Un pe¨®n declara que el due?o de 'L'Oca' le orden¨® agujerear el barco
El operario de los astilleros admite que no ten¨ªa conocimientos navales
Un pe¨®n de los astilleros sin ning¨²n conocimiento naval ha admitido que realiz¨® los fat¨ªdicos agujeros de ventilaci¨®n en la popa de L'Oca por encargo directo de Sim¨®n Rodr¨ªguez, uno de los propietarios acusados. Juan Miguel Bernal, empleado de Polymar 3.000, declar¨® ayer en el juicio que se celebra en Girona que cort¨® con una sierra radial la fibra del casco para instalar unas rejillas de ventilaci¨®n que le suministr¨® el propietario
El interrogatorio de ayer del pe¨®n y el de la semana pasada del propietario del barco han revelado que ninguno de los dos ten¨ªa conocimientos navales para realizar una modificaci¨®n de esa envergadura, que no estaba prevista en el dise?o original de la embarcaci¨®n. Bernal coloc¨® las rejillas a la altura del agua que le pareci¨® id¨®nea. El ingeniero naval que dise?¨® el catamar¨¢n, Pere Deulofeu, declar¨® ayer en el juicio que los agujeros en el casco, por debajo de la cubierta, 'est¨¢n totalmente prohibidos por la ley y por el sentido com¨²n'.
El operario Juan Miguel Bernal reconoci¨® ayer que minti¨® en la primera declaraci¨®n porque su jefe, Esteve Rabassa, aleccion¨® a todos los trabajadores para minimizar la intervenci¨®n de los astilleros en la construcci¨®n. Bernal fue objeto de m¨²ltiples y constantes presiones tras su primera declaraci¨®n. Asegura que Sim¨®n Rodr¨ªguez, a trav¨¦s de terceros, le ofreci¨® dinero s¨®lo para que fuera a hablar con ¨¦l. Finalmente, cambi¨® su declaraci¨®n y reconoci¨® la autor¨ªa de los agujeros. Tras prestar nuevo testimonio, abandon¨® su trabajo. Bernal ignora si su jefe supo antes del naufragio que el casco hab¨ªa sido agujereado.
El alcalde de Banyoles durante el siniestro, Joan Solana, deriv¨® la responsabilidad de la inspecci¨®n de las embarcaciones hacia la Marina Mercante y rechaz¨® que el Ayuntamiento debiera reclamar la titulaci¨®n a los propietarios cuando ¨¦stos cambiaron su embarcaci¨®n de gas¨®leo por la ecol¨®gica. Solana s¨ª admiti¨® que la polic¨ªa local o los Mossos d'Esquadra hubieran podido comprobar que los propietarios no ten¨ªan t¨ªtulo. El ex alcalde afirm¨® que la limitaci¨®n municipal de 80 pasajeros para el barco ten¨ªa que ver con la 'pol¨ªtica tur¨ªstica' y no con la seguridad. Solana insisti¨® en que el consistorio autoriza a las barcas a estar en el agua, pero que es la Marina Mercante la que las debe inspeccionar y les permite navegar. Las acusaciones a la Administraci¨®n central por parte de los testigos son constantes durante el juicio y la juez debe cortarlas a menudo. Solana explic¨®, en rueda de prensa posterior, que 'la Administraci¨®n del Estado huy¨® en desbandada despu¨¦s del accidente'.
El ¨²nico inspector de la Marina Mercante de la provincia de Girona, Manuel Fort, declar¨® en la vista que no pod¨ªan realizar de oficio las inspecciones en la embarcaci¨®n y que normalmente las solicita el constructor. Fort admiti¨® que si hubiera visto unos agujeros 'tan absurdos' habr¨ªa impedido que continuara el proceso de construcci¨®n del catamar¨¢n. Tambi¨¦n opin¨® que Rabassa, el constructor, 'es muy bueno' y admiti¨® que le 'extra?ar¨ªa' que hubiera hecho las burdas modificaciones en el casco que originaron el naufragio. Otros dos testigos negaron rotundamente que fuera Sim¨®n Rodr¨ªguez quien conduc¨ªa L'Oca y coincidieron en que era su suegro, Bartomeu Gayol¨¤, quien la pilotaba.
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