"En Ir¨¢n hay un 50% de mujeres que fuma, conduce y se divorcia"
Marjane Satrapi (Rasht, Ir¨¢n, 1969) ten¨ªa 10 a?os cuando en 1980 le hicieron llevar el pa?uelo a la escuela. Era uno de los muchos y sorpresivos cambios que aportaba a su vida la revoluci¨®n isl¨¢mica en Ir¨¢n. Pero m¨¢s all¨¢ de circunstancias rituales menores, la dibujante persa vivi¨® c¨®mo encarcelaban y ejecutaban a amigos y familiares. Tambi¨¦n fue testigo de c¨®mo sus padres, de talante liberal, intentaban vivir, aunque clandestinamente, una normalidad marcada por la intolerancia del r¨¦gimen isl¨¢mico que hab¨ªan ayudado a instaurar con su militancia activa en contra del derrocado sha de Persia. Con la primera parte del c¨®mic Pers¨¦polis, Satrapi explica este momento hist¨®rico a trav¨¦s de sus vivencias, con la mirada tierna pero sincera de una ni?a.
"La imagen de la mujer en mi pa¨ªs ha sido muy da?ada por pel¨ªculas como No sin mi hija"
PREGUNTA. Tortura, muerte, exilio... ?C¨®mo ha conseguido tratar unos acontecimientos tr¨¢gicos de manera tan po¨¦tica?
RESPUESTA. Yo no sent¨ªa ninguna necesidad psicol¨®gica de explicar esta historia, pero lo que me motiv¨® a hacerlo fue la sensaci¨®n de que ten¨ªa un deber para con mi pa¨ªs. Quiz¨¢ esto pueda sonar algo extra?o aqu¨ª, pero recuerde que yo no soy occidental.
P. En el libro aparece usted en la c¨¢rcel con su t¨ªo antes de que fuera ejecutado, condenado por esp¨ªa de los sovi¨¦ticos. ?C¨®mo vive estas circunstancias una ni?a de 10 a?os?
R. ?l ten¨ªa derecho a una sola visita antes de la ejecuci¨®n y pidi¨® verme. Siempre he tenido muy buena relaci¨®n con la gente mucho m¨¢s mayor que yo. Quiz¨¢ porque siempre he querido que me cuenten historias.
P. ?Todos los personajes que aparecen en la obra son reales?
R. Absolutamente todos. Si observamos la vida cotidiana nos encontramos con hechos incre¨ªbles que parecen tomados de la ciencia-ficci¨®n. No es necesario buscar marcianos en un planeta lejano. Los tenemos aqu¨ª.
P. ?Est¨¢ prohibido en Ir¨¢n su libro?
R. Ni siquiera s¨¦ si ha sido publicado y si se publica no recibir¨¦ ni un euro. En Ir¨¢n no se respetan los derechos de autor.
P. Sin tradici¨®n en el c¨®mic, ?qu¨¦ influencias gr¨¢ficas tiene?
R. Creo que mi dibujo est¨¢ muy influenciado por las miniaturas persas. Mi tradici¨®n es m¨¢s oriental que occidental, ya que no hay perspectiva en mis vi?etas.
P. ?Por qu¨¦ Pers¨¦polis es en blanco y negro?
R. El rojo de la sangre podr¨ªa ser muy dram¨¢tico.
P. El futuro del c¨®mic, ?pasa por el compromiso del medio con la realidad social?
R. El c¨®mic, a pesar de nacer en el mismo momento que el cine, ha sufrido una evoluci¨®n diferente. El cine enseguida tom¨® rumbos diferentes. Ha habido un Fritz Lang, un Bu?uel o una Nouvelle Vague. El c¨®mic ha tardado en meterse en la vida, pero finalmente ha conseguido lo mismo que el cine, en el que existe un terminator pero tambi¨¦n un Almod¨®var.
P. En Estados Unidos, ?no cree que pueda levantar rechazo su obra?
R. No, en todo caso puede ayudar a comprender una realidad diferente. Cuando estuve en Nueva York, de los 62 canales que sintonizaba en la televisi¨®n del hotel ninguno daba noticias del extranjero.
P. ?Pers¨¦polis tiene valores did¨¢cticos?
R. En Francia s¨¦ que se utiliza en varias escuelas para explicar la historia de Ir¨¢n.
P. Sus padres la enviaron a Europa cuando estall¨® la guerra entre Ir¨¢n e Irak, al regresar se encontr¨® con problemas por sus h¨¢bitos de mujer occidental. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n de la mujer en su pa¨ªs?
R. En cierta ocasi¨®n, unos guardianes de la revoluci¨®n me llamaron la atenci¨®n por correr porque "provocaba movimientos indecentes de las nalgas". La imagen de la mujer en mi pa¨ªs ha sido muy da?ada por pel¨ªculas como No sin mi hija. Existe en Ir¨¢n un 50% de mujeres c¨®mo yo, que fuma, conduce y se divorcia. Yo me divorci¨¦ de mi primer marido en Ir¨¢n.
P. Pero el peso de la religi¨®n influye mucho en la sociedad iran¨ª.
R. El que es extremista en temas religiosos es el Gobierno. Puede que el pueblo iran¨ª sea muy tradicionalista, pero no por eso fan¨¢tico-religioso.
P. Esto quiere decir que la mentalidad va cambiando.
R. Tengo un primo con el que hablo con frecuencia por tel¨¦fono. Su obsesi¨®n era casarse con una muchacha virgen. Un d¨ªa me confes¨® que ya no lo ve¨ªa tan importante. Las cosas est¨¢n cambiando, las chicas j¨®venes, en Ir¨¢n, no tienen ninguna obsesi¨®n por llegar v¨ªrgenes al matrimonio.
Pers¨¦polis. Marjane Satrapi. Traducci¨®n de Albert Agut. Norma Editorial. Barcelona, 2002. 76 p¨¢ginas. 14 euros.
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