El honor enterrado
Familias de desaparecidos exigen que se reconozca a 50 marinos fusilados en Cartagena por ser fieles a la Rep¨²blica
"?C¨®mo es posible que la Marina, que tiene tantas p¨¢ginas gloriosas, oculte el honor de estos 50 marinos". Hay m¨¢s que amargura en su voz. Hay una especie de rabia dolorosa en la voz quebrada de Andr¨¦s Roca Mart¨ªnez, capit¨¢n del Ej¨¦rcito del Aire, retirado. Hijo de Alfonso Roca Cayuela, cabo fogonero de la Armada, fusilado con otros 50 marinos nada m¨¢s acabar la guerra civil. Su ¨²nico delito, haber permanecido fiel al Gobierno legalmente constituido. Al Gobierno de la Rep¨²blica.
Cuenta Andr¨¦s Roca que ¨¦l ten¨ªa cuatro a?os cuando la muerte del padre y que con su padre iba su hermano Alfonso. Tra¨ªan de pastar a una cabra -"Lunares se llamaba"- y una pareja de guardias civiles les dio el alto. Se llevaron al padre. Nunca volvi¨® a verlo.
Alfonso Roca fue fusilado en el verano de 1939. Nunca dijeron a la familia d¨®nde estaba enterrado. Su cuerpo desapareci¨® en el olvido de una fosa com¨²n. Antes, Alfonso logr¨® enviar dos cartas a su familia desde el Penal de Cartagena. En ellas hablaba de sufrimiento, de torturas, de dolor, de despedidas. En ellas hac¨ªa un ruego a su mujer: "No perd¨¢is estas cartas". No las han perdido. Casi sesenta a?os despu¨¦s de su muerte, Alfonso, aquel ni?o que vio llevarse al padre, entreg¨® las cartas a sus hijos: Salvadora Roca y Alfonso.
Salvadora Roca ense?¨® las cartas del abuelo a su prima Juana, hija de Andr¨¦s, que s¨®lo ten¨ªa 4 a?os cuando la muerte del marino. Salvadora y Juana guardaron el dolor y recorrieron archivos, desempolvaron papeles, volvieron un d¨ªa tras otro, insistieron, rogaron. Consiguieron una partida de defunci¨®n en la que se dec¨ªa que la causa de la muerte era "a consecuencia de heridas por arma de fuego". Por ella supieron que hab¨ªa sido enterrado en el cementerio de Los Remedios, en Cartagena.
Ahora, cuando han vuelto a pedir el acta de defunci¨®n la causa de la muerte ya no aparece. Una orden del ministro socialista Juan Alberto Belloch de 6 de junio de 1994 suprime la causa de la muerte en las partidas, "para no atentar contra la intimidad familiar". Pero es una intimidad que la familia quiere sacar a la luz. "Yo no tengo rencor contra nadie", dice Andr¨¦s Roca. "Mi padre en la carta que nos envi¨® nos dec¨ªa que no lo tuvi¨¦ramos. Pero yo soy militar. Como lo fue mi padre. Y quiero que ¨¦l tenga ese reconocimiento, el reconocimiento de que fue un militar leal, fiel y honorable".
Por eso Salvadora y Juana han convertido el dolor en tenacidad.Supieron que estaba enterrado con otros 50 marinos en el cementerio de Los Remedios, en una denominada parcela X. Eran todos marinos fieles a su Gobierno, fusilados entre 29 de abril de 1939 y 14 de marzo de 1940. De all¨ª fueron trasladados a una fosa com¨²n.
Tras innumerables trabas burocr¨¢ticas, el pasado verano, ante un redactor del diario La Verdad, de Murcia, lograban que se abriera la fosa y el espect¨¢culo hizo saltar las l¨¢grimas de las dos mujeres: huesos amontonados, calaveras con el terrible agujero del tiro de gracia.
Desde entonces, nada. Sus intentos de sacar los cuerpos, de que se les realice el ADN para identificar al abuelo, para enterrarlos en el pante¨®n familiar han chocado con la negativa de la Marina. Ni siquiera pudieron acceder a la lista de ejecutados. La Marina niega la existencia de la Parcela X. Pero ellas saben que est¨¢n ah¨ª. "El Arsenal de Cartagena, de donde depend¨ªa mi abuelo, s¨®lo nos dice que curs¨® baja por fallecimiento", se lamenta Juana. "Es que, el Arsenal fue el ¨²ltimo reducto de resistencia antifranquista. Y cuando entraron, entraron a saco. Ahora lo niegan todo".
Ellas no pueden costear las pruebas del ADN. Quieren que la Marina reconozca que son miembros de este cuerpo los que reposan bajo una tierra de olvidos. Cuantas gestiones han realizado para sacar a su abuelo han chocado con la negativa del Arsenal. La parcela X, les dicen, no existi¨®. No hay marinos ejecutados all¨ª. Todo son rumores. Pero Salvadora y Juana consiguieron al fin la lista de los enterrados en la parcela X. Con la minuciosidad de los funcionarios, alguien elabor¨® el censo de ejecutados. Dice: "Restos de los fallecidos por consecuencia de la ¨²ltima guerra. A?os 1939 a 1945. Cementerio Los Remedios-Cartagena.
Parcela San Jer¨®nimo n¨²mero 65 Terreno 1 Sector B (Propiedad) Parcela X". Y, a continuaci¨®n una relaci¨®n, d¨ªa por d¨ªa, de los enterrardos y en todos ellos la coletilla: "ejecutado". All¨ª, el 31 de julio aparece Alfonso Roca Cayuela. Fila 2 Fosa 5.
El pasado 1 de noviembre, los familiares de los marinos hubieron de soportar una humillaci¨®n m¨¢s. En ese cementerio se celebr¨® un acto oficial de la Marina para rendir honores a los muertos en la Guerra Civil: a los que murieron en las filas de Franco. Ninguna representaci¨®n oficial del Ej¨¦rcito se acerc¨® hasta aquel grupo de familiares que, muy cerca, velaban por el honor de sus marinos.
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