Un 'tamagochi' contra los 'novillos'
Un sistema inform¨¢tico ayuda a los profesores a vigilar el absentismo escolar
El sector educativo no quiere quedarse al margen del progreso tecnol¨®gico y se est¨¢ apuntando al furor inform¨¢tico. Una muestra de ello son los 200 colegios e institutos de toda Espa?a que ya han instalado el SGD (Sistema de Gesti¨®n de Centros), un moderno sistema inform¨¢tico que registra desde las ausencias escolares a las sanciones impuestas a los alumnos, pasando incluso por las notas de cada evaluaci¨®n.
El invento consta de dos elementos: una gran consola denominada unidad central y entre 100 y 150 unidades personales, conocidas com¨²nmente por los profesores bajo el apelativo de tamagochi o gameboy, por su semejanza con ambos juegos electr¨®nicos. Cada profesor tiene asignado un tamagochi, en cuya base de datos est¨¢ incluida cada clase que le toca impartir al docente, el grupo de alumnos y los nombres de cada uno de ellos.
Un instituto ha detectado desde la implantaci¨®n del sistema el doble de ausencias de alumnos
"Cada ma?ana", explica Ram¨®n Balaguer, director del Instituto Vallecas Magerit, de Madrid, "los profesores pasan lista con el aparato, y si falta alg¨²n alumno, presionan el bot¨®n correspondiente y la falta queda registrada". Posteriormente, cada docente devuelve el tamagochi a la unidad central, que env¨ªa todos los datos a un ordenador con el que est¨¢ conectado. "De esta forma, a las once de la ma?ana ya sabemos qui¨¦nes han faltado y podemos ponernos en contacto con sus familias, cuando antes tard¨¢bamos d¨ªas en recopilar las ausencias de cada grupo y los padres sab¨ªan de los novillos de sus hijos con mucho retraso".
Las versiones m¨¢s modernas del SGD permiten incluso informar a los padres de las ausencias de sus hijos a trav¨¦s de un mensaje que el propio ordenador env¨ªa al m¨®vil de los tutores. La empresa que comercializa el SGD est¨¢ estudiando la posibilidad de crear el SGD web, una p¨¢gina en la que quedar¨¢n registrados todos los datos concernientes a sus hijos (notas, ausencias y sanciones) y que se podr¨ªa consultar a trav¨¦s de una clave personalizada y que s¨®lo dar¨ªa acceso a los datos de sus hijos.
Este novedoso sistema, que tanto tiempo y efectividad est¨¢ haciendo ganar a los centros, es un invento espa?ol. La idea original parti¨® hace diez a?os de Pedro Soriano, un profesor de electr¨®nica de un instituto de Elche, que contact¨® con una peque?a compa?¨ªa, Tecnausa, para desarrollar el proyecto. Los primeros tamagochis se instalaron en la Comunidad Valenciana en 1995, y hoy por hoy, sigue siendo ¨¦sta la regi¨®n en la que m¨¢s aceptaci¨®n est¨¢n teniendo. Le siguen Catalu?a, y recientemente Madrid se ha incorporado a esta moda electr¨®nica.
Pero entre sus virtudes no est¨¢ todav¨ªa la de ser muy asequible. Todos los elementos y la instalaci¨®n cuestan entre 9.000 y 12.000 euros, que todos los centros pioneros tuvieron que sufragar con sus propios fondos. La Comunidad de Madrid ha optado recientemente por ayudar econ¨®micamente a los centros docentes que lo instalen.
"Estamos encantados con el aparato, porque adem¨¢s es muy sencillo de manejar", recuerda Javier Alarc¨®n, jefe de estudios del Vallecas Magerit. No han sido pocos los casos, sin embargo, en los que los propios alumnos, expertos en juegos electr¨®nicos la mayor¨ªa, han ense?ado a sus maestros a manejar este nuevo juego.
El tamagochi se ha convertido en un elemento b¨¢sico de trabajo para los profesores, muchos de los cuales ya no se olvidan de pasar lista o de entregarla a la direcci¨®n cuando finaliza la clase. Gracias a la aceptaci¨®n del sistema, los docentes est¨¢n descubriendo muchos m¨¢s casos de absentismo: el Vallecas Magerit ha contabilizado el doble de ausencias desde que lo implant¨®. Pero tambi¨¦n se est¨¢n detectando ausencias de profesores, ya que el ordenador al que est¨¢ conectada la consola central revela qu¨¦ profesores no est¨¢n utilizando su terminal cuando deber¨ªan. Tecnausa tiene ahora mucho trabajo por delante y una lista de 400 institutos dispuestos a comprarse su tamagochi.
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