Tragaperras

Nuevamente la ineficacia de las administraciones p¨²blicas hace que los bares se conviertan cada vez m¨¢s en casinos en lugar de sitios en los que se pueda tomar un caf¨¦ o una cerveza.

Recientemente, en Madrid hemos podido comprobar c¨®mo prolifera una m¨¢quina que, bajo la apariencia de un peque?o entretenimiento de habilidad, esconde una vergonzosa m¨¢quina tragaperras, sin control por la Administraci¨®n, dejando en manos de la empresa operadora o del due?o del bar la entrega de premios, seg¨²n la avaricia de los mismos.

Resulta curioso c¨®mo, sin embargo, los Gobiernos de Arag¨®n y La Rioja han homologado esta m¨¢quina. En estas comunidades, cada partida cuesta 50 c¨¦ntimos de euro. Es una m¨¢quina que por un euro da una oportunidad de juego, y por dos euros da tres oportunidades. Consiste en que al accionar el juego aparece un n¨²mero; al darle un golpe con el pu?o a una semicircunferencia similar a un bal¨®n, una serie de n¨²meros situados de forma circular que se encienden cada vez que pasa una supuesta ruleta, van contando las vueltas que se dan para acertar el n¨²mero que se ha obtenido.

El premio depender¨¢ del n¨²mero de vueltas efectuadas por la ruleta electr¨®nica. Lo verdaderamente peligroso es que esta m¨¢quina no est¨¢ calificada como tal y puede jugar cualquier ni?o.