'El bar¨®n rampante', de Italo Calvino
Una demostraci¨®n del talento y la iron¨ªa del escritor italiano en la colecci¨®n de EL PA?S
Es, probablemente, uno de los grandes seductores de la literatura del siglo XX, y lo es, fundamentalmente, por la elegancia e iron¨ªa de su estilo, sin olvidarnos del enorme gusto y la especial sensibilidad que manifest¨® siempre respecto a sus lecturas. Y en pocos escritores como en Calvino su cualidad de lector result¨® esencial en su vida, pues no en balde fue uno de los art¨ªfices del prestigio y calidad literaria de la editorial Einaudi, para la que trabaj¨®, con mayor o menor dedicaci¨®n, entre 1947 y 1981. As¨ª resumi¨® en cierta ocasi¨®n su trabajo como editor: "Leo lo que me parece suficiente para descubrir los tres elementos que me sirven para establecer si un libro existe o no: ...si tiene un lenguaje... si tiene una estructura... si muestra algo, de ser posible algo nuevo". En 1955 le escribe al autor de alg¨²n original enviado a la editorial: "Le devuelvo su manuscrito y lo espero dentro de algunos a?os... a?os de lectura, de reflexi¨®n, de buen trabajo". Licenciado en letras por la Universidad de Tur¨ªn, militante del partido comunista, combatiente en la Resistencia, la biograf¨ªa de Calvino es la de un declarado antifascista que encuentra en la literatura el mejor de sus mundos posibles. De ¨¦l se ha dicho que supo conjugar magistralmente el realismo y la fantas¨ªa, y as¨ª se puede comprobar si nos dejamos llevar por esa espl¨¦ndida novela que es El bar¨®n rampante (1957), y que podr¨¢ comprar ma?ana el lector de EL PA?S por tres euros.
Arma revolucionaria
En 1950, el escritor Italo Calvino, militante comunista y ex combatiente de la guerrilla, considera que la lucha contra el fascismo ha servido para poco. En Italia, explica, se ha restaurado el capitalismo, "disgregando y envileciendo no s¨®lo las conquistas realizadas, sino tambi¨¦n los valores descubiertos". Calvino es de los primeros en comprender que la est¨¦tica neorrealista ha demostrado ser incapaz de contribuir a la transformaci¨®n social. El escritor proyecta entonces la trilog¨ªa Nuestros antepasados, a la que pertenece El bar¨®n rampante, convencido de que "la literatura revolucionaria siempre ha sido fant¨¢stica, sat¨ªrica, ut¨®pica. El realismo suele entra?ar un fondo de desconfianza para con la historia, una propensi¨®n reaccionaria con el pasado".
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