responsabilidad sin ambig¨¹edades.
Putin se distanci¨® de los responsables directos de la gesti¨®n de la crisis, coordinados por el vicejefe del FSB, Vlad¨ªmir Pronin, y no por el jefe de esta instituci¨®n, Nikol¨¢i P¨¢trushev, uno de los viejos colegas del presidente en el KGB de Leningrado (hoy, San Petersburgo). P¨¢trushev, como el ministro del Interior, Bor¨ªs Gryzlov, particip¨® en la primera reuni¨®n de emergencia poco despu¨¦s de la medianoche del 23 al 24 de octubre. All¨ª estaban adem¨¢s el jefe del Gobierno, Mija¨ªl Kasianov, y el de la Administraci¨®n presidencial, Alexandr Voloshin, una figura clave en el control de las riendas del poder y en la opaca pol¨ªtica informativa de Putin.
Es muy posible que a la hora en que el comando checheno asaltaba el teatro en Mosc¨², Putin estuviera a¨²n (o acabara de separarse) con el ex primer ministro Evgueni Primakov, que seg¨²n la cronolog¨ªa difundida por Kremlin, le inform¨® de su visita a EE UU al frente de una delegaci¨®n comercial.
A las cuatro de la madrugada del jueves, el Kremlin anunci¨® que Putin anulaba el viaje a Berl¨ªn y a Portugal (a su cita con Bush en M¨¦xico renunciar¨ªa despu¨¦s). Sigui¨® un largo silencio sobre las actividades presidenciales hasta las 14.20 horas, cuando el servicio de prensa inform¨® de otra reuni¨®n de urgencia, esta vez con P¨¢trushev y Gryzlov. En ella Putin dijo que el acto terrorista de Mosc¨² se hab¨ªa planeado en el extranjero. M¨¢s tarde, ante dos dignatarios isl¨¢micos, acus¨® a las mismas fuerzas que organizaron los atentados en Indonesia y Filipinas.
En la rueda de prensa final organizada por algunos responsables de la operaci¨®n, los periodistas preguntaron c¨®mo pudieron los terroristas llevar tantas armas a Mosc¨² y por qu¨¦ hab¨ªa habido tanta imprevisi¨®n y negligencia tras el asalto. Pero en un pa¨ªs de la extensi¨®n de Rusia las preguntas y respuestas que no son aireadas por los canales estatales de televisi¨®n no existen, y la televisi¨®n estatal s¨®lo transmiti¨® el inicio de la rueda de prensa.
Putin y sus colaboradores m¨¢s cercanos proceden del mundo del secreto y parecen no comprender siquiera por qu¨¦ tienen que dar explicaciones a una sociedad que, adem¨¢s, les exige poco o no les exige nada. Con las enmiendas a la ley de Prensa y la de lucha contra terrorismo aprobadas el viernes por la Duma, los medios de comunicaci¨®n tendr¨¢n un margen m¨¢s restringido para informar sobre conflictos.
'El presidente ha aprendido mucho, pero debe aprender tambi¨¦n a no hablar s¨®lo con los silovik¨ª (los que tienen la fuerza), sino tambi¨¦n con los mosgovik¨ª (los que tienen cerebro)', se?alaba Liudmila Aleks¨¦yeva, la presidenta del Grupo de Helsinki en Mosc¨², parafraseando al humorista Mija¨ªl Zvanietski. 'Si hubiera recibido a los especialistas en conflictos, a los polit¨®logos y psic¨®logos, quiz¨¢ habr¨ªa menos v¨ªctimas, o tal vez nos hubi¨¦ramos ahorrado las mentiras'. Mentiras, en el mejor de los casos, por costumbre o por miedo a la sociedad.
Tira y afloja por Zak¨¢yev
El fiscal general de Rusia enviar¨¢ a Dinamarca nuevos documentos para fundamentar la solicitud de extradici¨®n del separatista checheno Ajmed Zak¨¢yev. As¨ª lo anunci¨® ayer Leonid Troshin, un portavoz de la Fiscal¨ªa, despu¨¦s de que las autoridades danesas alegaran que las pruebas entregadas por Mosc¨² no son suficientes para extraditar a Zak¨¢yev, un estrecho colaborador del l¨ªder Asl¨¢n Masj¨¢dov. Rusia, que hace unos meses aceptaba a Zak¨¢yev como interlocutor y le garantizaba la inmunidad, le acusa ahora de estar vinculado con la toma de rehenes en Mosc¨². Sin embargo, la ministra de Justicia danesa ha declarado que si Mosc¨² no presenta suficientes pruebas liberar¨¢ al detenido el 30 de noviembre. La polic¨ªa rusa afirma que existe una orden de b¨²squeda y captura contra Zak¨¢yev. Una cincuentena de personas se manifest¨® ayer frente a la embajada danesa en Mosc¨² para pedir la extradici¨®n de Zak¨¢yev, detenido en Copenague al t¨¦rmino de una conferencia internacional sobre Chechenia. Por otra parte, el viernes por la noche, agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB) irrumpieron en la redacci¨®n de la revista Versia y confiscaron un ordenador. Los responsables del peri¨®dico lo consideran un intento de impedir la publicaci¨®n de una cr¨®nica sobre la crisis de los rehenes que difiere de los relatos oficiales, seg¨²n inform¨® la cadena de televisi¨®n TVS. El FSB aleg¨® que estaba investigando un art¨ªculo sobre otro tema.
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