Agua e irracionalidad
El 24 de noviembre yo me quedo en casa. Ya me enterar¨¦ por la prensa qu¨¦ fue de la manifestaci¨®n contra el trasvase y del acto celebrado en su defensa. Y no es por eludir responsabilidades c¨ªvicas y pol¨ªticas, mayormente si de agua hablamos. En estos temas, y nunca mejor dicho, acostumbro a mojarme. Pero imperando la crispaci¨®n y la demagogia por donde quiera que vaya no estoy por participar.
Y es que al laberinto en que hemos venido a caer s¨®lo la prudencia y el buen tino le encontrar¨¢n salida. Y ni una cosa ni otra les atisbo a quienes al respecto lideran nuestro destino, comenzando por quienes convocan la manifestaci¨®n, los ecologistas, unos grupos necesarios para contrarrestar las tentaciones especulativas del capital. Pero esta vez, ciertamente, pienso que se equivocan. La manifestaci¨®n es leg¨ªtima aunque imprudente, como lo es hacer p¨²blica ostentaci¨®n de algo entre quienes carecen de ello. S¨¦ que el concepto de "necesidad de agua" es discutible, pero no lo es tanto con la cultura que hoy nos preside. La manifestaci¨®n es adem¨¢s innecesaria porque al respecto del trasvase la posici¨®n del ecologismo, as¨ª como la de las personas que habitan la cuenca cedente, es bien conocida. Por ello, salvo crispaci¨®n, nada nuevo aporta. A lo sumo, y aprovechando que en Valencia se celebra la convenci¨®n Ramsar, util¨ªcese para manifestarse contra la gesti¨®n de humedales y d¨¦jese en paz el PHN.
Con todo, en el ranking de desatinos, y por meterse en camisa de once varas, ganan las Cortes de Arag¨®n. Representan un territorio cuya pol¨ªtica del agua es palad¨ªn de la irracionalidad. No se pueden cuestionar los costes econ¨®micos y medioambientales del trasvase al tiempo que se apoya una pol¨ªtica (su pacto del agua) que propicia, y en mayor medida, lo que del trasvase se critica. Incluye el riego en los Monegros, 240.000 nuevas hect¨¢reas de nuevos regad¨ªos, econ¨®micamente insostenible, y la construcci¨®n, con notable impacto ambiental, de nuevas presas en los Pirineos. No parece de recibo exigir lo que no se cumple.
Pero tampoco en Valencia reina la cordura. Por una parte, est¨¢ el PSOE, que por no haber definido su pol¨ªtica h¨ªdrica se ve obligado a hacer encajes de bolillos para no contradecirse, y ni a¨²n as¨ª lo consigue. Inhibirse por falta de ideas es peor que equivocarse pues, como dec¨ªa Bocaccio, es mejor obrar y arrepentirse a lamentar no tomar decisiones. Y por otra parte est¨¢ el PP, que deformando la realidad y practicando el manique¨ªsmo hace del trasvase cuesti¨®n de vida o muerte, ignorando que el problema del agua tiene otras dimensiones m¨¢s importantes que el mismo trasvase o el simple y burdo uso electoralista de un plan como ¨¦ste, de gran calado. Y no debieran olvidar que lo que en el corto plazo puede resultar rentable en el medio y largo plazo puede pasar factura. No perdamos de vista que hace diez a?os el PSOE opinaba lo que ahora el PP respecto al PHN y viceversa. Se han intercambiado los papeles, de gobierno y oposici¨®n, por que en aquel momento s¨®lo pensaban, como ahora, a corto plazo. Y, como reza el refr¨¢n, de aquellos polvos, estos lodos: se contradicen y usan el agua como arma electoral.
Me referir¨¦ por ¨²ltimo al acto de apoyo al trasvase convocado por los empresarios valencianos. Me sorprende porque el principal "pero" que al mismo le cabe es econ¨®mico. ?Y a este precio tendr¨¢n ustedes demanda? fue lo primero que preguntaron los profesores americanos contratados por el Ministerio de Medio Ambiente para que lo informaran. Una pregunta que los empresarios, a quienes nadie les dar¨¢ lecciones de finanzas, ya se habr¨¢n formulado. ?Tan clara tienen la respuesta como para apoyar sin fisuras el trasvase?
El ciudadano de a pie contempla at¨®nito el marasmo general. Alg¨²n d¨ªa alguien tendr¨¢ que explicarnos que el actual modelo de gesti¨®n fue concebido en un marco que en nada se asemeja al actual. Y que para que la confusi¨®n no siga creciendo convendr¨ªa adecuar las reglas de juego a este nuevo escenario, un complejo proceso cuya soluci¨®n pasa por un pacto social, de estado, que aparte el agua de la escena pol¨ªtica. M¨¢xime porque si en los pr¨®ximos meses no llueve habr¨¢ problemas que la campa?a electoral amplificar¨¢. El reto que tiene la sociedad en materia h¨ªdrica no es, como se nos dice, el trasvase sino la adecuaci¨®n progresiva y sosegada de la pol¨ªtica heredada al momento presente. Y todo en el marco de una nueva directiva europea del agua que muestra un camino que, mientras nosotros estamos parados, algunos pa¨ªses ya lo andan.
Cierto es que nadie est¨¢ en condiciones de darnos lecciones sobre esta materia. Nosotros, los valencianos, nos podemos sentir orgullosos del Tribunal de les Aig¨¹es, como instituci¨®n milenaria que en la huerta de Valencia ha puesto orden y paz en la gesti¨®n del agua durante siglos. Por eso, deber¨ªamos de haber hecho del esp¨ªritu de este Tribunal el emblema del consenso y di¨¢logo necesario en materia h¨ªdrica en el Pa¨ªs Valenciano; lo que reclamamos mediante este pacto social antes citado para sacar del debate diario los usos del agua y as¨ª adecuarlo a la situaci¨®n actual. Hace dos a?os propusimos la creaci¨®n del Consell Valenci¨¤ de l'Aigua, como continuador de este esp¨ªritu y catalizador de este consenso social que demandamos, para que as¨ª agrupara en su s¨ª tanto a administraciones, como a universidades, agricultores, empresarios, ecologistas y otros sectores de la sociedad civil, con el sano fin de mantener abiertos cauces de di¨¢logo en una materia tan esencial como poco necesitada de usos electoralistas, como es la gesti¨®n del agua.
El sin sentido actual constar¨¢ en acta por mor de este 24 de noviembre. Un sin sentido que solo sirve para radicalizar, a¨²n m¨¢s si cabe, las actuales posiciones. As¨ª que, lo dicho, yo ese d¨ªa me quedo en casa esperando que el actual temporal h¨ªdrico escampe y deseando que llegue el d¨ªa en que el cielo alcance a iluminar a quienes tienen capacidad para alejar al mundo del agua de la irracionalidad que hoy le preside.
Pere Mayor es presidente del Bloc.
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