R¨¢pido, barato y de dise?o

Es reciente la aparici¨®n y proliferaci¨®n en nuestro pa¨ªs de restaurantes buf¨¦ con pretensiones de cierta calidad. Su oferta, basada en la cantidad ilimitada y los alimentos a a?os luz del fast food grasiento, ha sido muy bien acogida por todo tipo de p¨²blicos. Se puede comer todo lo que se quiera por un irrisorio precio fijo (que ronda los seis euros): vegetales, verduras y ensaladas frescas, algo de pasta con salsa y pedazos de pizza. Los responsables de una cadena han querido depurar algo m¨¢s el producto y han abierto Ovni.

La f¨®rmula de este local no es m¨¢s que una variaci¨®n de las anteriores, pero con mayor atenci¨®n a los acabados. As¨ª, no se trata de un buf¨¦ libre, sino de unos men¨²s: ensalada, pizza o pasta, fruta y bebida, por 4,95 euros; ensalada, fruta y bebida, por 2,95, y el bol de ensalada, por s¨®lo 2,15. El producto se ha sofisticado, ya que las pizzas (individuales) se hacen al momento y con los ingredientes (hasta tres) que el cliente solicite. Una atenci¨®n que libera en algo la carga de lo prefabricado. Tambi¨¦n las ensaladas y las pastas muestran una cara m¨¢s elaborada. Se puede elegir entre las opciones ya preparadas de ensalada C¨¦sar, de pasta con pesto, de arroz con pasas, de coles de Bruselas o ensaladilla rusa, o fabricarse una combinaci¨®n propia a partir de hierbas del can¨®nigo, varios tipos de lechuga y tomate, soja, huevo duro y una larga lista m¨¢s, y ali?arla con varias salsas. En cuanto a la pasta, la base son las variedades t¨ªpicas, y se dispone de salsas de tomate, cuatro quesos, at¨²n; pero tambi¨¦n de verduras asadas (patatas y esp¨¢rragos trigueros), que acaban por ser los ingredientes mejor resueltos. Todos ellos, as¨ª como la fruta (kiwi, manzana, batido de mango...), exhiben una frescura bastante ins¨®lita en un lugar de comida r¨¢pida de esta gama de precios.

Tambi¨¦n se ha pulido la oferta de los postres, con cinco tipos de caf¨¦ a elegir (por 0,75 euros) y helados de bola de leche merengada, vainilla o yogur (por 1,20). Se puede acompa?ar la comida con vino (1,95 por una botella peque?a) o con zumos (1,20). Y todo ello en un local de blanco hospitalario, que consigue dar un efecto de pulcritud y modernidad. Es cierto que la log¨ªstica del buf¨¦ es bastante ca¨®tica (con bandejas que giran en c¨ªrculos y clientes luchando entre ellos por detenerlas en uno u otro lugar), y tambi¨¦n lo es que la comida no deja de ser extremadamente sencilla. Pero la posibilidad de comer r¨¢pido y barato, en un entorno agradable y un tanto sofisticado y sin tener que jugarse la tasa de colesterol, ha enganchado a toda clase de p¨²blico: de familias a oficinistas, de estudiantes a jubilados. Por algo ser¨¢.