La mejor estampa milanista

Paolo Maldini, el jugador incombustible, es el ¨²nico superviviente del Mil¨¢n que dise?¨® Sacchi y que ahora dirige otro de sus predilectos, Carlo Ancelotti, cuya funci¨®n en aquel equipo resultaba decisiva, aunque su nombre siempre estuviera debajo de Van Basten, Rijkaard, Gullit, Baresi o Donadoni. Pero cuando se le preguntaba a los entrenadores por Ancelotti, la respuesta era un¨¢nime: un excelente futbolista. As¨ª que era un jugador para entrenadores que ha terminado como entrenador. No pod¨ªa ser de otra manera. Y ha acabado en su sitio natural, en el Milan, despu¨¦s de una accidentado paso por la Juve, donde nunca logr¨® sobreponerse al legado de Marcello Lippi.

Maldini y Ancelotti son los eslabones que unen al Milan con su mejor pasado, el m¨¢s temido por el Madrid. Todo comenz¨® despu¨¦s de la catarsis que signific¨® el descenso a Segunda Divisi¨®n mediados los a?os ochenta, a causa de un asunto de soborno. A la presidencia del club accedi¨® Silvio Berlusconi, que ten¨ªa un plan para el club y otro para ¨¦l, ¨ªntimamente ligados. Berlusconi olfate¨® con precisi¨®n las impresionantes posibilidades del f¨²tbol como trampol¨ªn social y pol¨ªtico. Para que fuera un trampol¨ªn de verdad, hab¨ªa que triunfar, y mejor con algo grande y novedoso. Lo grande estuvo en la contrataci¨®n de tres holandeses irrepetibles: Gullit, Rijkaard y Van Basten. Lo novedoso fue un entrenador casi desconocido, forjado fuera de los terrenos naturales del f¨²tbol, sin un pasado como jugador. Se llamaba Sacchi y hab¨ªa dirigido al Parma hasta la Primera Divisi¨®n. El resto es historia, y nadie ha sacado mejor provecho de ella que Berlusconi, primer ministro de Italia por la gracia del f¨²tbol.

Maldini fue uno de los principales protagonistas de aquel proceso extraordinario. Hijo de Cesare Maldini, dos veces campe¨®n de Europa en los a?os sesenta, ha superado a su padre de punta a punta. Con unas condiciones f¨ªsicas espectaculares, a su 1,85 a?adi¨® muy pronto una gran velocidad y una determinaci¨®n defensiva que muy pronto le sirvi¨® para ganarse la fama de mejor lateral izquierdo del mundo. Nadie sufri¨® tanto esta consideraci¨®n como Michel, que siempre se encontr¨® con problemas ante el ¨¢gil y poderoso Maldini, imbatible en el uno contra uno y casi insuperable en el juego a¨¦reo. En su apogeo, la contribuci¨®n del lateral del Milan se extend¨ªa al juego de ataque, donde su producci¨®n no era cualquier cosa. Gracias a su potencia, sus incursiones resultaban temibles para los equipos rivales.

Con Sacchi, y despu¨¦s con Capello, gan¨® t¨ªtulos y todo el prestigio que se puede conceder a un futbolista. Ten¨ªa adem¨¢s estampa, lo que en Mil¨¢n es un plus. Con el tiempo, el equipo sufri¨® las erosiones que determinan el final de los ciclos: Gullit envejeci¨®, Van Basten se lesion¨®, Donadoni perdi¨® velocidad, Ancelotti se retir¨® y Baresi no pudo sostener m¨¢s la formidable defensa que dio fama al Milan. A Maldini, que debut¨® en Primera Divisi¨®n con 17 a?os, le toc¨® encabezar una dif¨ªcil transici¨®n. Hasta Berlusconi hab¨ªa volado. Su inter¨¦s estaba en la pol¨ªtica, como todo el mundo sospechaba.

Se dijo del defensa italiano que deber¨ªa suceder a Baresi como central, posici¨®n en la que ha jugado frecuentemente, y razonablemente bien, pero no hasta el punto de convertirse en el jugador que todos esperaban. A veces, ha tenido que aguantar decisiones sorprendentes, como aquella man¨ªa que le dio a Capello de situarle como lateral derecho, donde Maldini naufrag¨®. Sin embargo, su calidad ha resistido las malas ¨¦pocas del equipo y el paso de los a?os. Puede que no sea el defensa veloz de sus mejores d¨ªas, pero todav¨ªa est¨¢ vigente: maneja el cuerpo como pocos defensas, cabecea con decisi¨®n y disfruta de los desaf¨ªos del f¨²tbol. El s¨¢bado detuvo a Vieri con tanta categor¨ªa que fue designado el mejor del partido. Despu¨¦s de 16 a?os en el m¨¢ximo nivel del f¨²tbol, Maldini no s¨®lo es la referencia sentimental del equipo que hoy se enfrentar¨¢ al Madrid, sino un futbolista capaz de hacer su trabajo mejor que la mayor¨ªa de los defensas m¨¢s acreditados del mundo.