'La majestad y el arte no se aprenden'
Hace unos meses lleg¨® a Nueva York y el p¨²blico la recibi¨® puesto en pie con una ovaci¨®n de diez minutos. Hace unas semanas se estren¨® en Sevilla su nuevo espect¨¢culo y hubo 27 minutos de aplausos. Cada vez m¨¢s, el mundo reconoce a esta mujer como una de las bailaoras m¨¢s grandes de su tiempo. Manuela Carrasco (Triana, 1958) naci¨® en una familia muy humilde de vendedores, no pudo estudiar porque tuvo que criar a sus cinco hermanos peque?os, no fue a academias, no recibi¨® becas ni tuvo maestros. Ahora vuelve a Madrid, donde el mi¨¦rcoles y el jueves bailar¨¢ en el teatro Alb¨¦niz acompa?ada por el cante de El Chocolate, T¨ªa Juana la del Pipa o La Negra, en un montaje producido por Jes¨²s Quintero.
'A m¨ª un d¨ªa me coge maravillosa y otro no estoy bien, no me llega la inspiraci¨®n'
Pregunta. ?C¨®mo surgi¨® la colaboraci¨®n con Quintero?
Respuesta. Nos conocemos hace mucho. En el 74 ya nos llevaba a Paco de Luc¨ªa, a Manolo Sanl¨²car y a m¨ª. Luego empez¨® su trabajo y lo dej¨®. Ten¨ªamos una espinita los dos y quise que lo hiciera ¨¦l. Es un gran artista y le encant¨® la idea, me ha tenido un cari?o especial desde ni?a.
P. ?C¨®mo fueron sus principios?
R. Nac¨ª en Triana y a los cuatro a?os nos fuimos a vivir a San Juan de Aznalfarache. All¨ª todas las ni?as eran artistas. Mi madre me mandaba a un mandao y tardaba siete horas en volver. Bajaba y me ve¨ªa en la calle bailando. Mi padre no quer¨ªa, ¨¦l hab¨ªa bailado y dec¨ªa que tienes que ser muy buena para llegar a algo. No me ve¨ªa cualidades. Pero a mi madre se le puso entre ceja y ceja, as¨ª que mi padre me tiraba los zapatos por la ventana y ella bajaba a cogerlos.
P. ?Y luego?
R. Luego nos fuimos a vivir a Torremolinos. La vida estaba dura y mi padre se coloc¨® en un puesto de pinturas abstractas. Echaban la pintura encima de un papel que daba vueltas. Mi padre se puso a trabajar en un restaurante y yo entr¨¦ de fregaplatos. Un d¨ªa que pasamos por el tablao de Mariquilla me par¨¦ delante a hacer la postura que hab¨ªa en el cartel. Ella sali¨®, me hizo una prueba y me contrat¨®. Estuve dos veranos.
P. ?Ella fue su maestra?
R. No, yo no he tenido maestros. Empec¨¦ mirando. Lo bailaba todo por buler¨ªas, pero me acuerdo de que su marido, Luis, dec¨ªa que yo era como una silla del siglo XVII, que ten¨ªa una madera muy bonita.
P. O sea que fue autodidacta total.
R. S¨ª, luego fui al tablao La Cochera, con Farruco, Matilde Coral y Trini Espa?a. Yo sal¨ªa la primera y despu¨¦s ni me quitaba el traje, me quedaba all¨ª mir¨¢ndolos cogiendo cositas de uno y de otro.
P. ?Por amor al arte?
R. Bueno, yo ven¨ªa de gente artista, lo llevaba dentro desde que nac¨ª. Con el sentimiento y con el arte se nace. La t¨¦cnica se aprende con el tiempo, pero la majestad y el arte no se aprenden, eso nace con la persona.
