Defensa abri¨® un expediente para jubilar a la soldado Qui?oa tras su denuncia de abuso
El ministerio recibi¨® en septiembre un escrito oficial de queja de la v¨ªctima al que no ha respondido
Dolores Qui?oa, la militar que acusa a un superior de haberla violado, apenas ha ejercido como soldado. El Ministerio de Defensa, lejos de investigar a fondo lo ocurrido, le abri¨® un expediente de incapacidad por p¨¦rdida de las aptitudes psicof¨ªsicas, "dos o tres meses despu¨¦s" de que sucedieran los hechos que ella denuncia, seg¨²n su abogado, Jos¨¦ Mar¨ªa Garz¨®n. Desde entonces, Qui?oa se encuentra "sin ocupar destino". El abogado de la soldado ha anunciado que esta semana presentar¨¢ una denuncia contra el teniente Iv¨¢n Moriano por violaci¨®n, amenazas y coacciones.
Lasentencia del Tribunal Supremo se?ala que el 11 de mayo de 2000 el teniente Iv¨¢n Moriano oblig¨® a la soldado Qui?oa a desnudarse en el campamento de El Piornal (C¨¢ceres). Ella asegura que, adem¨¢s, la viol¨®. Finalizado el periodo de campamento, ella jur¨® bandera en la Infanter¨ªa de Marina de la Guardia Real.
Su primer destino, y hasta ahora el ¨²nico, fue la compa?¨ªa Mar y Oc¨¦ano de la guardia de honores, que tiene su sede en el cuartel de El Pr¨ªncipe, en El Pardo (Madrid). Pero desde hace casi dos a?os, Qui?oa permanece en Lugo, de donde procede y donde vive su familia, a la espera de que se resuelva su expediente de incapacidad y pendiente de que se le asigne un destino.
A primeros de septiembre de este a?o, la infante de Marina recibi¨® una notificaci¨®n de la Junta de Evaluaci¨®n que deb¨ªa decidir su caso, que indicaba que la p¨¦rdida de aptitudes psicof¨ªsicas no guardaban "relaci¨®n causa-efecto con las vicisitudes del servicio".
Fue entonces cuando se decidi¨® a revelar que hab¨ªa sido violada, porque se dio cuenta de que callarlo no le hab¨ªa servido de nada, a pesar de que el teniente Moriano, entre las amenazas que ella asegura que profiri¨® para que no hablara, le hab¨ªa insinuado que si no dec¨ªa nada le ayudar¨ªa en su carrera. Y, m¨¢s a¨²n, que la depresi¨®n que arrastraba como consecuencia de la agresi¨®n sexual iba a provocar que la expulsaran del Ej¨¦rcito. "Yo no estaba de acuerdo con que no hubiera ninguna relaci¨®n entre aquello y la depresi¨®n en que ca¨ª", dice Qui?oa. "Por eso present¨¦ mis alegaciones".
"Antes de que todo esto ocurriese, ingresar en el Ej¨¦rcito era el sue?o de mi vida y por culpa de un loco ese sue?o ha muerto para m¨ª", escribi¨® en el documento que present¨® el pasado 17 de septiembre ante la Delegaci¨®n de Defensa de Lugo. Este escrito qued¨® registrado con el n¨²mero 1.111. Hasta ahora no ha obtenido respuesta.
Sin embargo, cuando esta semana Qui?oa ha sido llamada a declarar por la fiscal¨ªa militar, su abogado pregunt¨® qu¨¦ hab¨ªa sucedido con el escrito. "No le han contestado", asegura que le indic¨® el fiscal, quien a?adi¨® que por esa falta de respuesta se hab¨ªan abierto las nuevas diligencias. Esta versi¨®n explica que el propio ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, se interesara por lo que hab¨ªa sucedido con ese documento y, al comprobar que no se hab¨ªa respondido, pidiera personalmente la intervenci¨®n de la fiscal¨ªa militar. Un portavoz de Defensa se?al¨® el viernes que durante la instrucci¨®n "se actuar¨¢ probablemente contra el que no lo tramit¨®".
Porque en el escrito queda claro que Qui?oa no esper¨® a la sentencia del Supremo para denunciar la agresi¨®n sexual que dice haber sufrido. Tampoco lo hizo por primera vez en una televisi¨®n, como se le ha reprochado la ¨²ltima semana. All¨ª, en el documento, en la quinta alegaci¨®n, escribi¨® en may¨²sculas: "VIOL?NDOME".
