'Vivimos una ¨¦poca muy conservadora en la novela'
Como tantos, Antonio Altarriba (Zaragoza, 1952) tambi¨¦n sigui¨® con inter¨¦s el proceso de descomposici¨®n de la antigua URSS y el descubrimiento por parte de sus habitantes del timo que era el comunismo de Estado en el que viv¨ªan. Pero este novelista y catedr¨¢tico de Filolog¨ªa Francesa en la UPV-EHU sigui¨® aquellos instantes con m¨¢s detenimiento que el resto, dedicaci¨®n que con el paso de los a?os dado como fruto La memoria de la nieve. Una obra que novela la vida de V¨ªctor Gorelikov, un hu¨¦rfano que nace al final de la Segunda Guerra Mundial y que trabaja en el ej¨¦rcito en misiones de espionaje.
Pregunta. El t¨ªtulo apunta el otro protagonista de la novela, el paisaje.
Respuesta. La antigua URSS no s¨®lo fascina por la historia, la pol¨ªtica o la econom¨ªa. Es tambi¨¦n una geograf¨ªa ¨²nica que incluye Siberia, el continente de los mil paisajes, con sus ciudades secretas, en las que viv¨ªan centenares de miles de personas al margen de la historia y la geograf¨ªa, investigando sobre la energ¨ªa nuclear. Esta caracter¨ªstica de la antigua URSS, donde todo puede ser veros¨ªmil, fue una de las razones que me llevaron a escribir la obra.
P. Tras ese estudio exhaustivo de la URSS y Rusia que respalda la obra, ?c¨®mo definir¨ªa ese pa¨ªs?
R. Es un pa¨ªs que vive a caballo entre la utop¨ªa y la represi¨®n, entre el para¨ªso de la clase obrera y el gulag. Adem¨¢s se caracteriza por una concepci¨®n de la pol¨ªtica como una forma de manipulaci¨®n ideol¨®gica que es anterior a la Revoluci¨®n de 1917 y que todav¨ªa mantiene hoy Putin. Esta fue otra raz¨®n importante a la hora de situar mi novela en ese pa¨ªs. La ca¨ªda del muro desvela los discursos propagand¨ªsticos sobre la URSS dentro y fuera. Adem¨¢s, supone la asunci¨®n de una gran fracaso hist¨®rico y el consiguiente trauma.
P. Lleva viviendo en el Pa¨ªs Vasco m¨¢s de 20 a?os, ?no le atrae como escenario para una novela?
R. Hay un debate eterno en la literatura entre quien afirma que el escritor debe dar testimonio de una realidad y quien dice que debe inventar una ficci¨®n. Yo soy de estos ¨²ltimos. Eso s¨ª, cualquier persona que lea La memoria de la nieve se dar¨¢ cuenta de que es una novela muy cercana. Hay algunos grandes temas que interesan a todo ser humano, como la orfandad; la oposici¨®n entre lo que llamo el realismo social y el imaginario personal; la relaci¨®n entre la mentira y la verdad. Y ya si nos acercamos a este pa¨ªs, las vinculaciones son varias, como la implicaci¨®n constante de la consigna, las tibiezas en las adhesiones pol¨ªticas (aunque Rusia tenga un clima m¨¢s fr¨ªo). Creo que muchas veces los contextos aleg¨®ricos o ficticios sirven para desentra?ar la realidad con mayor vigor.
P. En la novela hay tambi¨¦n una preocupaci¨®n constante por el lenguaje, algo que se puede ver tambi¨¦n en sus art¨ªculos.
R. En el Pa¨ªs Vasco es un asunto constante la manipulaci¨®n y la invenci¨®n verbal. Creo que antes de la construcci¨®n nacional est¨¢ la construcci¨®n verbal, de tal modo que se echa mano de entelequias verbales como 'autodeterminaci¨®n' que s¨®lo pretenden proteger los intereses de una casta dominante pol¨ªtica, econ¨®mica y social. En general, no s¨®lo en el ¨¢mbito nacionalista, cada vez hay un control y un dominio m¨¢s importante de la palabra. La diferencia entre un sistema totalitario y uno democr¨¢tico no est¨¢ en que existe un discurso impuesto de arriba abajo, sino en c¨®mo te lo imponen.
P. Enrique Vila-Matas dec¨ªa recientemente que no hay riesgo en la creaci¨®n literaria contempor¨¢nea. Como novelista y fil¨®logo, ?qu¨¦ opina?
R. Estoy de acuerdo. Vila-Matas es uno de los escasos escritores que arriesgan desde el punto de vista formal. Vivimos una ¨¦poca muy conservadora en la novela, debida a la industrializaci¨®n y la comercializaci¨®n de la literatura. Los modelos arriesgados est¨¢n penalizados. Por ejemplo, y sin entrar a valorar la calidad de la obra, se alaba la estructura de Soldados de Salamina, cuando es un recurso que ya utilizaba Flaubert en el XIX.
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