P. ?Vio bailar a Carmen Amaya?
R. Estrenaron Los Tarantos cuando ten¨ªa nueve a?os. Esa mujer se me qued¨® grabada. Empec¨¦ a bailar con pantal¨®n... Pero la fuerza y la velocidad de ella yo no las tendr¨¦ nunca. Yo creo que el arte no es de la tierra. Sabicas, Carmen, Trini Espa?a... no creo que el arte sea de la tierra.
P. Pero la escuela sevillana...
R. Pies y remate. Yo soy de la escuela de Triana, que no es lo mismo.
P. ?Es m¨¢s sensual?
R. No s¨¦. Carmen Amaya era femenina a su manera, pero antes que nada era un genio.
P. ?C¨®mo ve el baile de ahora?
R. Hay una nueva ola de gente que piensa que el arte no existe. S¨®lo se fijan en meter los pies, en los contratiempos. No paran ni un segundo, no se relajan. Si se pararan y levantaran los brazos y escucharan el cante y la guitarra... El arte tambi¨¦n existe. Hay que quedarse parado, poner los brazos en su sitio y tener el tronco colocado, no descomponer. Pero de eso no se preocupan. Me pone de los nervios. Yo en esa nueva ola no estoy.
P. ?Y d¨®nde est¨¢?
R. Yo soy muy cl¨¢sica, muy gitana. No me gusta desvirtuar los bailes. La siguiriya es una siguiriya y el taranto un taranto. Ahora meten la buler¨ªa en todas partes. Y a m¨ª me gusta vestirme muy flamenca, con mis peinas y mis mantones. Lucho mucho por mantener el flamenco de verdad. Cuanto m¨¢s moderna se pone la gente yo voy m¨¢s para atr¨¢s.
P. O sea que hay mucha confusi¨®n.
R. Mucha. Es muy dif¨ªcil que yo vaya a ver nada porque luego me paso tres d¨ªas mala, deprimida.
P. ?Por el flamenco light?
R. Jes¨²s Quintero, cuando acaba el espect¨¢culo, sale al escenario y dice una cosa muy bonita. 'Se?ores, as¨ª es la rosa. No tocarla. Ir a contarle al mundo que el flamenco es esto y que no es aburrido'.
P. ?Cu¨¢l es el secreto de su arte?
R. ?T¨² crees que el arte tiene secretos?
P. ?Misterios?
R. Eso s¨ª.
P. ?Y trabajo?
R. No puedes quedarte parada, si no te estancas.
P. ?Improvisaci¨®n?
R. Claro, a m¨ª no me gusta bailar siempre igual. Hay una base, pero lo dem¨¢s tiene que cambiar. Si no, es muy aburrido, siempre lo mismo. A los que bailan de t¨¦cnica, nunca los ver¨¢s mal. A m¨ª un d¨ªa me coge maravillosa y otro no estoy bien, no me llega la inspiraci¨®n. Procuro que salga el duende, pero hay d¨ªas que te pongas como te pongas no sale. La verdad es que yo casi nunca me gusto.
P. Y as¨ª y todo ha creado escuela.
R. Bueno, he creado mi forma de bailar, eso seguro.
P. ?Y escuela no?
R. Veo detallitos por ah¨ª...
P. As¨ª que ha merecido la pena desobedecer a su padre.
R. Nac¨ª para bailar, he vivido para el baile y eso me ha dado casi todo lo que necesitaba. He conocido el mundo entero... No pude estudiar y llor¨¦ mucho por no poder. Pero tampoco me veo yo con una carrera.
P. ?Y c¨®mo ve el futuro?
R. Me queda mucho que bailar y que mirar hacia atr¨¢s. Si no miramos hacia atr¨¢s llegar¨¢ un d¨ªa en que el arte y la pureza desaparezcan. As¨ª como suena. Es verdad que se han abierto puertas maravillosas, sitios de mucha categor¨ªa y cach¨¦s enormes, pero si no hacemos flamenco de verdad se va a perder un patrimonio que no se deber¨ªa de perder.
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