Qui?oa declar¨® el jueves por la tarde ante el fiscal militar. Y esta semana lo har¨¢n todos los miembros de su unidad que estuvieron en el campamento de El Piornal. Incluido Iv¨¢n G¨®mez, el ex guardia real que esta semana ha corroborado el testimonio de la soldado, seg¨²n el cual los 45 aspirantes que estaban a punto de concluir la instrucci¨®n en aquel campamento pidieron uno por uno la baja en el Ej¨¦rcito en protesta por los abusos sexuales del teniente Moriano.
Fue ese apoyo lo que convenci¨® a Qui?oa para denunciar a su superior, aunque s¨®lo cont¨® que le hab¨ªa obligado a desnudarse. "Yo dije lo que me hab¨ªa dicho el teniente que dijera. Me llamaba a cada rato, cada vez que mis compa?eros iban a hacer alguna actividad. Me insist¨ªa en lo que ten¨ªa que decir ante cada pregunta", relata ella.
El mot¨ªn que vivi¨® el cuartel de C¨¢ceres no fue considerado motivo suficiente para abrir una investigaci¨®n y, seg¨²n el relato de Iv¨¢n G¨®mez, ni siquiera se interrog¨® a los otros soldados. El que en mayo de 2000 era el jefe de la Guardia Real, el coronel Rafael D¨¢vila ?lvarez, se limit¨® a decirle a la soldado que lo sent¨ªa y que lo sucedido "no es normal en el Ej¨¦rcito".
Que el coronel conoc¨ªa que la situaci¨®n era anormal lo volvi¨® a demostrar en la ceremonia de entrega de boinas, una vez finalizado el campamento. All¨ª, seg¨²n el relato del ex guardia real G¨®mez, tuvo un detalle ins¨®lito en el Ej¨¦rcito: le entreg¨® un ramo de flores a la soldado, que no era la ¨²nica mujer que superaba la prueba, y explic¨® que lo hac¨ªa porque era la aspirante "a la que le hab¨ªa costado m¨¢s".
Este peri¨®dico intent¨® recabar de Rafael D¨¢vila una explicaci¨®n de por qu¨¦ no se investig¨® entonces lo sucedido. La contestaci¨®n de Defensa fue que el alto mando, que ahora es general de brigada y est¨¢ al frente de la Brigada de Infanter¨ªa Ligera Rey Alfonso XIII de la Legi¨®n, en la Comandancia Militar de Almer¨ªa, "no desea [hablar] sobre unos hechos dolorosos para ¨¦l, juzgados y sobre los que ya se ha dictado sentencia".
A pesar de ese fallo, la soldado tuvo que recordar de nuevo el jueves, durante cuatro horas que para ella fueron "terribles", ante el fiscal militar. "Me preguntaron por qu¨¦ no lo hab¨ªa denunciado antes. Yo dej¨¦ bien claro que todo lo que declar¨¦ en el juicio era bajo amenazas. Y por mi familia. Le dije al fiscal: ?Quiere que le diga a mi hermana peque?a que est¨¢ amenazada de muerte? Bastante calvario hab¨ªa pasado yo ya, como para meter a mi familia".
La soldado no se f¨ªa mucho de la justicia militar: "Nadie de mis compa?eros que a¨²n siguen dentro va a decir nada, porque saben lo que les espera. S¨®lo los que est¨¢n licenciados podr¨¢n ayudarme", sostiene. Tampoco su abogado cree que por esa v¨ªa vaya a hacerse justicia, entre otras cosas porque ¨¦l no puede intervenir.
El procedimiento militar impide que quien denuncia a un superior sea representado por un abogado, como ya le ocurri¨® en el primer juicio a la soldado, aunque s¨ª lo tenga el acusado. "La situaci¨®n que genera a cualquier militar es de absoluta indefensi¨®n", asegura Jos¨¦ Mar¨ªa Garz¨®n. "Mi presencia a efectos pr¨¢cticos no sirve de nada, porque no puedo sugerir actuaciones ni solicitar pruebas y Qui?oa no tiene derecho a una copia de su declaraci¨®n, porque no hay esa obligaci¨®n. Pero si ni siquiera le han notificado la sentencia del Supremo... ?Por Dios, que es de ella de quien han abusado!".
Garz¨®n cuenta que el jueves, la soldado relat¨® al fiscal que hab¨ªa recibido llamadas de amenaza del teniente Moriano y que conservaba su n¨²mero en la memoria del tel¨¦fono. "Tuvo que preguntarle ella al fiscal si no le interesaba que le diera el n¨²mero para comprobar que era del teniente", sostiene. "Y le contest¨® que eso no era posible porque habr¨ªa cambiado de n¨²mero. Pero pod¨ªan comprobarlo, ?no? Francamente, no creo que nada de esto se estudie".
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