Un mundo al rev¨¦s
El desarrollo de los acontecimientos econ¨®micos en las ¨²ltimas semanas probablemente est¨¦ causando cierta perplejidad no s¨®lo entre el hombre de la calle poco experto en econom¨ªa, sino entre los propios economistas especializados en el seguimiento de la coyuntura. Al menos yo tengo esta sensaci¨®n. Por centrar la cuesti¨®n, me referir¨¦ a dos temas concretos: las decisiones de las autoridades monetarias de los EE UU y de Europa sobre los tipos de inter¨¦s y la controversia (rifirrafe pol¨ªtico incluido) sobre el crecimiento de la econom¨ªa espa?ola en el tercer trimestre tras publicar sus estimaciones el Banco de Espa?a.
A la primera cuesti¨®n es a la que se refiere el t¨ªtulo de la columna. En mi opini¨®n, la econom¨ªa norteamericana no necesitaba una nueva rebaja de los tipos de inter¨¦s y, sin embargo, la Reserva Federal los ha bajado nada menos que en casi un 30% (del 1,75 al 1,25%), pleg¨¢ndose a los llamamientos insensatos de los agentes del mundo financiero. En cambio, la econom¨ªa europea viene pidiendo a gritos desde hace meses una rebaja, pero nuestro BCE permanece insensible escudri?ando inexistentes peligros inflacionistas.
EE UU no necesitaba una nueva rebaja de los tipos;en cambio, Europa est¨¢ pidiendo a gritos una reducci¨®n
La econom¨ªa americana lleva ya un a?o recuper¨¢ndose, habiendo alcanzado una velocidad de crucero de nada menos que el 3% en el ¨²ltimo trimestre. Los beneficios de las empresas y la inversi¨®n en equipos llevan ya dos trimestres creciendo. Es cierto que los ¨²ltimos indicadores muestran un par¨®n, pero ello es normal y obedece, entre otros factores, a que el consumo, base del crecimiento de dicha econom¨ªa y artificialmente sostenido tras el 11-S, muestra s¨ªntomas de debilitamiento. Ello debe ser as¨ª para que las familias norteamericanas recompongan sus deterioradas posiciones financieras, y todo lo que retrase este necesario ajuste, como la reciente bajada de tipos, no har¨¢ sino complicar la situaci¨®n y mermar la capacidad de crecimiento a medio plazo. Pero este ajuste no entra?a peligros de una nueva recesi¨®n, simplemente supone aminorar algo el ritmo de crecimiento. Nada grave que requiera de una bajada de tipos y de un est¨ªmulo fiscal tan fuertes como los que la Fed y el Gobierno americano est¨¢n llevando a cabo o preparando. Ello, adem¨¢s, agrandar¨¢ los graves desequilibrios en los flujos ahorro-inversi¨®n de esta econom¨ªa, creando graves tensiones en la econom¨ªa mundial.
Todo lo contrario sucede en la zona del euro. Aqu¨ª la recuperaci¨®n no ha hecho m¨¢s que empezar y apenas se nota. La demanda interna est¨¢ plana y la inversi¨®n no muestras signos de recuperarse. La m¨¢s grande econom¨ªa de la zona, Alemania, est¨¢ postrada con una grave pulmon¨ªa. Por su parte, la inflaci¨®n se ha moderado, situ¨¢ndose s¨®lo ligeramente por encima del riguroso objetivo del 2%. De las explicaciones del presidente del BCE parece deducirse que ¨¦ste est¨¢ castigando los incumplimientos fiscales de los Gobiernos y la posici¨®n reacia de ¨¦stos a llevar a cabo fuertes ajustes presupuestarios el pr¨®ximo a?o. Pero esta posici¨®n conduce a algo tan absurdo como que la Europa renqueante y convaleciente tenga que enfrentarse durante el pr¨®ximo a?o a una combinaci¨®n de pol¨ªticas macroecon¨®micas restrictivas, pues tal ser¨¢ el efecto de la reducci¨®n de los d¨¦ficit p¨²blicos en un contexto de crecimiento del PIB por debajo de su potencial si la pol¨ªtica monetaria no afloja.
Respecto al crecimiento de la econom¨ªa espa?ola, lo dejaremos para la semana pr¨®xima.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social (Funcas).
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